España, qué palabra tan peligrosa y manoseada. Sirva esta plancha para meternos en el berenjenal de reflexionar sobre la necesidad de articular una masonería española que nos reconcilie con nuestra historia y nuestros valores.

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CONFERENCIA EL 21 DE MARZO 18.30H EN LA BIBLIOTECA ARÚS

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En el tricentenario de las constituciones de Anderson, son muchas las reflexiones acerca del documento considerado seminal para la fundación de la masonería especulativo. A continuación, les dejamos esta interesante aportación.

La Inteligencia Artificial responde:

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El autor considera que el documento fundacional de la masonería moderna son las Constituciones de Robert

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1993-2023. XXX Aniversario del Encendido de luces de la Respetable Logia Manuel Iradier nº 26 al Oriente de Vitoria-Gasteiz

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Ordo Ab Chao, cuya traducción latina significaría diversas enunciaciones tales como “orden que nace del caos”; “orden a partir del caos”; “orden desde el caos” y “caos ordenado”, entre otras derivaciones, subyacen además en los  abanicos de posibilidades al establecer el desglose de constructos que parten de un mismo punto: el nacimiento del orden, lo visible, invisible, la materia y antimateria (materias oscuras, energía oscura, y partículas subatómicas) desde una matriz o amalgama de inexistencias, génesis del Universo que conocemos, o los posibles multiversos paralelos, simultáneos, en espacio y tiempo de probabilidades circunstanciales infinitas.

El Todo (nombrado por Poimandres, como enseñanza a Hermes Trismegistro en el Corpus Hermeticum), Dios (diferentes ideologías religiosas), Ser (Eckhart Tolle) o Padre-Madre (en palabras de Saint Germain), se expresa en todo momento, en azares ordenados, que creativamente, estos azares son elaborados a partir de probabilidades cósmicas sin lógicas entendibles humanas ni seguramente aprendidas por entidades vivientes de otros confines galácticos, convirtiéndose el Ordo ab Chao en un aforismo universal exacto, que expresa la dualidad de las circunstancias, en perfecta armonía.

Es decir, Ordo ab Chao también refleja el concepto del Gran Arquitecto del Universo, de allí entender su nombre, partiría desde nuestra ignorancia eterna, precisamente como eso, un Arquitecto dedicado exclusivamente a crear cálculos infinitamente imposibles e improbablemente explicables, acorde a leyes y lineamientos perfectos, pero, equilibrando el desorden y el orden, en un supremo balance de fuerzas para mantener una compensación de polos. En otras palabras, Ordo ab Chao, desde la filosofía masónica, puede ser el diálogo eterno de polaridades, en una discusión que tiene como fin la expansión y el crecimiento. Tal vez, como masones, sea nuestra misión, buscar nuestro diálogo constante, confrontando nuestras fuerzas internas caóticas para encontrar el estado evolutivo.

Cabe ser incisivos o insistentes, en el juego de posibilidades universales de la materia y antimateria, en Universos no creados aún, y los que están a punto de extinguirse, creándose un ciclo infinito de creación y destrucción. Ordo ab Chao también se interpretaría como el nacimiento – muerte, el Yin y Yang, el Tao abrazando sus dos polaridades, la luz – sombra, la bondad – maldad, la rectitud simétrica de la estrella flamígera (Tetragramatón sin girar) o la inversión de la misma (Tetragramatón girado), las dimensiones etéricas, búdicas, álmicas, y supremas que van desde el ascenso o descenso del árbol sefirótico; en sustentos llanos, esto puede ser representado por el ícono alquímico del Uróboros (el dragón que se devora a sí mismo, enroscado, o el mito de Sísifo, cuya condena sería siempre empujar la piedra hacia la cima, cayéndose la misma antes de llegar a su meta). Siempre existirá este ciclo, por mucho lo intentemos evitar.

El caos ordenado podremos reflexionarlo, desde la astrofísica, como la contracción del Big Bang, explotando en perpetuas formas de vida, que, en fragmentos de tiempo, nació de la eternidad, como una esencia de la sempiterna personalidad del Todo. Aunque haya esfuerzos concretados por la ciencia o el avance de alguna civilización por impedir algunas fases de los ciclos infinitos, el opus magnum, será siempre un proceso repetitivo, aun cuando evolucionemos a otras dimensiones, pese, a que, en estas, la vida o la muerte la conozcamos de otras formas.

Explicado de manera práctica, eternamente existirán los polos o la dualidad en espirales ascendentes o descendientes, por tanto, siendo masones, como fuéramos profanos la elección es nuestra: pulir o no pulir nuestra piedra para volverla cúbica, hacer o no hacer nuestra mejor obra o mejores acciones para con Dios, la sociedad o hacia nosotros, aplicando la inteligencia constructora. Los obreros, por ende, somos nosotros mismos y la inteligencia constructora, la aplicación de los principios aprendidos en cada uno de los grados componentes de algún rito masónico. En este sentido, recordemos a los obreros o albañiles que erigieron los templos en el antiguo Egipto, mismos, cuyo simbolismo significa una analogía con las aguas primigenias, es decir, Ordo ab Chao también se visualiza en la arquitectura megalítica de esta región, donde el interior del templo significaba el orden, y el exterior el caos, de manera, que para encontrar la evolución también, habría primero entonces mirar al interior de nuestro templo (cuerpo físico, mental, etérico), luego, trascender por encima de los estados caóticos.

Si la red cósmica donde interactuamos todas creaciones, cual árbol sefirótico de macro tamaño infinito, trae consigo la dualidad inherente a la naturaleza del Todo, como conclusión, entonces, tenemos opción para ser hombre libre y de buenas costumbres, solo así, empero, deberemos enfocarnos a la polaridad positiva, a fin de construirnos a nosotros mismos e impulsar a nuestros pares, la trascendencia de una inteligencia colectiva. Ordo ab Chao, es también una vía del conocimiento que se soluciona a través del Ordo Supera Chao, es decir, el orden nace del caos, deberá convertirse en el orden supera al caos.

Es cuanto.

C.´.M.´. Salvador Alejandro Ochoa López para ELFRANCMASON.COM

Por muchos son conocidos los problemas de racismo en Estados Unidos. Se trata de un parte lamentable de su historia y que ha sido de lo peor de la humanidad.

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Estamos en época de granadas. En otoño, esta deliciosa fruta se ofrece rebosante en los mercados

Elche y su entorno es la zona de España que da las más afamados y deliciosas.

Piense el masón cuando coma sus exquisitos granos, todo aquella sabiduría que encierra

Presente también en la heráldica española por ser uno los reinos seminales de la nación, generalmente toda logia las exhibe discrétamente agrupadas en ramos de tres sobre las columnas J y B.

Merece mucho la pena pararse a analizar por qué la granada es un símbolo tan importante para la masonería.

TRADICIÓN BÍBLICA

El origen de este símbolo debe buscarse en la tradición bíblica, ya que las columnas exteriores del Templo de Jerusalén estaban decoradas con bajorrelieves que representaban este fruto.

Su significado más inmediato es ciertamente el de la abundancia y la prosperidad, pero es necesario tener en cuenta otros significados.

La granada es, de hecho, un fruto en el que se encierran y están estrechamente entrelazadas innumerables semillas, que en conjunto constituyen el fruto y su exuberancia.

Los masones ven en cada semilla un albañil libre

Así, por analogía, los masones ven en cada semilla a un “albañil libre”, único en su singularidad pero estrechamente ligado a sus “Hermanos” en una sola gran familia, cuya prosperidad es consecuencia directa de esta unión.

DESEO DE PROLIFERAR

Como la función de la semilla es fructificar, su abundancia en la granada también simboliza el deseo y la voluntad de los francmasones de todo el mundo de proliferar cada vez más.

Juntos, la multiplicidad de las semillas alude a la multiplicidad de sabios y aportes filosóficos que han creado, a lo largo del tiempo, una tradición compacta.

En la iconografía masónica, la granada aparece abierta parcialmente para que se vea la cohesión interna, mientras que la parte cubierta significa la capacidad de defender los ideales de la blasfemia que podría afectarles.

Según la creencia popular, cualquiera que tenga tres granos de granada en su billetera nunca perderá dinero.

FECUNDIDAD Y PROSPERIDAD

Para el diccionario Akal, “es símbolo de fecundidad, de posteridad numerosa”.

Dedicada a Hera y Afrodita, en la antigua Grecia era símbolo del retorno de la vida en primavera.

En la tradición cristiana, la granada simbolizaba el amor sin límites del Creador

Para San Juan de la Cruz, la granada representa “los misterios más altos de Dios, sus juicios más profundos y sus más sublimes grandezas”.

Aparece en muchos ceremoniales masónicos abiertas, como símbolo de la multiplicidad, de la fecundidad y de la unidad dentro de la diversidad dentro de toda la creación.

EN TODO EL MUNDO

La granada es un símbolo que aparece con bastante frecuencia en las culturas del mundo.

Los antiguos babilonios creían que masticar granos de granada antes de ir a la batalla hacia que una persona sea invencible.

En el antiguo Egipto, la granada simbolizaba el poder, por lo que los egipcios colocaron granadas en las tumbas de los muertos.

En la antigua Grecia, la granada representaba la vida, la muerte, la regeneración, la fertilidad y el matrimonio.

LA GRANADA DE HERA

Hera, la reina del Olimpo, es descrita generalmente como sosteniendo una granada en su mano, y una corona que a veces se dibujada con la forma de la fruta.

Era también un atributo de las deidades del inframundo, Hades y Perséfone.

Al comer unas pocas semillas de granada, Perséfone quedo sujeta a Hades y a pasar una cierta cantidad de meses en el inframundo cada año.

En los tiempos modernos, la granada aún tiene fuertes significados simbólicos para los griegos.

Cuando uno compra una nueva casa, es convencional que un huésped de la casa traiga como primer regalo una granada, que se coloca debajo o cerca del ikonostasi (altar del hogar) de la casa, como símbolo de abundancia, fertilidad y buena suerte.

ESPECIE BENDECIDA

En la cultura judía, la granada simboliza bendición, abundancia, belleza y sabiduría.

La granada es una de las siete especies con la que fue bendecida la Tierra de Israel

Los espías enviados por Moisés para explorar la tierra de Canaán trajeron un racimo de uvas , granadas e higos para ilustrar la riqueza de la tierra.

La profecía de la destrucción del profeta Hageo describe una situación en la que la vid, el olivo, el higo y la granada no dan fruto, lo que significa que el país dejará de ser bendecido.

613 SEMILLAS

Se dice que las semillas de granada son el número 613, una para cada uno de los 613 mandamientos de la Biblia.

La granada fue venerada por la belleza de sus arbustos, flores y frutos, que simbolizaban la santidad, la fertilidad y la abundancia.

La canción de Salomón compara las mejillas de una novia detrás de su velo con las dos mitades de una granada.

Las representaciones de la fruta han aparecido durante mucho tiempo en la arquitectura y el diseño.

Decoraron los pilares del Templo del rey Salomón y las túnicas y vestimentas de reyes y sacerdotes judíos

Símbolo de la resurrección y la vida eterna en el arte cristiano, la granada se encuentra a menudo en estatuas devocionales y pinturas de la Virgen y el Niño.

CAZA DE UNICORNIOS

En las representaciones medievales, el árbol de granada, un símbolo de fertilidad, está asociado con el final de una caza de unicornios.

