En un mundo donde las luces de la justicia y la libertad a menudo brillan por su ausencia, la reciente concesión del galardón a Narges Mohammadi, defensora de los derechos humanos y de las mujeres, es un faro de esperanza.
Esta activista iraní ha dedicado gran parte de su vida a luchar contra la opresión de las mujeres en Irán y a promover los Derechos Humanos y la justicia para todos. Diversas obediencias y autoridades masónicas, se han hecho eco del premio Nobel de la Paz en sus redes sociales.
No se puede olvidar que muchas obediencias del mundo de tipo regular mantienen el veto a la mujer en la masonería. La causa de esta activista recuerda que estamos ante otro techo de cristal.
Así pues, con ella ya son cinco los Nobel de la Paz que han recibido el premio mientras cumplen condena en la cárcel. Además, de casi 1.000 premiados, es una de las 12 mujeres que consiguen este importante galardón.
Compromiso masónico
La masonería liberal, merced a su compromiso histórico con la promoción de la libertad, la justicia y la igualdad, saluda el justo reconocimiento a Narges Mohammadi y su incansable coraje.
En una época en la que las sombras de la opresión y la tiranía se ciernen sobre muchas partes del mundo, la labor de Mohammadi es un recordatorio de la importancia de luchar por un futuro mejor para todos y sin duda representa una noticia masónica relevante.
Maltratos y condenas
Sin embargo, su compromiso la ha llevado a sufrir arrestos, condenas y maltrato en prisión, hecho que la ha llevado a convertirse en un símbolo de resistencia y determinación.
La vida de Narges Mohammadi es una historia de coraje y perseverancia. A pesar de haber pasado la mayoría de los últimos 20 años entre rejas y acumular una pena total de 31 años de cárcel, su lucha no ha mermado.
Esta comprometida mujer ha fundado asociaciones en defensa de los derechos de las mujeres y ha escrito libros y artículos para denunciar los abusos que sufren, especialmente en las cárceles de Irán.
Premio de las Naciones Unidas
Su trabajo periodístico también fue reconocido con el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de las Naciones Unidas, compartido con colegas iraníes.
No obstante, la persecución persiste, y su última condena añadió diez años y ocho meses de prisión, así como 154 latigazos, por supuestos «delitos relacionados con la seguridad nacional y propaganda contra el Estado».
Organismos internacionales de derechos humanos han denunciado esta condena como una represalia por su activismo incansable.
Deterioro de su salud
Narges Mohammadi se encuentra actualmente en la prisión de Evin, en Teherán, cumpliendo su condena, mientras su salud se deteriora.
Después de haber sufrido un ataque cardíaco el año pasado, su vida está en peligro. Su familia y seres queridos han rogado en repetidas ocasiones su liberación por razones humanitarias.
Asesinato de Mahsa Amini
El Comité Noruego del Nobel ha destacado la labor de Mohammadi, especialmente su contribución desde la cárcel a las protestas que siguieron a la muerte de la joven Mahsa Amini bajo custodia, un trágico suceso que generó un profundo descontento.
Mohammadi ha seguido siendo una voz que lucha por la justicia y los derechos humanos, incluso entre rejas.
Entre los hijos de la viuda, se han tejido los hilos de la hermandad basados en la búsqueda de la verdad y la promoción de la paz y por eso, estos hechos se convierten en noticias masónicas.
Concordia universal
La historia de la orden ha estado marcada por hombres y mujeres que han trabajado incansablemente para lograr la concordia universal y la fraternidad entre todos los seres humanos.
Desde aquí, extendemos nuestra mano en apoyo a Narges Mohammadi, una hermana de la humanidad, y hacemos votos por su libertad.
Al menos diez masones recibieron el premio Nobel de la Paz
Al menos diez masones han recibido el premio Nobel de la Paz, pues la masonería, destaca por su énfasis en la tolerancia, la fraternidad y especialmente en la promoción de la paz.
Sus contribuciones a la causa de la concordia universal han dejado un legado indeleble en la historia de la humanidad y aquí ofrecemos un resumen de estas noticias masónicas.
Elie Ducommun (Suiza, 1833-1906).
Miembro fundador en Ginebra de la Liga Internacional para la Paz y la Libertad, fue un destacado periodista y profesor de idiomas. Iniciado en la logia «La Prudencia» de Ginebra, su dedicación a la paz le llevó a dirigir el Bureau international de la paix. Sus últimas palabras, «Amaos los unos a los otros», resumen su compromiso con la fraternidad.
Theodor Roosevelt (Nueva York, 1858-1919).
El vigésimo sexto Presidente de los Estados Unidos, se destacó por su arbitraje en conflictos internacionales. Como masón de la logia Matinecock nº 806 de Nueva York, su trabajo en la resolución de disputas entre naciones le valió el Premio Nobel de la Paz en 1906.
Alfred Hermann Fried (Viena, 1864-1921).
Cofundador de la revista «Die Waffen Nieder» y la Sociedad Alemana por la Paz, desempeñó un papel crucial en el movimiento pacifista antes de la Primera Guerra Mundial. Su compromiso con la paz se vio reflejado en su obra y le llevó a la logia “Sócrates” de Viena.
Léon Victor Auguste Bourgeois (París, 1851-1925).
Político francés y padre del solidarismo, desempeñó un papel esencial en la organización de la Sociedad de Naciones y recibió el Premio Nobel de la Paz en 1920. Como masón de la logia “La Sinceridad” en Reims, Bourgeois promovió la reconciliación y la cooperación internacional.
Gustav Stresemann (Berlín, 1878-1929).
Ministro de relaciones exteriores y canciller de Alemania durante la República de Weimar, desempeñó un papel crucial en el entendimiento con las naciones vencedoras de la Primera Guerra Mundial. Su participación en los acuerdos de Locarno le valió el Premio Nobel de la Paz en 1926. Además, era maestro masón de la logia “Federico el Grande” en Berlín.
Aristide Briand (Nantes, 1862-1932).
Coautor del Pacto Kellogg-Briand en 1928, que renunciaba a la guerra como instrumento de política nacional, compartió el Premio Nobel de la Paz en 1926 con Gustav Stresemann. Como masón de las logias “El Tratado de Unión de San Nazario” y “Los Caballeros del Trabajo” en París, Briand promovió la paz y la reconciliación.
Frank Billings Kellogg (Nueva York, 1856-1937).
Secretario de Estado de los Estados Unidos y coautor del Pacto Briand-Kellogg, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1929. Su afiliación masónica se evidenció cuando visitó la logia “América” nº 3368 de la Gran Logia Unida de Inglaterra como miembro de honor.
Carl von Ossietzky (Hamburgo, 1889-1938).
Símbolo de la oposición al régimen nazi, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1935. Iniciado en la Logia “Humanidad” de Hamburgo, su lucha por la paz y los derechos humanos lo convirtió en un icono de resistencia.
Henri La Fontaine (Bruselas, 1854-1943).
Autoridad en derecho internacional y defensor de la paz, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1913 por sus esfuerzos en fomentar la buena relación entre Francia y Alemania. Como Venerable maestro de la logia “Los Amigos Filántropos” de Bruselas, contribuyó al entendimiento internacional.
George Marshall (Pennsylvania, 1880-1959).
Arquitecto del «Plan Marshall», recibió el Premio Nobel de la Paz en 1953 por su papel en la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Marshall se convirtió en masón en 1941.
Estos masones han dejado un legado duradero de tolerancia y fraternidad
Sus contribuciones a la resolución de conflictos y a la promoción de la paz han demostrado que los principios fundamentales de la masonería pueden traducirse en acciones significativas para el bienestar de la humanidad.