El unicornio capturado parece estar sangrando por las heridas infligidas por los cazadores.

Las “heridas” son en realidad semillas de granada que gotean sus jugos rojos como la sangre en su cuerpo blanco como la leche.

Salvajes e incontrolables por naturaleza, los unicornios solo pueden ser domesticados por vírgenes

Una vez domesticado, el unicornio era mantenido en un jardín cerrado y encadenado a un árbol de granada, lo que simboliza la encarnación inminente de Cristo.

FRUTA DEL CORÁN

El paraíso celestial del Corán describe cuatro jardines con sombra, manantiales y frutas, incluida la granada.

La leyenda dice que cada granada contiene una semilla que ha bajado del paraíso

Las granadas han tenido un papel especial como símbolo de fertilidad en las bodas entre los beduinos de Oriente Medio.

Un buen ejemplar es asegurado y abierto por el novio cuando él y su novia abren la solapa de su tienda o entran por la puerta de su casa.

Las abundantes semillas aseguran que la pareja que lo coma tendrá muchos hijos.

TRES FRUTAS BENDECIDAS

Junto con los cítricos y el durazno, la granada es una de las tres frutas bendecidas.

En el arte budista, el fruto representa la esencia de las influencias favorables

En una leyenda budista, el demonio Hariti, que devoraba a los niños, fue curado de su malvado hábito por el Buda, quien le dio una granada para comer.

Está representada en el arte budista con un niño.

En Japón es conocida como Kishimojin y es invocada por mujeres infértiles.

En China, la granada está ampliamente representada en el arte cerámico que simboliza la fertilidad, la abundancia, la posteridad, la descendencia numerosa y virtuosa, y un futuro bendito.

 Por: Roberto Godínez Soto

Uno de los grandes principios filosoficos de nuestra augusta institución es la FRATERNIDAD.

Y precisamente el día de ayer viernes 30 de abril, se llevo a la practica la FRATERNIDAD UNIVERSAL y no solo en discurso.

La Muy Respetable Gran Logia Femenil del Estado de Colima, cumplió su noveno aniversario, de ser Soberanas, de no ser Logias de Adopción, de Ser Iguales con los varones.

Una emotiva ceremonia en la cual se dio cuenta de la historía y del trabajo incansable de cada una de nuestras hermanas. Nueve años de romper paradigmas de una Institución milenaria, que debe de adaptarse a el siglo XXI.

Aun hay mucho que hacer para erradicar los conceptos ortodoxos, muchos liberales, inclusive algunos que dirigen potencias masonicas, no entienden la palabra FRATERNIDAD UNIVERSAL.

Independientemente del Rito o si eres varon o mujer, si ingresastes a nuestra augusta Institución, eres y siempre seras miembro de esta Fraternidad Universal. Larga vida a la Muy Respetable Gran Logia Femenil del Estado de Colima

Uno para todos, y todos para uno.

Es Cuanto.

¿QUIÉN ES EL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO?

Quizá sea un poco osado por mi parte intentar explicar el origen de la iconografía masónica, ya que soy profano, pero sí simpatizante y gran estudioso de la masonería. En esta ocasión me basaré en algunos escritos y notas extraídas de diversos autores y eruditos que he ido recopilando durante algunos años.

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Por: Roberto Godínez Soto

“Hermes Trismegisto en su tabla esmeraldina

nos dejó escrito: “Tal como es arriba, es abajo”

y estas palabras nos dan la clave para entender

que todo lo que se describe en el Popol Vuh se

encuentra en el interior de cada persona,

porque somos un microcosmos”. 

Los mayas, herederos de la sabiduría atlante, fundamentaron sus enseñanzas en sentirse todos como un solo ser, sintetizado ese sentir en la frase: “In lak’ ech a lak’ en” (tú eres yo y yo soy tú); es la fuerza maravillosa del amor, la comprensión hacia los demás, la base de las enseñanzas sagradas de todas las religiones del mundo y el mensaje síntesis dejado por todos los grandes maestros.

Es en el Popol Vuh, donde venimos a encontrar la magia del auto conocimiento, la gnosis, la sabiduría interior que, vivenciándola, podrá llevarnos al reencuentro con nuestro propio espíritu y, como consecuencia, con la verdad.

Penetremos en forma práctica en las sagradas enseñanzas mayas, descubramos que cada personaje del Popol Vuh, es lo que llevamos en sí mismos y así iluminemos con la luz de la sabiduría antigua, las tinieblas de nuestra ignorancia y error.

Popol Vuh, quiere decir: “libro del consejo” o “libro de la comunidad”. Los mayas acostumbraban a decidir todas las cosas importantes en consejo, su principal autoridad era un consejo de ancianos; al mismo tiempo era deber de los padres transmitir a sus hijos la sabiduría milenaria, y así se cumplía aquel aforismo antiguo de entregar la enseñanza de labios a oído, de maestro a discípulo.

La magia es parte fundamental, pues la verdadera magia “es el arte de influir sobre nuestra naturaleza interior”.

Es el Popol Vuh un antiquísimo libro, que reúne: ciencia, filosofía, arte y mística trascendental, y por lo tanto es eminentemente práctico y de palpitante actualidad, por lo que debe procesarse en cada momento de nuestra vida.

Trata del nacimiento de unos gemelos nacidos por gracia divina y cómo estos derrotan el mal, pasando por un sinnúmero de pruebas, hasta salir victoriosos.

La gran hazaña realizada por los gemelos: Maestro-Mago (Hunahpú) y Pequeño-Sacerdote-Solar (Ixbalanqué), es en realidad, la titánica tarea que cada uno de nosotros debemos llevar a cabo, aquí y ahora.

Es en verdad, la sabiduría maya encerrada en el relato asombroso del Popol Vuh gnóstico, la magia del auto conocimiento, que nos podrá llevar de la mano a la luz de la eterna sabiduría milenaria.

Cada lugar, cada personaje, no es otra cosa que partes de ese universo psicológico que llevamos dentro. Busquemos en el aquí y ahora, en este preciso instante, la historia del Popol Vuh en el ámbito de sí mismos.

Es cuanto.

Los vicios son la contra parte de las virtudes. No hablamos únicamente de los aspectos relacionados con las adicciones. Sino con una serie de conductas negativas que impactan en la forma en la que nos relacionamos con los demás; y, en general, en la forma en la que vivimos.

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Una de las instrucciones que recibe todo masón cuando comienza a desbastar su piedra tosca, es la forma de sentarse. Es muy probable que actualmente se pase por alto o incluso se diga al aprendiz que debe sentarse recto, pero no se le instruye que esta forma de sentarse tiene un significado esotérico: representa un simbolismo en logia.

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Vemos que en el capítulo 25 del Libro del Éxodo, el Candelabro judío fue creado por el Gran Arquitecto y a su vez ordenando su construcción junto con la del Mishkan, el tabernáculo de reunión.

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Desde que el ayuntamiento presentó en 2021 el proyecto con el que se realizaría la rehabilitación del Templo Masónico de Santa Cruz, y abriría al público, en 2023, el mítico Templo Masónico de la capital, situado en la calle San Lucas, esta semana empezó a recibir propuestas de varias empresas.

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Como la mítica isla de Avalón en la que reposan los restos del rey Arturo, paradigma del gobernante justo, en Dakota del Norte existe un lugar en el lago de Metigoshe cuyo topónimo es Masonic Island y sirve de lugar de encuentro para masones estadounidenses

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Resulta incuestionable la necesidad sentida del deber primordial de la Masonería de rescatar a la juventud cubana y orientarla en la santidad de sus postulados

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Esta exposición fundamenta la carrera masónica según el Régimen Escocés Rectificado, y pone el avance hasta su paso al Oriente Eterno.

Como vencedor de la ignorancia, es tradicional regalar libros en el día de San Jorge y es emblema de muchas regiones de Europa

Un joven aprendiz preguntó en una tenida sobre los templos masónicos que han funcionado en Barranquilla en los últimos cien años

Pedimos a nuestros lectores que hagan llegar sus colaboraciones y escritos a El Francmasón para su publicación.

La muerte y resurreción de Jesuscristo contiene analogías con la de Hiram Abif, maestro de los masones

Discurso íntegro ponunciado por Txema Oleaga tras conocerse vencedor de las elecciones a Gran Maestro de la GLE

Podemos imaginar a Castelar, Sagasta, Melquiadas Álvarez, Antonio Maura, al General Prim… y a tantos otros, muchos de ellos hermanos, debatiendo enconadamente o en plena libertad sobre los problemas de España.

Autor: César González. M.·.M.·.

En esas horas de invierno, lánguidas y pesadas, en las que concluye la jornada laboral, la radio recita sus monótonos informativos. Hay veces que la escuchamos. Otras dejamos fluir alegremente su soniquete, como una tonta compañía. De cuando en cuando algún comentario despierta nuestra atención. El masón se detiene en aquellas noticias que se acompañan por la coletilla del “salón de pasos perdidos del Congreso”.

Cuantas cosas aparentemente insignificantes a ojos de los menos atentos ocurren en ese salón. Todo parece ser frugal, rápido, espurio… pero a la vez necesario y hasta imprescindible. Es un espacio donde se suceden compadreos, conspiraciones, amistades que ocultan la ponzoña de los teatrales insultos entre políticos, y hasta donde se adoptan grandes decisiones. ¿Hay un Egregor o espíritu que preside estos ambientes?

El salón de pasos perdidos del Congreso de los Diputados de España.

Podemos imaginar a Castelar, Sagasta, Melquiadas Álvarez, Antonio Maura, al General Prim… y a tantos otros, muchos de ellos hermanos, debatiendo enconadamente o en plena libertad sobre los problemas de España. Quizás incluso muchos fueran amigos, aunque defensores de posiciones encontradas. Más probable es que carnales compañeros de partido se despellejaran sin compasión dentro de sus organizaciones. La política tiene más de esto último que de lo anterior.

INFLUENCIA DE LA ILUSTRACIÓN

El salón de los pasos perdidos… déjenlo fluir en sus cabezas, e intenten discernir el porqué. El salón de los pasos perdidos, como los pasos perdidos que tenemos nosotros: los masones. Muchos de aquellos políticos también fueron hermanos. Tratemos de averiguar qué fue primero: si una influencia masónica en el mundo profano o es que la política se ha colado en el templo.  A ciencia cierta no lo sabemos, aunque según distintas fuentes, parecer ser que la Ilustración extendió este término desde la masonería al mundo político.

En cualquier caso, estamos en un lugar donde charlamos, discutimos a veces, trabamos amistad, comemos, nos conocemos más a fondo… Un lugar indispensable para la vida masónica, un lugar donde la cadena de unión se robustece o se rompe, y donde la fraternidad se macera como en barrica.

¿Se puede ser hermano sin detenerse voluntariamente por unos momentos en pasos perdidos?, ¿basta con acudir a la tenida y salir corriendo para ser masón o hace falta algo más?, ¿se puede ser ciudadano pleno sin participar de la vida pública de una ciudad o hay que implicarse con los asuntos que te motivan? Son preguntas que nos asaltan.

Pasos perdidos nos recuerda a aquellos lugares estratégicos donde antes de la existencia de los móviles, todos los amigos se citaban de semana en semana y milagrosamente acudían. Si alguno se retrasaba, sabía dónde encontrar al resto.  Si no venía, o le había surgido un contratiempo o sencillamente desdeñaba la amistad. Era la vida misma.

Aquellos lugares, que solían ser plazas, parques o bares estratégicos, eran como un punto cardinal, una coordenada geográfica de singular relevancia sólo conocida por los hijos de la viuda que parió aquel grupo de amigos. La vida parece necesitar enclaves terrenales a los que asirse para que los átomos orbitemos e interactuemos, y así todo gire con su voluntad incontrolable y desordenada.

TAMBIÉN EN AMÉRICA

De modo que uno de los principales salones del Congreso, es el de los Pasos Perdidos, donde todo ocurre y nada ocurre, con su paradójica dualidad. En Uruguay, Cuba, Argentina y Perú, sus congresistas también tienen un salón de los pasos perdidos. Tal vez en el mundo anglosajón también existan estos habitáculos, sancta sanctorum de lo que debe ser el ágora de los ciudadanos. Desde luego cuentan con una presencia arraigada en el mundo político de influencia hispánica. En Francia también existe la expresión “salle des pas perdus”. En alemán se utiliza el término “vorhof” o “dessaal der verlornen Schitte”.

Salón de pasos perdidos del parlamento de Argentina.

¿Por qué serán tan importantes los salones de los pasos perdidos entre los políticos de origen hispánico?, ¿qué son realmente? Es un lugar de paso, una estancia que llega a ser intemporal, como el todo y su opuesto: la nada. Según los planos de la web de Congreso, el salón de los pasos perdidos está en el centro de todas las estancias, siendo así lugar de paso obligado. Recordemos: lugar de paso obligado. Eso atiende a unas razones específicas.

La web del Congreso incluye un vídeo explicativo sobre este lujosísimo y noble lugar. Preside la puerta  de entrada un bajorrelieve elaborado por el también hermano Mariano Benlliure dedicado al siempre supuesto masón Emilio Castelar, el mejor orador de la historia de España. Si los españoles tuviésemos autoestima lo reclamaríamos como nuestro particular Abraham Lincoln. Combatió con denuedo la abolición de la esclavitud en todos los territorios que España conservaba en aquella época, que entonces incluían provincias de ultramar en América. Su efigie, por esta razón, está acompañada de una alegoría sobre la abolición de la esclavitud y otra de la escuela de Bellas Artes de Roma.

LA GOBERNANZA EJEMPLAR

La decoración de este salón es alusiva a los valores que deben acompañar a los buenos gobernantes, las esencias de la patria, así como los nombres y los bustos de aquellos dirigentes a los que la historia ha considerado ejemplares. Figuran también los cuatro continentes que se conocían en la época de su construcción. Igualmente se aprecian alegorías al respeto y acatamiento de la ley, la justicia, así como símbolos sobre la religión y la abundancia. Un libro abierto explica las virtudes que los dirigentes deben poseer para llevar a los ciudadanos al progreso y la prosperidad.

Visto el vídeo y salvando las distancias, comparémoslo con nuestros infinitamente más modestos salones de pasos perdidos. A saber en cada casa los símbolos que existen: un gallo, el hombre de Vitrubio, Hermes Trismegisto y otros iconos masónicos rodean este punto geométrico de paso obligado y convivencia. Bueno… lo importante es tener noción de por qué existe y por qué es un lugar de paso obligado. Transitar por esta estancia no está reglamentado en ninguna constitución, ni norma, pero sin pasos perdidos no hay fraternidad, y sin fraternidad no hay masonería.

LOS ÁGAPES PARA LOS APRENDICES

En la vida del aprendiz, las primeras enseñanzas y la práctica de la masonería se desarrollan de una manera significativa en este lugar. Ni es casual, ni una broma cuartelera que tengan la responsabilidad de preparar los ágapes a las órdenes de un maestro.

Si aquellos que se despellejan sin compasión en los púlpitos de la política son capaces de convivir, confluir y compartir su lado humano en pasos perdidos; y todo, supuestamente todo, se hace en aras de que los átomos que conforman el barro de los representantes del pueblo  interactúen y se entremezclen con el fin de procurar el progreso de la nación, aquellos otros que nos hemos propuesto trabajar por el progreso de la humanidad y nuestra propia mejora individual, nunca debemos olvidarnos de transitar, estar y ser en pasos perdidos.

, Las triadas de la masonería

La consecución a través del trabajo de los ideales: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Salud, Fuerza, Unión. Sabiduría, Fuerza, Belleza.

Autor: Gabriel Molina. Logia Constante Alona al Or.·. de Alicante

Libertad, igualdad, fraternidad. Lo proclamamos en todas las tenidas. Al comienzo, al final y durante ellas. Analizar el significado de cada una de estas palabras no es el propósito de esta plancha, ni mi intención la de aburriros con una demostración de mis dotes, sobradas, de búsqueda de la información que circula por la vasta red de redes y aprehensión de la misma. Voy a hacer lo creo que debería hacer un aprendiz masón, que es el hecho de olvidarse de todo lo que sabe, para poder llegar a cierto grado de certeza, que además sea totalmente replicable y refutable pues, de otro modo, no sería otra cosa sino dogma, cuando no pasa de mera opinión que pretende encontrar un principio válido y sostenible.

El masón tiene que crecer, tiene que mejorar, tiene que acercarse al ideal que de sí mismo y que, en general, tenga como persona. Las palabras libertad, igualdad, fraternidad son ideales que pretendemos conseguir y, al mismo tiempo, herramientas de trabajo para conseguir esos mismos ideales. Como aprendices, pronunciamos esas palabras que seguimos repitiendo como compañeros y maestros, hasta que llegamos a la conclusión de que realmente no sabemos muy bien lo que estamos diciendo y, mucho menos, por qué lo estamos diciendo. Es ese el momento en el que yo, personalmente, me doy cuenta de que, cuanto más sabes, más cerca estás de no estar tan seguro de lo que sabes y de que también, esa condición, es la mejor para acercarte a lo que buscamos todos: la verdad, pues generalmente nos esforzamos en tener la razón, en lugar de en buscar la verdad, para lo cual carece totalmente de importancia si lo que decimos es aplaudido, o no, por la mayoría de quienes nos rodean. Es decir, verdad y razón, no tienen por qué ir de la mano y, aquí, lo que buscamos es la verdad, no tener razón, pues es lo que nos acerca a los ideales antes mencionados.

SALUD, FUERZA Y UNIÓN

Salud, fuerza y unión es esa especie de mantra que pronunciamos como oración con las manos entrelazadas, para recordarnos a nosotros mismos los requisitos necesarios y sin los cuales, alcanzar los ideales de libertad y igualdad y fraternidad sería imposible, pues el progreso a lo largo de este sendero de la vida que consideramos sacro llamado masonería no es sencillo y exige esas tres condiciones, algunas, tristemente, fruto del caprichoso azar y, otras, consecuencia directa de nuestra actitud, determinación y esfuerzo.

Es entonces, cuando uno persigue el ideal que tenemos, haciendo acopio de las virtudes antes mencionadas y solo de esta manera, cuando se puede encontrar la sabiduría, la fuerza y, por último, la belleza que todo lo adorne. Para eso estamos. Que lo consigamos, o no, depende únicamente de nosotros, de saber utilizar las herramientas de que disponemos, que no son otras que nuestra terquedad en continuar machacando y dando forma a esa pétrea roca de la que estamos hechos y que parece nunca moldearse a la velocidad que nos gustaría.

            La masonería y el lugar que la concreta, la logia, nuestro templo, no es un club de amigos. Es un club de personas que pueden ser amigas pero que, aunque no lo sean, son hermanos. ¿Qué quiere decir eso? Pues que, más allá de filias y fobias, comparten ese impulso o necesidad vital de dar un sentido a todo este mundo profano que nos rodea, que están aquí para hacer algo mejor las cosas y que han entendido o empiezan a vislumbrar que, la única forma de hacer de este mundo un lugar mejor, es hacer de uno mismo una persona mejor. Esa es la piedra sobre la que levantamos el templo que solo puede sostenerse y erigirse encima de las triadas que son los valores que consideramos esenciales. Y eso, solo se consigue trabajando y poniendo en práctica aquello que proclamamos.

No es posible llegar a la situación de libertad, igualdad y fraternidad, sin cometer errores. Todos los cometemos a diario, yo soy el primero. Entender nuestra naturaleza imperfecta y la incapacidad, seguramente, para alcanzar ese oro de los alquimistas, por mucho que visitemos el interior de la tierra una tras otra vez, es esencial para entender el punto de partida y las expectativas a tener, pero tampoco debe ser el comodín que nos exima de cumplir con nuestra responsabilidad, tratando además de ser siempre fraternales.

EL TRABAJO EN LA LOGIA

A la logia venimos a trabajar. Es el trabajo lo único que nos hace progresar tanto en el mundo sagrado masónico, como en el profano. Si quitamos mérito al hecho de trabajar, si rebajamos la exigencia que nosotros mismos nos hemos impuesto, para adecuar las situaciones y el resultado de lo que hacemos aquí para facilitar la consecución de los objetivos que nos hemos propuesto, le quitamos todo el valor que supone ser un masón. De hecho, lo que estamos haciendo actuando así, es hacer que el fin justifique los medios cuando, en masonería, los medios son lo único que puede justificar el fin.

Cuando nos equivocamos, cuando damos un golpe en esa piedra que somos nosotros, que luego va a ser parte de un muro o columna que somos como logia y parte sustentante de ese gran templo universal que debe ser la masonería, no podemos conformarnos y permanecer en el error. Es imposible que un trozo de piedra irregular se convierta en algo perfecto, o lo parezca, si a cada mazazo que arranca un trozo que no debería, o extrae una forma que no es la que buscamos, en lugar de repararlo, seguimos golpeando como si no hubiera pasado nada.

Sí, es cierto que es fraternal perdonarnos los unos a los otros, dar una palmadita en la espalda y hacer como si no pasara nada. Pero quizá sea esa una fraternidad de paripé y no la real que aquí buscamos. La fraternidad real es aquella que no tiene miedo a decirle a un hermano que no lo está haciendo bien, la fraternidad real es aquella que es capaz de transmitirle a un hermano que debe esforzarse más, o que no tiene miedo de alzar su voz para expresar el sentimiento de que las cosas no se están haciendo todo lo bien que se pueden hacer y el deber de hacerlo de manera más gentil posible. La fraternidad no es adecuar las normas a nuestras necesidades, sino hacer que nuestras necesidades no estén por encima del buen hacer que nos proporcionan las normas que consideramos que nos ordenan y corrigen. La fraternidad tiene que partir, pues, de esa verdad que es tan esencial y lo único que puede dar sentido a nuestra obra, nunca la disculpa a la manera y forma de hacer las cosas peor de lo que se podían haber hecho. La fraternidad no es como la comunión de los cristianos, que pueden hacer lo que les dé la gana, siempre y cuando le cuenten sus pecados a otra persona elegida por su dios y con la potestad de perdonarlos. La fraternidad debe partir de la justicia, y no hay justicia sin igualdad.

¿QUÉ HACEMOS AQUÍ?

A lo que voy, con todo esto, pues imagino que el despiste de mis hermanos puede ser mayúsculo, es a plantear e intentar contestar la pregunta de qué demonios estamos haciendo aquí. Hemos venido a darnos palmadas sobre los hombros cual falsa fraternidad cuando hacemos las cosas mal, hemos venido a hacer como que hacemos masonería, o hemos venido con él ánimo dispuesto a hacer las cosas bien. Porque hacer las cosas bien es, simplemente, hacer las cosas como se tienen que hacer. Si estamos jugando a masonería, vamos a jugar con las reglas que implica ser masón. Si no estamos dispuestos a ello, no estamos haciendo masonería, sino siendo un espejo del mundo profano, en vez de la causa diferenciadora que impulse su cambio a mejor que queremos ser. Hacer masonería es comprometerse a unos valores que son los que nos hacen masones: la libertad, la igualdad y la fraternidad. Y convertirlos en principio, fin y medio.

Somos masones y somos humanos. Equivocarnos es la tuerca con la que venimos de serie. Ahora, cuando uno se equivoca tiene dos opciones, redundar en el error, o enmendarlo. Redundar en el error solo lleva a volver a cometerlo una y otra vez, repararlos es, consecuentemente, la única opción que tenemos, si es que nos sentimos aquello que nuestros hermanos dicen que somos.

Seguramente sea esta una plancha absurda, un susurro desesperado de disconformidad, pero aprendí varias cosas de la historia que me contaron en la ceremonia que me puso en la condición que ostento ahora, además de las de aprendiz y compañero, y una de ellas, quizá la más importante, es la defender lo que creo que es justo, aunque eso me lleve a la muerte profana y masónica, que temo mucho menos que al hecho de obrar con cobardía por temor a llegar a este ineludible final.

Si somos masones, nuestro deber, nuestra obligación, es la de trabajar y asistir. El trabajo sin la asistencia no nos van a hacer progresar. La asistencia sin trabajo tampoco. La piedra requiere un trabajo interno y otro externo. Un esfuerzo doble, el de escuchar y aportar y, posteriormente, el de hacer de uno lo que ha escuchado y aportado, pasarlo por el tamiz personal y agregarlo o desecharlo, o desechar una parte de sí mismo que ya no vale para nada. Si renunciamos a la exigencia del trabajo y la asistencia, renunciamos a la masonería, que es trabajo y asistencia. Lo contrario es una masonería virtual que se parece demasiado a esa manera de funcionar en el mundo profano que no queremos reproducir, sino modificar.

Lo hecho está hecho. Lo venir está por venir. Decisión nuestra es la de seguir excusándonos, o exigirnos y exigir ese esfuerzo sin el cual nada de esto tiene sentido, porque entonces somos una réplica más de tantas asociaciones similares existentes en el mundo profano, para la que no hace falta vestirnos como nos vestimos, hacer lo que hacemos, ni proclamar lo que proclamamos, que es salud, fuerza y unión, sabiduría, fuerza y belleza, libertad, igualdad y fraternidad, que no aparecen por generación espontánea, sino que se vislumbran tras un intenso y continuo trabajo y, a veces, ni tan siquiera así. Pero entonces, lo que debemos es perseverar.

, , Sobre la libertad religiosa en las constituciones españolas

Como continuador de nuestro anterior artículo en esta ocasión haremos un breve repaso de cómo las Constituciones españolas han recogido el principio de libertad religiosa. Crucial si queremos ver la evolución de la libertad ideológica en nuestro país. Libertad que propició al expandirse la irrupción de otras confesiones religiosas


Por Octavio Hermoso. Maestro Masón REAA. Alicante. Continuación del artículo Masonería y Protestantismo I.

Hecho importante también si queremos contrastar ese dato con el desarrollo mayor o menor de la masonería en nuestro terreno patrio. Y es que, a mayor libertad religiosa más expansión de las logias, a menor, más persecución y abatimiento de columnas.

Uno de los aspectos neurales de la Masonería, el exotérico podríamos señalar, es su carácter dinamizador del individuo y a través de él de la sociedad que le rodea. Este aspecto es importante señalarlo porque supuso en los siglos XVIII-XIX-XX que sus miembros tuvieran un compromiso intelectual y pragmático con el surgimiento y desarrollo del Estado liberal. Fueron verdaderos impulsores de las ideas, entre otras: libre pensamiento, tolerancia, defensa de los derechos humanos y resistencia a la opresión, limitación del poder frente al conjunto de la ciudadanía…líneas de pensamiento que evolucionarían con el tiempo mediante la adscripción de los principios democráticos.

Podemos concluir toda esta exposición señalando que la Obediencia masónica fue en suma, un vehículo difusor de estas nuevas ideas político-filosóficas preponderantes en Europa

Podemos concluir toda esta exposición señalando que la Obediencia masónica fue en suma, un vehículo difusor de estas nuevas ideas político-filosóficas preponderantes en Europa, inicialmente a través de la divulgación de las concepciones ideológicas básicas del liberalismo, permitiendo el ingreso en sus talleres de una diversidad ingente de personas entre  aristócratas, burgueses, militares, políticos, religiosos -pertenecientes a diversas creencias-, educadores etc.

La masonería defiende la tolerancia en todos los cultos religiosos.

Dejamos atrás una Europa del S. XVIII absolutista, de profundos cambios de estructuras económicas sociales como la revolución industrial o el nacimiento de la formación social del modo de producción capitalista, de la ascensión de una nueva clase la burguesía con todo lo que conlleva a nivel de manifestaciones tanto en filosofía, política, arte, religión etc.

Existe una rabiosa y activa difusión cultural y social colectiva a través de los salones, los cafés, las gacetas y las enciclopedias, los clubes políticos y las sociedades de amigos.

Existe una rabiosa y activa difusión cultural y social colectiva a través de los salones, los cafés, las gacetas y las enciclopedias, los clubes políticos y las sociedades de amigos. Una sociabilidad que ahora con la COVID hemos visto limitada tras siglos de conquista.

.- PERO…. ¿QUÉ OFRECÍA LA MASONERIA?

Como señalaD. Alberto J.V. Valín Fernández, Universidad de Santiago de Compostela, en su artículo: “La Masonería vehículo propagador del liberalismo político. El caso gallego”, entre otras las siguientes:

A.- Su estabilidad espacial y temporal como institución internacional con vocación de perdurar indefinidamente.

B.- La posesión de unos principios cosmogónicos y deontológicos espirituales traduciendo a su simbólico y jeroglífico lenguaje el despierto y crítico humanismo de Erasmo y el luminoso y práctico humanitarismo del S. XVIII.

C.- Su importante labor didáctica tanto política como cultural realizada dentro del ámbito de las clases inferiores u oprimidas de las distintas sociedades donde se estableció, utilizable para cualquier tipo de adaptación o reforma cara a poder sustentar las más variadas estructuras ideológicas políticas o societarias del mundo contemporáneo.

D.- Yo añadiría, la LIBERTAD RELIGIOSA y DE CULTO entre sus miembros como una de sus principales características. Si bien, como decía al empezar este artículo, el desarrollo masónico ha ido paralelo a la formación de esta libertad. Y ahora me pregunto, ¿Cómo se ha recogido en nuestras Cartas Magnas este principio?, esta libertad que ahora encontramos tan propia e indisoluble del ser humano.

1.- LA LIBERTAD RELIGIOSA EN NUESTROS TEXTOS CONSTITUCIONALES

Veamos donde aparece recogida y donde no, a modo de resumen, si bien luego ampliaremos un tanto. Tenemos:

NO EXISTE LIBERTAD RELIGIOSA: En laConstitución de Bayona de 1808. En la Constitución de 1812. Constitución de 1837. Constitución de 1845. Concordato del Vaticano con España (1851). Fuero de los españoles (1945). Concordato del Vaticano con España (26 octubre 1953). Ley Orgánica del Estado (1966).

Es decir, resumiendo, que la religión Católica, Apostólica y Romana, en España y en todas las posesiones españolas, será la religión del Rey y de la Nación, y no se permitirá ninguna otra.

SI EXISTE LIBERTAD RELIGIOSA:En las Constituciones de 1869 y 1876. En ambas los principios fundamentales declararon el valor absoluto de la libertad y la urgencia de separar el Estado de la Iglesia.

En ellas no vamos a centrar, las anteriores requieren poco comentario. Veamos cómo se va cimentando en el tiempo lo que ahora tenemos y disfrutamos.

En la Constitución de 1869 se plasmaba en su artículo 21 que: “La nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religión Católica. El ejercicio público o privado de cualquier otro culto queda garantizado a todos los extranjeros residentes en España, sin más limitaciones que las reglas universales de la moral y del derecho.

Si algunos españoles profesasen otra religión que la Católica, es aplicable a los mismos todo lo dispuesto en el párrafo anterior”.

La Constitución Federal de 1873 es considerado como un proyecto de constitución para la Primera República Española, redactado principalmente por Emilio Castelar, que no llegó a ser aprobado por las Cortes. Estuvo influido por la Constitución española de 1869 de la que tomó la declaración de derechos, con dos diferencias significativas: la separación entre la Iglesia y el Estado, que incluye el pleno reconocimiento de la libertad de cultos, y la abolición de los títulos de nobleza.

LaConstitución de 1876 del rey Alfonso XII con el político Cánovas del Castillo al frente –principal precursor de la restauración monárquica y el bipartidismo-, es nuestro texto más longevo por el momento, 47 años. Durante el mandato de Cánovas se dictó el Decreto Orovio que suspendió la libertad de cátedra y toda aquella enseñanza contraria a la fe católica a la monarquía y al sistema político reinante (con el tiempo los catedráticos y profesores disidentes o expulsados buscarían otras vías educativas novedosas y darían nacimiento entre otras a centros privados como la ILE –Institución Libre de Enseñanza-). Decía en su artículo 11: “La religión Católica, Apostólica y Romana es la del Estado. La nación se obliga a mantener el culto y sus ministros. Nadie será molestado en territorio español por sus opiniones religiosas, ni por el ejercicio de su culto respectivo, salvo el respeto debido a la moralidad cristiana. No se permitirán, sin embargo, otras ceremonias ni manifestaciones públicas que las de la religión del Estado”.

Es decir, se permitía y toleraba la práctica religiosa en la esfera privada.

Según el artículo 12, se concedía a todo español la posibilidad de fundar y sostener establecimientos de enseñanza con arreglo a las leyes.

Que es lo que tenemos en la Constitución de 1931…

Pues el artículo 27 decía que “La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión quedan garantizados en el territorio español, salvo el respeto debido a las exigencias de la moral pública. Los cementerios estarán sometidos a la jurisdicción civil. No podrá haber en ellos separación de recintos por motivos religiosos. Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno.

Nadie podrá ser compelido a declarar oficialmente sus creencias religiosas. La condición religiosa no constituirá circunstancia modificativa de la personalidad civil ni política, salvo lo dispuesto en esta Constitución para el nombramiento de Presidente de la República y para ser Presidente del Consejo de Ministros”.

Y en nuestra vigente Constitución de 1978…

En nuestro artículo 16 se dice que: “Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.

2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.

3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.

Tras examinar los textos constitucionales otras leyes de importancia han venido a regular el principio. Disponemos de la vigente Ley  Orgánica de Libertad Religiosa (Ley Orgánica 7/1980, de 5 julio, publicada en el BOE de 24-7-1980) de indiscutible reconocimiento  jurídico –como expresa el profesor Santiago Cañamares- que en su artículo primero nos dice que: “Uno. El Estado garantiza el derecho fundamental a la libertad religiosa y de culto, reconocido en la Constitución de acuerdo con lo prevenido en la presente Ley Orgánica.

Dos. Las creencias religiosas no constituirán motivo de desigualdad o discriminación ante la Ley. No podrán alegarse motivos religiosos  para impedir a nadie el ejercicio de cualquier trabajo o actividad o el desempeño de cargos o funciones públicas.

Tres. Ninguna confesión tendrá carácter estatal”.

2.- SURGE EL PROTESTANTISMO EN ESPAÑA: ALICANTE

En las constituciones de 1869 y 1876 los principios fundamentales declararon el valor absoluto de la libertad y la urgencia de separar el Estado de la Iglesia.Abierta la libertad de culto comenzaron a establecerse los protestantes en España y lo hicieron en un primer momento haciendo frente común con otras agrupaciones afines, y todas ellas juntas, mostraron su total oposición al ultramontanismo católico y al poder inmóvil establecido.

Durante la configuración del Estado Liberal en el período de la reina Isabel II 1833-1868 hubo varios intentos de redefinirla. Destaquemos la llamada Ley Moyano de 1857 -hasta 1970 vigente, la más longeva hasta el momento-. Con esta ley se intentó mejorar la deplorable condición de la educación en España, uno de los países europeos con mayor tasa de analfabetismo en esa década, organizando los tres niveles de la primera enseñanza: Enseñanza primaria, obligatoria desde los 6 hasta los 9 años y gratuita para los que no pudieran pagarla, pero que en la práctica dependerá de la iniciativa de los municipios o de la iniciativa privada.

La segunda enseñanza (enseñanza media, en la que se prevé la apertura de institutos de bachillerato y escuelas normales de magisterio en cada capital de provincia, además de permitir la enseñanza privada en los colegios religiosos, que recibirán especial consideración).La enseñanza superior con las universidades cuya gestión se reserva el Estado (extraído de https://www.ortegaysuarez.com/). Una importante ley que por primera vez en nuestra historia establecía la obligatoriedad de la enseñanza para todos los niños y niñas menores de 9 años.

La masonería como herramienta de perfección del ser humano y su transformación a través de un método iniciático, fue un espacio más para la propagación del Evangelio y muy usado en la primera organización protestante española que fue la Iglesia Evangélica Española (IEE). Esta iglesia (nacida de la fusión de la Iglesia Cristiana Evangélica y la Unión Ibero-Evangélica) surgió en julio de 1869, en Sevilla, ubicándose en una antigua Iglesia de los Jesuitas ofrecida por el Comité revolucionario y adquirida por los protestantes, a la cual le pusieron el nombre de la Santísima Trinidad. (García Rubio 1994:185).

el papel de los protestantes en el seno de las logias masónicas ha sido el de defender la libertad de conciencia y el librepensamiento

La Primera Iglesia Bautista 1870 se estableció en Alicante por el pastor Juan Martín Calleja, a quien el reverendo Knapp dejó al frente de la misma, y al que sucedería el ex sacerdote Martín Benito Ruiz, ex cura expulsado por espiritista y  anticatólico y parece ser también de la masonería. Llegaría en 1876 para ocupar su puesto al frente de la congregación, el judío convertido al Evangelio, George Simeón Ben Oliel y Tuatí, masón alcoyano.

El profesor Juan Bautista Vilar y su colega historiador Pierre Bastian sostienen que los primeros pastores protestantes en España y algunos de sus miembros pertenecieron a logias masónicas y algunos como Juan Emeterio o Emérito Fuentes, en Gijón, fueron fundadores de ellas (1889. taller “Amigos de la Humanidad” nº. 61 de Gijón creado y presidido por Juan Emeterio Fuentes. Además, entre sus integrantes estarían la mayoría de los miembros protestantes de Gijón y Oviedo, con José Rubiera, evangélico de Gijón, como secretario).

Y es que el papel de los protestantes en el seno de las logias masónicas ha sido el de defender la libertad de conciencia y el librepensamiento (oposición a cualquier dogma establecido) siendo portadores de un mensaje más sublime, que era el Evangelio. Su voz también va a ser oída en la sociedad profana a través de los miembros que reúnen la doble condición de masones y pastores evangélicos.

Existió entre 1880 y 1887 una logia en Alicante que llevó el nombre de Crisol, que se integraría luego en la Constante Alona, y que sería el mismo nombre dado a uno de los periódicos librepensadores ligado al Grupo Paz

Sin embargo, no sería hasta febrero de 1885 cuando encontramos el primer periódico librepensador editado en nuestra provincia, El Hijo de la Viuda, dirigido por José Pérez Martinón protestante y editor masón funda el periódico “el hijo de la viuda”, [Valencia, 1848 / 1911] y que haciendo honor al seudónimo que adquiriría años después, Cantaclaro, proclamaba desde sus páginas que “…el mejor templo era la Conciencia, y el individuo como único sacerdote”.

La Obediencia Masónica fue una de las bases de apoyo más sólidas con las que contaron inicialmente los grupos librepensadores, lo que parece confirmarse en particular por su relación directa con la logia Constante Alona o porque muchos de sus miembros eran masones, pero es que además, existió entre 1880 y 1887 una logia en Alicante que llevó el nombre de Crisol, que se integraría luego en la Constante Alona, y que sería el mismo nombre dado a uno de los periódicos librepensadores ligado al Grupo Paz que comenzarían a editarse al final de esa década.

, Reflexiones sobre el dogma

Cogito ergo sum. (René Descartes)

Por Carlos Francisco Ortiz


¿Cómo un masón se piensa a sí mismo y piensa al universo, particularmente, cuando observa que la humanidad se enfrenta a un virus como el SARS-CoV-2 que causa la enfermedad llamada coronavirus  COVID-19, que pone, eventualmente, en riesgo la vida y la existencia humana?

Ante una humanidad que requiere de resultados concretos y eficaces para enfrentar el SARS-CoV-2, ¿cómo podemos llegar a entender el pensamiento dogmático ante el pensamiento lógico y racional en cuanto a su aporte en la búsqueda del conocimiento que nos permita resolver la actual pandemia?

La racionalidad y el pensamiento caracterizan al ser humano.

Pensemos:

Primero fue el dogma, luego la razón. El pensamiento dogmático fue primero, puesto que nace y obedece de la ley del menor esfuerzo, presentándose como una forma de entender al mundo natural. Luego nace el logos, el pensamiento inteligente con sentido, que busca entender al mundo natural mediante la razón y explicarlo a través de la palabra.

De esta forma surgen un pensamiento dogmático y un pensamiento racional y, tanto el uno como el otro, tienen consciencia de sí mismos y de su capacidad de vincularse simbólicamente con el universo. Por ello, existe una razón dogmática, que está fundada en la especulación de un imaginario —individual o colectivo—, y una razón adogmática fundada en la certeza de los hechos y de la lógica.

“En el imaginario de la razón dogmática se encuentra la religión como una gran cosmovisión que representa aquel conjunto de creencias de carácter indiscutible”

En el imaginario de la razón dogmática se encuentra la religión como una gran cosmovisión que representa aquel conjunto de creencias de carácter indiscutible, tenidas por ciertas como principios innegables y obligados para sus seguidores; nace así, la ignorancia, que intenta ser salvada por la esperanza de la fe y por el temor al castigo Divino.

La ignorancia es el peor de todos los males al decir de Platón. De la ignorancia derivan todos los males y del conocimiento todos los bienes. Platón aconseja a los seres humanos a preocuparse en ser ricos en virtud – conocimiento -. La fe, sin duda respetable, no salva de la ignorancia, pues las leyes de la naturaleza son amorales y regidas por la causalidad.

En los relatos mitológicos y en la literatura bíblica, la metáfora nos enseña que la Deidad procura que el hombre desarrolle su existencia en la ignorancia. El relato bíblico del Génesis señala: «pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás» (Génesis 2:17).

El Titán Prometeo, quién robó el fuego de los dioses para entregar la luz a los hombres, sufrió el castigo de Zeus, y fue llevado al Cáucaso donde fue encadenado para que un águila le comiera el hígado y, siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecer cada noche y el águila volvía a comérselo cada día.

El ser humano se enfrenta a retos y preguntas.

El ángel de luz fue condenado al lago de fuego y azufre por sacar luz de la oscuridad, por obtener sabiduría rompiendo la ignorancia infinita, por despertar consciencia de lo inconsciente.

Si la ignorancia del pensamiento dogmático sobre la Deidad es sometida al juicio de la razón, no salva con éxito el examen de la lógica de la paradoja de Epicuro, puesto que los atributos de la Deidad – creados por el hombre –  tales como su omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia y omnibenevolencia, no resuelven el problema del mal en el mundo. ¿Entonces, por qué llamarle Dios?

Si la apuesta de Pascal en su argumento plantea que, ante la probabilidad de la existencia de Dios, lo racional es apostar que sí existe para así obtener como recompensa la gran ganancia de la gloria eterna, no es absurdo trocar la luz de la razón por el oscurantismo y la ignorancia, para así vivir con la esperanza de un supuesto que está basado en el azar. Ante la falta de evidencias y certezas, lo real es que el hombre ha creado a Dios a su imagen y semejanza, buscando una salvación y una seguridad existencial que le permita darle significado al sufrimiento y a la miseria humana, buscando justificar su falta de coraje para asumir su condición y naturaleza animal.

“El pensamiento adogmático es el gran logro en la evolución de la mente humana, es el que permite distinguir entre la luz y la oscuridad”

En el pensamiento de la razón adogmática se encuentran la filosofía y la ciencia como grandes cosmovisiones que han llevado a la razón humana al límite de sus posibilidades críticas; nace así, la realidad. La naturaleza es lo real; sus leyes obedecen a principios demostrables por el método empírico-analítico y el homo sapiens, cuya realidad sobre su naturaleza existe en la dialéctica homo sapiens-demens, magistralmente ilustrada por el antropólogo Edgar Morin, tiene existencia real —no existencia posible— en su cultura.

La dialéctica dogma-ignorancia, no obedece a razones socioculturales —educación— o socioeconómicas —riquezas—, es un diálogo que se da en función del nivel de consciencia de cada homo sapiens-demens. El nivel de consciencia es al pensamiento adogmático, lo que la ignorancia es al pensamiento dogmático, conditio sine qua non, para la evolución de la especie humana.

Teísmo y ateísmo, en su aparente antagonismo, son y forman parte de la búsqueda incansable de la razón humana por alcanzar la verdad, aquellas verdades conscientes que va construyendo, tanto con sus ideofacturas como con sus manufacturas, la especie humana en su anhelo por conocerse a sí misma, anhelo que muchas veces le ha llevado al extremo del delirio, o como diría Richard Dawkins, al «espejismo de Dios».

El pensamiento dogmático tiene sus raíces en el miedo, al decir del filósofo Bertrand Russell, el miedo es la base de todo, el miedo es el padre de la crueldad y, por tanto, no es de extrañar que la crueldad y la religión vayan de la mano. A contrario sensu, el pensamiento adogmático nace del coraje por conquistar al mundo mediante la inteligencia; es una rebelión contra la moral de Tartufo, en la cual, como señala José Ingenieros, «la hipocresía es el arte de amordazar la dignidad; […] es el guano que fecundiza los temperamentos vulgares, permitiéndoles prosperar en la mentira…».

El pensamiento adogmático es el gran logro en la evolución de la mente humana, es el que permite distinguir entre la luz y la oscuridad, entre el conocimiento y la ignorancia, entre la verdad y el error; es el que valora la vida, construye un mundo y se vincula simbólicamente con el universo desde este lado de la muerte: citerior. Así pues, reflexionando sobre el dogma y la razón, se puede decir, por ejemplo, que ante las grandes pandemias, catástrofes y calamidades que han azotado a la humanidad a través del curso de su historia, lo cierto es que el dogma no crea ciencia ni bienestar social, ni mucho menos crecimiento y desarrollo para la humanidad. La realidad del mundo está en los «hechos» y no en un oscurantismo inquisitivo llamado «dogma» que busca afanosamente decapitar a la razón.

La evolución es generar y ampliar consciencia, de tal modo que la evolución gradual y progresiva de las partes, es la evolución del todo, de lo contrario, no tendría sentido la existencia del universo y de la humanidad.

Notas:

Acuña, R. (2018). La Paradoja de Epicuro. Wall Street International. Junio, 28.
Dawkins, R. (2012). El espejismo de Dios. España: Editorial Espasa.
Fernández, G. (2019). La Apuesta de Pascal. Revista Libertalia. Abril, 5.
Ingenieros, J. (2013). El Hombre Mediocre. FV Éditions.
Russell, B. (s/f). Por qué no soy cristiano. Biblioteca Omegalfa.
Solana, J. L. (1996). Bioculturalidad y «homo demens». Gazeta deAntropología.
Webdianoia. Teoría del conocimiento de Platón.

, Protestantismo y masonería
Estatua de Martin Lutero a la puerta de una iglesia.

LIBRO DE DIEGO FIGUEROA

Leer más

El presidente de CLIPSAS, Iván Herrero Michel, abogado y escritor colombiano, pronunció una brillante intervención con motivo de la inauguración de las ‘I Jornadas sobre masonería’ organizadas por la logia Constante Alona de Alicante. Herrero abordó algunos de los principales retos a los que se enfrenta la masonería. Habló alto y claro acerca de la discriminación secular que padecen las mujeres en la masonería. A continuación, los lectores de El Francmasón pueden disfrutar de su intervención completa.

 

 

Mis respetos al Gran Oriente de Francia, bajo cuya jurisdicción trabajo en el día de hoy. Saludo con mis respetos a todos mis Queridos Hermanos y Queridas Hermanas, presentes, en sus Grados Y calidades.

Se enfrenta hoy la Masonería, al igual que toda asociación contemporánea, a un cambio de época en donde se impone la reflexión sobre el rol, los conocimientos y las sensibilidades básicas de las que debe estar dotado un Masón y una Masona para oficiar de interlocutores idóneos con la sociedad actual en conjunto con muchos otros estamentos de las esferas públicas y privadas. Tanto en su dimensión histórica como en sus alcances humanistas.

Y aquí ya tenemos la primera dificultad: Una Querida Hermana, hace poco, me recordaba que la Masonería implica una gran dosis de reflexión personal, y que el ritmo intenso de la vida diaria, nos está dejando poco tiempo disponible para la reflexión. En las Logias pulimos las Piedras para ubicarlas, alineadas vertical y horizontalmente, en un muro, en medio de muchas otras. Eso demanda un método y un tiempo que cada vez es más escaso para la oferta que hace la Orden al ciudadano de mejorar su condición humana, y, a la humanidad, a la que ofrece el Masón mismo.   

Debo agradecer, que me hayan invitado hoy a compartir algunas reflexiones personales sobre “la Masonería ante los Retos de la Fraternidad Universal”, en el marco inaugural de las cuatro Jornadas Masónicas sobre los Retos del Siglo XXI, organizadas por la Resp:. Logia Constante Alone, del Gran Oriente de Francia, con sede en el Or:. de Alicante, España. Una ciudad de la Comunidad Valenciana, a orillas del Mediterráneo, tan rica en orígenes plurales e influencias culturales como lo puede ser la región Caribe en donde vivo.

Actualmente, se puede observar en África, Europa y las Américas una clara tendencia sinérgica de la Orden hacia el fortalecimiento de confederaciones regionales de Grandes Logias, en donde las soluciones a las coyunturas sociopolíticas locales se extrapolan a naciones, tradiciones y etnias muy diferentes.

En este orden de ideas, es fácil prever que el siguiente paso que verá el mundo Masónico será la creación de una liga de confederaciones subregionales, en la que cabrán diferentes formas de entender la Masonería, y el formato que se está adoptando para estas tendencias parece incluir un análisis puntual de un tema de actualidad, en la consideración de que los problemas fundamentales de la humanidad no deben ser tratados como individuales y locales sino bajo la óptica de su interdependencia con los problemas colectivos y universales.

Vemos entonces, como en el estado civilizacional actual, en el que la cultura occidental parece haberse mundializado, el método Masónico sólo se percibe pertinente cuando es capaz de contextualizar su mensaje.

Un punto importante de partida, para abordar el tema de la autoconstrucción autónoma y soberana de un Masón es el reconocimiento del hecho, incontrovertible, de que el método Masónico de aproximación a la experiencia ética, científica, moral y sociológica sigue manteniendo validez.

En los tiempos actuales (tanto para los Masones, como los no Masones), la libertad de pensamiento, la ética incluyente y el respeto por la diversidad de las concepciones y las posturas ajenas es un requisito mínimo de socialización en un mundo globalizado que, contando con un crecimiento poblacional desbordado y procesos migratorios dinámicos, juntan modelos culturales diversos en unas mismas metrópolis.

En desarrollo de lo anterior, más que grandes reformas internas lo que requerimos, a mi manera de ver las cosas, es un enfoque de la actitud frente al trabajo individual y social Masónico, para dar paso a nuevas visiones y modelos inclusorios capaces de generar un pensamiento universalista pertinente y creativo. Así como valores y actitudes fácilmente reconocibles como Masónicos.

En pocos días nos reuniremos alrededor del Solsticio de Verano, en el hemisferio Norte, y del Solsticio de Invierno en el Hemisferio Sur, También, en pocos días se cumplirán 4 años desde que celebramos en todos los continentes del mundo el cumpleaños número 300 de la fundación de la primera Gran Logia en Londres.

La Masonería, de por sí, ha sido un gran Solsticio para la humanidad. Y si bien los nombres de la inmensa mayoría de los cientos de millones de hombres y mujeres, que en los últimos tres siglos han sido Masones y Masonas, puede haberse diluido en la memoria colectiva de la Orden, les sobreviven sus contribuciones individuales, a la manera de la materia oscura del universo, indetectable para la vista, pero fácilmente inferible por sus efectos reales.

Pero lo que a menudo olvidamos, y raramente elogiamos, es al núcleo central de nuestra membresía. A la mayoría silenciosa de cientos de millones de obreros y obreras construyendo en tres siglos, anónimamente, como las abejas de un panal. Al Masón y a la Masona de a pie que no ocupó, ni buscó ocupar, cargos importantes ni dentro ni fuera de la Masonería, y cuyos recuerdos se han desvanecido, pero que se dedicaron de manera tranquila a mantener encendida la antorcha, preservando unos principios que desinteresadamente trasmitieron a la próxima generación.

Es una masa invisible que no encontramos en los libros de historia, pero que, al conformar una enorme masa crítica que traspasa los tiempos y los lugares, con una moral Masónica, sencilla y bienhechora, sin ambiciones de dinero ni de poder, hacen de su decencia un sacerdocio, de su familia un templo, y de su palabra comprometida un altar elevado a la gloria del más profundo sentido de la vida humana. Llevando en sí mismo, y a otros, claridades en donde hay oscuridad, e invitaciones, con el ejemplo de su conducta, a ser libres para valorar el bien y el mal, a considerar a todos como iguales en dignidad y en derechos, y a ejercer la fraternidad, la sororidad y la solidaridad general sin distingos de ninguna naturaleza.

Por lo tanto, los principios generales de la Masonería, y nuestra fuerte tradición de construcción comunitaria, siguen teniendo un papel real en el futuro de la sociedad. La Masonería como institución no tiene el poder para cambiar las cosas, pero nosotros, como Masones y Masonas, individualmente podemos mostrar una diferencia en nuestros entornos, tal como lo hicieron nuestros cientos de millones de antepasados y contemporáneos de los siglos XVIII, XIX, XX, y lo que va del XXI.

QQ:. Hermanos y Queridas Hermanas, quiero contarles algo:

Hace tres años publiqué en mi blog PIDO LA PALABRA un artículo en el que utilicé la expresión “Aprendiza Masona”, que dio lugar a verdaderas acrobacias semánticas para negar su corrección gramatical.

En medio de todo esto, me llamó poderosamente la atención un correo que, luego de anotar las razones que ha conocido el autor para justificar el patriarcado Masónico, el masculinísmo activista en la práctica ritual, la discriminación de género y la resistencia a utilizar el femenino de una palabra (aun cuando sea gramaticalmente correcto), pasó a reseñarme el micromachismo que ha observado en Obediencias mixtas y femeninas, mostrándome que allí también se cuecen habas a calderadas.

Al parecer, no solo es cuestión de estar de acuerdo con que se Inicien mujeres en igualdad de condiciones y oportunidades que los varones, sino que además hay que estar revisando empáticamente las formas, el trato y las decisiones. Para, por lo menos, constatar que nuestros textos normativos y ritualísticos en castellano estén en concordancia con lo dispuesto por el “Diccionario de la lengua española”, por la “Nueva gramática de la lengua española”, por la “Ortografía de la lengua española” y por el “Diccionario de autoridades”, que publican la Real Academia de la Lengua Española (RAE) en asocio con otras veintitrés Academias similares, de 23 países de habla castellana, agrupadas en la “Asociación de Academias de la Lengua Española” (ASALE). Además de por la cuarta versión (2016) del “Diccionario de uso del español” de María Moliner.

Por ejemplo, se trata, comenzar a naturalizar.

No es mucho pedir, realmente, que normalicemos entre nosotros el lenguaje correcto de lo femenino con expresiones como: La Venerable Maestra, en vez de la Venerable Maestro. La Primera Vigilante, en vez de la Primer Vigilante. Y dejáramos de maltratar el idioma diciendo la Juez, la Elegido, la Electo, la Arquitecto, la Perfecto, la Príncipe, la Soberano, la Escocés, la Inspector y la Inquisidor: Cuando se aplica a una Masona, lo correcto es denominarla: la Jueza, la Elegida, la Electa, la Arquitecta, la Perfecta, la Princesa, la Soberana, la Escocesa, la Inspectora y la Inquisidora. Como sabemos, debe haber concordancia de género entre el artículo, el adjetivo y el sustantivo.

Y Traigo a colación este ejemplo de micromachismos para mostrar cómo la Tradición Masónica no puede exigirnos maltratar la gramática, ni conservar un Estatus Quo que desconoce igualdades. El de las mujeres es un clásico ejemplo de un tema que ya no debería ocuparnos internamente. Al igual que el de los Masones negros, cojos, homosexuales o ancianos. Cada dos segundos una persona huye de la violencia en el mundo, según la Agencia de la ONU para los Refugiados. La mitad son niños y niñas. Algunos viajan en brazos de su madre, otros recorren peligrosos caminos sin acompañamiento. Toda fraternidad Iniciática, Masónica o no, tiene siempre algo que decir frente al sufrimiento de los otros..

Para mí, lo Masónico es muy sencillo, es íntimo, es bastante útil y es profundamente moral.

En lo básico, común y simbólico, se trata de una metáfora creativa de la construcción de sí mismo y de nuestras sociedades utilizando progresivamente las herramientas de la albañilería, de acuerdo con los niveles organizacionales de este oficio.

En lo público y visible, la metodología Masónica propone un perfeccionamiento moral, individual y social de la persona, con una implicación humanista que debe proyectarse a la sociedad en general, a nuestros espacios profesionales, laborales, familiares, Etc. En este sentido, somos Maestros y pedagogos del nuevo tipo de ciudadanía y de sociedad que anhelamos construir y ayudar a construir.

En lo íntimo y personal, la pedagogía Masónica nos orienta a un conocimiento profundo de nuestra realidad interior en tanto seres trascendentes, para estimular el nacimiento de una persona nueva. Nos guía desde un antes hacia un después.

Es decir, que el método Masónico implica una labor de doble vía.

Por un lado, una de Introspección o de mirada hacia el interior de nosotros mismos, y por el otro, una mirada prospectiva que es, como lo define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, una “exploración de posibilidades futuras basada en indicios presentes”.

Estas dos clases de pedagogía (exotéricas, con X y esotéricas con S), mezcla de teatro y filosofía, componen la que utilizan las Logias con una clara intención Iniciática. Es decir, como una experiencia decisiva de transito que inicia progresivamente, Grado tras Grado, un nuevo orden de sensibilidades. Para ello, la Orden recurre a unos rituales, a unas ceremonias, a unos símbolos y a unas alegorías. Ya que la práctica de pasar de una oscuridad a una claridad no es monopolizable y la herencia de la tradición Masónica es un patrimonio inmaterial e intangible de la humanidad.

Que una Logia abra o cierre el pórtico de su templo con base en prejuicios, creencias personales o discriminaciones, no ha sido nunca una buena política en el camino de construir una humanidad con más libertad, con más igualdad y con más fraternidad que las que nos tocó en suerte. Ni en el de hacer énfasis en los intereses compartidos de la humanidad para un mundo más pacífico, más saludable y, más respetuoso de la diferencia.

Hoy practicamos la Masonería en la mejor etapa de la humanidad. Y lo digo a pesar de que diariamente veo la cantidad de violencia que muestran los noticieros, las redes, los periódicos y las revistas. Y también lo digo, a pesar de que conozco más violentologos que pazologos, que me podrían inclinar a mermar mi confianza en la humanidad.

Pero lo cierto es que, por primera vez en la historia de la especie humana, muere en el mundo más gente por obesidad que por hambre. Mueren más personas de vieja que por epidemias. Incluida la del Coronavirus. Y los accidentes matan más gentes que todas las clases de violencia sumadas. El pensador Yuval Noah Arari, demostró en su libro, “21 Lecciones para el Siglo XXI” que en las antiguas sociedades agrícolas la humanidad causaba hasta el 15% de las muertes. En el siglo XX, la violencia mató el 5% de las personas. Hoy la violencia de todo tipo es responsable solo del 1% de las muertes.

Hemos avanzado penosamente y falta mucho por hacer. Pero creo que el mayor triunfo de la Orden Masónica es que sembró, y ayudó a sembrar, las semillas de las ideas básicas que dejaron huella en los últimos tres siglos, en infinidad de grandes y pequeñas corporaciones, tribunales, tratados, universidades, ONGs, Etc., que hoy las defienden con ardor. Fueron ideas que alcanzaron la mente y el corazón de cientos de millones de Masonas y Masones en tres siglos. Y a través de ellos llegaron a sus entornos.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas, frente a la violencia contra las mujeres, sus menores salarios frente a igual trabajo que el hombre, y la negación de su derecho decidir sobre sus cuerpos.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas, para fortalecer los valores y los derechos de las diferentes formas de familias, propiciando un relacionamiento incluyente e igualitario del que ama diferente.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas, frente a las migraciones de todos nuestros países, sin excepción, que, desde la década de los 60s del siglo pasado, se dirigen principalmente a Europa, Australia y Norte América (o de un país a otro de Europa) huyendo de la violencia, la falta de oportunidades y la pobreza. O buscando mejores horizontes para sus hijos.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas, frente a los migrantes que huyen de las dificultades económicas de sus naciones, a quienes debemos recibir sin discriminaciones, creándoles oportunidades de integración social, con apego a una sólida línea humanista, y un indeclinable respeto a sus derechos fundamentales al asilo, a la vida, a la salud, al trabajo, a la igualdad, al buen nombre, a la honra, a la intimidad, al libre desarrollo de su personalidad. A no ser objeto de esclavitud, servidumbre ni trata de seres humanos. A la libertad de culto y de expresión, a la paz, a presentar peticiones a las autoridades, a circular libremente por nuestros países, a un debido proceso con las garantías necesarias para ejercer su defensa, a la libertad y a reunirse y a asociarse.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas frente a los discursos que promueven odios y miedos. Tenemos obligaciones humanistas y constructivas para no convertir la Masonería en una cuestión exótica, trivial o etérea, que solo exista en nuestra imaginación, soportada por creencias extrañas y pseudociencias. Tenemos, dentro y fuera de las Logias, que respetar las religiones y la fe de quienes las practican. Y no invadir los legítimos espacios que tienen en la sociedad.

Y, sobre todo, tenemos obligaciones humanistas y constructivas para conservar la Masonería como algo que propicia que, quienes accedemos a ella, no nos mitifiquemos a nosotros mismos. Para que no seamos insensibles al dolor que podemos ocasionar. Para concebir las relaciones fraternales en un marco abierto y cooperativo. Y para que la historia no nos recuerde como la generación de los Masones indiferentes.

QQ:.. Hermanos y Hermanas,

A principios del año 2020, salió a la luz pública un extraordinario libro bajo el sugestivo título de “Pensando en la masonería del siglo XXI. ¿Está amenazada la Orden Masónica?”, de Ediciones Champs-Élysées, de París, que contiene una importante y crítica reflexión prospectiva sobre el futuro de la Masonería.

Sus autores constituyen una nómina de lujo: Alain De Keghel, Ex Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del REAA del Gran Oriente de Francia, y Philippe Liénard, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Bélgica. El prólogo fue escrito por Michel Barat, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Francia, y Jean-Pierre Legay, ex Consejero de la Orden del Gran Oriente de Francia.

El texto (que recomiendo vivamente) ofrece una mirada conjunta y diferente de dos Masones de Altos Grados y amplia experiencia que no dudan en considerarse Aprendices. Diseccionan y analizan de forma minuciosa y detallada la Orden en su diversidad, en su riqueza histórica y en su actualidad, con una retrospectiva respetuosa, seria y portadora de preguntas valientes del tenor de: “¿Están los valores Masónicos a la deriva? ¿Ha decaído la Orden Masónica? ¿Tiene futuro a la luz de su pasado? ¿Deberíamos repensar la Orden Masónica del siglo XXI? ¿Debemos pensar también que la Orden, tres siglos después de su aparición, lejos de distinguirse por su ambición de sacar el Orden del Caos, ahora estaría amenazada por su opuesto dentro de sí misma? ¿Puede sobrevivir? ¿De qué Orden Masónica podemos hablar hoy en un mundo en rápido cambio cuyas fuentes luchan por responder a trastornos de todo tipo?”

Son preguntas de fondo que nos pueden llevar a debates interminables. Después de mucho pensarlo y discutirlo con algunos Hermanos Masones, creo que deberíamos poner mucha atención a las posibilidades que ofrecen las Confederaciones Masónicas en el mundo de hoy.

Estas sinergias podrían estar formalizadas en alianzas dirigidas a buscar objetivos comunes que son más difíciles de alcanzar juntos que separados. Pueden concebirse como una experiencia más amplia que incluya dinámicas colaborativas que validen mejoras en la labor constructiva, con mejores resultados y una visión más amplia.

Puedo traer a cuento, por ejemplo, para ilustrar lo que digo, y en honor al país de la Logia Constante Aluna, que me ha invitado, el “Espacio Masónico de España (EME), constituido por el Gran Oriente de Francia, la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano, la Gran Logia Simbólica Española, y la Gran Logia Femenina de España, que son Obediencias Masónicas adogmáticas y liberales. En sus propias palabras: “Esta alianza, en defensa de los valores Masónicos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, ofrece desde el año 2009 un marco común de reflexión, actuación y reconocimiento mutuo… y ha supuesto un importante avance en cuanto a la forma de acercarse a la sociedad española”

Otro ejemplo de sinergia Masónica lo constituye la asociación de Obediencias liberales que conocemos como la “Alianza Masónica Europea” (AME), que representa a los 170.000 Masones de 34 Obediencias, en 14 países europeos, que confiesa públicamente que “tiene como fin propio la difusión y la promoción de los valores y principios de los que la Masonería es heredera activa, especialmente por cuanto concierne a la libertad de conciencia y de pensamiento como derecho inalienable y a los ideales de democracia, de fraternidad, de igualdad y dignidad de todos los seres humanos, incluida su capacidad de elección respecto a la procreación, a la concepción y a la finalización de la propia vida.” La Alianza Masónica Europea hace suyos la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, el Convenio europeo sobre derechos y libertades fundamentales, de 1950, y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea del año 2000, rechazando toda forma de discriminación y de atentado contra la libertad de expresión respecto a cualquier tema.

Mucha agua ha corrido bajo los puentes de la Masonería, nada ha sido estático y muchas cosas han cambiado. El pensador Milton Arrieta López sostiene que el más incontrovertible Landmark de la Orden es el del cambio.

Aún conservo en mi biblioteca el libro “La Republica Planetaria” (2007) de Jacques Plumet, en el que podemos leer que “en el momento en que un enfrentamiento generalizado de civilizaciones, la guerra responde al terrorismo en una espiral cada vez menos controlada, en que el laicismo ha sido tan violentamente atacado por las nuevas formas de sectarismos ideológicos o religiosos, corresponde a los Masones mostrar el ejemplo y promover una asamblea representativa de personas de los cinco continentes para el advenimiento de una Res Pública latitudinal. Es decir: La República.”

Y aunque Plumet escribe desde el Rito Francés (o Moderno), su coincidencia con Ramsay, que escribe desde los antecedentes fundacionales del REAA, es total cuando dice que “el mundo entero no es más que una gran República en la cual cada nación es una familia y cada individuo un niño”. 

Son coincidencias atemporales, a la vez que un basamento común, que representa el ADN Iniciático que determina la universalidad pasada y presente de la Masonería, además de su coherencia histórica. Se requieren masones que sean interlocutores idóneos de la sociología del siglo XXI, y posean capacidad propositiva. Es decir, que sean aptos para entender que, a la manera de un patrimonio intangible de la humanidad, la masonería contiene tradiciones y memorias activas adquiridas de nuestros antecesores y es una facilitadora para la comprensión de la pluralidad y la contribución al dialogo integrador entre diferentes.

Muchos Masones y Masonas de hoy están haciendo grandes esfuerzos para trasmitir el verdadero mensaje de la tradición a un mundo cada vez más enterado de su pluralidad, y tenso en su relación con los colectivos a los que esa diversidad mortifica.

Y aunque en la actualidad coexisten varios modelos que describen lo Masónico, e identifican sus líneas de acción, desde su propia visión, soy de la convicción de que Jornadas como estas, ofrecidas desde el Oriente de Alicante a países y continentes diferentes, identifican, las sinergias al momento de enfrentar la tarea de las instituciones que agrupan a los Masones para trabajar en orden y armonía en nuevos proyectos de interés Masónico general.  

Muchas gracias a todos, por su paciencia y fraternidad para escuchar mis palabras.

Es mi Palabra Ven:. Maestr:.

Iván Herrera Michel

Or:. de Alicante, España

11 de junio de 2021 (E:. V:.)

Los masones implantas más de 250.000 kits de identificación en menores desde el año 2006

La principal agencia de investigación de los Estados Unidos, el FBI, ha premiado a la Fundación Infantil Masónica de Missouri con el premio ‘Liderazgo Comunitario’ por su labor en la protección de la infancia, según informa la organización desde su departamento de prensa.

Una responsable del programa Mochip, toma las huellas dactilares de una menor.

Específicamente, se trata del FBI de la ciudad de San Luis, que ha galardonado el programa de identificación y protección infantil de Missouri (MoChIP) de la organización masónica, que se inició en 2006 y ha generado cerca de 250.000 kits de identificación. Pueden encontrar toda la información en el siguiente enlace: http://mochip.org/

PARA CASOS DE DESAPARICIÓN

La Fundación Infantil Masónica ha ideado un kit de identificación completo que puede ser evaluable cuando un niño desaparece. El sistema de geolocalización e identificación es gratuito para cualquier familia de Missouri.

Los padres y tutores simplemente llevan al niño a un evento de MoChIP para rellenar el kit en minutos. “Los kits de identificación de niños actúan como multiplicadores de fuerza para ayudar a proteger a los niños”, ha explicado Richard Quinn, agente especial a cargo del proyecto. “Rápido, fácil y gratis, animo a todos los padres a aprovechar este recurso evaluable asistiendo a un evento de MoChIP, donde los voluntarios completarán los kits”.

La Fundación Infantil Masónica de Missouri es el único patrocinador y administrador del programa y compra todo el equipo y materiales necesarios. Los kits de identificación del niño contienen fotografías digitales, huellas digitales, información del niño y contactos de emergencia, dos tarjetas de identificación laminadas y una impresión de la mordida dental.

Los masones de Missouri se ofrecen como voluntarios en los eventos para completar los kits. El presidente de la fundación, Emmett Bryson, ha explicado que: “la Masonic Children’s Foundation está muy emocionada de recibir el reconocimiento por nuestro programa MoChIP, que ha estado sirviendo a familias en Missouri durante más de 15 años. En nombre de los más de 30.000 masones de Missouri que se ofrecen como voluntarios y apoyan este programa, agradecemos al FBI por reconocer su éxito ”.

El programa MoChIP se inició en 2006. Hasta la fecha, la Fundación Infantil Masónica de Missouri, junto con los masones del citado estado, han generado aproximadamente un cuarto de millón de kits de identificación para niños.

El programa MoChIP complementa la aplicación Child ID del FBI, que se puede descargar de forma gratuita en su dispositivo móvil. La aplicación proporciona un lugar conveniente para almacenar electrónicamente fotos y otra información vital sobre sus hijos para que esté literalmente a mano si la necesita. También puede enviar rápidamente la información por correo electrónico a las autoridades.

Homenajeados anteriores del FBI en San Luis

1990 Joseph Cunningham, ex jugador de béisbol de los St. Louis Cardinals

1991 Martin Mathews, Mathews-Dickey Boys ‘& Girls’ Club

1993 El fallecido Jean Leible, activista vecinal

1995 Pastor Harry Douma, Camp Penuel

2005 Martin Mathews (dos veces homenajeado)

2006 Karen Aroesty, Liga Anti-Difamación

2007 Pastor BT Rice, Iglesia Cristiana del Séptimo Día New Horizon

2008 Dave Sinclair, Dave Sinclair Auto Group

2009 Bill Wilkerson, “¡Comuníquese con St. Louis!”

2010 Dr. Stephen Bander, Bander Center for Medical Business Ethics

2011 Anthony Thompson, Grupo de construcción de Kwame

2012 Kimberly Ritter, Gestión de conferencias y reuniones de Nix

2013 Angel Baked, un programa de empresa social que empodera a los adolescentes del centro de la ciudad

2014 Teatros Wehrenberg

2015 Iniciativa Ferguson Forward de Emerson

2016 Shubert Design Furniture (en conjunto con la Fundación Gary Sinise honrada por la sede del FBI)

2017 Danny Ludeman, presidente y director ejecutivo de Concordance Academy of Leadership

2018 Consejo Nacional sobre Alcoholismo y Abuso de Drogas — St. Área de Louis2019 Fundación Infantil Masónica de Missouri (anuncio retrasado debido a COVID-19)

La roca sin desbastar

Pie de foto de imagen destacada: Tallar la piedra bruta es el principal objetivo de los masones.

Fdo: Duman

Uno de los primeros elementos del que fui consciente en aquella iniciación, nada más retirar lo que me tapaba los ojos, fue esa roca. Esa roca sin forma, virgen y sin modificar. Una roca natural con mil potencialidades en las que enfocarse. Un elemento simbólico al que hay que desbastar o no… eso ya entra dentro de la libertad de cada persona.

Inicialmente se podría definir desbastar como el retirar las partes más gruesas o bastas de un elemento material para labrarla con el fin de afinar, pulir, gastar o debilitar ese objeto. Mientras que, si se utiliza con una persona de forma coloquial, implicaría el quitar la tosquedad o la incultura con el fin de educar. En esta escuela, que es la masonería, todas las personas integrantes son profesorado y alumnado. Todas son pico y piedra, de una manera consciente e inconsciente. Todo ello, con el fin de generar un espacio fraternal de reflexión durante las tenidas (y en ocasiones en pasos perdidos). Es decir, somos piedras que van generando finalmente su morfología rocosa.

Como esos masones operativos de la edad media que extraían las piedras de las canteras para darle forma. Ese objeto que representa lo primigenio, lo inicial o lo primitivo. En definitiva, los inicios.

Del mismo modo que se pasó de esa masonería operativa a la masonería especulativa, se pasó de la piedra desbastada al aprendizaje humanístico y plural en la logia. Alcanzar el saber mediante el método masónico, que es un camino individual y comunitario a la vez.

El concepto de la piedra a nivel simbólico puede ser diverso. Como la piedra, que es consistente, los principios masónicos deben mantenerse en la ruta del aprendizaje. También puede representar esa permanencia que proviene de la antigüedad y que conecta con el ahora. Sedimentos que van quedando y conforman la materia. Con ello, se podría incluso hablarse de la piedra filosofal relacionada con el Templo de Salomón con el fin de hablar de la alquimia para alcanzar ese oro infinito o incluso la inmortalidad. Al final es el símbolo de alcanzar esa utopía que deseamos que exista, la idea de iluminación y perfección.

En este punto siempre me viene a la cabeza un cuento que habla de la utopía, que repito en diversos momentos, ya que para mí es como mi pilar central. En el que un maestro acompañado de su discípulo andando por la playa, el discípulo le pregunta:

– Maestro, ¿Qué es la utopía? – el maestro lo mira y se gira para ver el final del mar.

– ¿Ves el horizonte? Cuando andas hacia el mismo ¿Qué sucede? Se va alejando. Eso… es la utopía. – El aprendiz incrédulo y tras un minuto de silencio le pregunta de nuevo.

– Entonces, maestro, ¿Para qué sirve la utopía? Si nunca la alcanzas por mucho que andes hacia ella.

-Precisamente para eso… para hacernos andar.

La piedra filosofal, la piedra a desbastar o nuestro aprendizaje continuado es un concepto utópico que las personas masonas le vamos dando forma. ¿Cómo? Andando. Es por ello que el trabajo constante y continuado lo conforman.

En ocasiones se puede pensar que en la actualidad la función de la masonería no quede clara. Incluso hay profanos que plantean “conspiranoias”, mientras otros refieren que esa gente lo que le gusta es el folclore de los antiguos gremios de canteros y constructores de templos. Lo importante es para qué nos sirve a la hermandad de esta logia o en qué me sirve a mí como masón, es decir, convertirnos en esa cantera de piedra que ya los fenicios sacaban aquí buen material. Como uno de esos lugares, no muy lejos de aquí es Alona o Alonai. Sería bueno que la masonería sirviera para ayudarnos a mejorar como personas para que a su vez podamos reflejarlo en nuestras relaciones con los demás y en la sociedad. Todo ello, mediante los rituales, símbolos y sobre todo los debates reflexivos en fraternidad. No olvidemos que no importa el grado que tengamos, todas las personas somos eternos aprendices y se desbasta la piedra constantemente, como en el andar hacia la utopía. Cuando se deja de realizar la albañilería-masónica y de “desbastarse“, se deja de andar, quedándonos rígidos y disformes como esa piedra.

Del mismo modo que no es lo mismo escribirlo con V que con B, ya que en el segundo es perfilar para darle forma para formar el templo. En el primero es una destrucción total. Es la destrucción del templo: la devastación. Estos conceptos son similares, pero no iguales; las palabras generan pensamiento, y el pensamiento acción y movimiento. La formación de nuestra piedra es un trabajo constante, pequeños golpes que van dándole esa forma necesaria para colocarlo como pieza en el lugar que le podría corresponder. La piedra como la mente que le vamos dando forma con nuestras creencias, pensamientos y diálogo interno.

La piedra bruta es la “materia prima” amorfa y en la que el recién iniciado/a comienza dando golpes inexpertos. Por ello, es importante, tomar consciencia de otra idea: que no por más piedras existan, implica una mayor construcción y mejor mantenimiento. De esta lección se puede aprender en la misma Biblia cuando se nos habla de la famosa “Torre de Babel” en la que la humanidad dejó de entenderse. Es decir, de escucharse. No por más piedras, no por más alto sea el edificio, nos entendemos mejor.

La masonería es una institución en el que mediante un método se aprende a reflexionar y debatir, además de mover y manejar ciertas emociones. Sus herramientas son importantes pero su piedra también. Sin embargo, no todas las herramientas pueden ser evidentes para los trabajos. No lo olvidemos, yo no lo haré: Cambiar nuestro mundo para cambiar el universo.

Y finalizo con una frase de un escritor del siglo XIX, William George Ward:  “El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie y el realista ajusta las velas”. Ajustémoslas, demos forma a nuestra piedra, desbastémonos, pero con B. Con B de Boaz.

En memoria de todos los españoles represaliados por sus ideas, creencias y opiniones

II Premio Espacio Ulises: Relato ‘L.I.F. Libertad, Igualdad, Fraternidad’ de Juanma Andrés

Las hojas caían, una a una, sobre el sendero que conducía a la parte antigua del cementerio. Hojas de tonalidad marrón, que se oscurecían con la humedad provocada por la suave llovizna que completaba, de una forma cuasi artística, aquella estampa otoñal.

II Premio Espacio Ulises: Relato ‘L.I.F. Libertad, Igualdad, Fraternidad’ de Juanma Andrés

Las hojas caían, una a una, sobre el sendero que conducía a la parte antigua del cementerio. Hojas de tonalidad marrón, que se oscurecían con la humedad provocada por la suave llovizna que completaba, de una forma cuasi artística, aquella estampa otoñal.

Acostumbraba a visitarlo con frecuencia. No por ningún tipo de patología asociada a la necrofilia, ni mucho menos, sino por esa pasión que le poseía cada vez que transitaba por esos recovecos cargados de historias personales. Y de Historia, con mayúsculas.

Aquella tumba siempre le había fascinado. Se encontraba allí, impertérrita al paso del tiempo, como un manuscrito de piedra en medio de un océano de nombres, de fechas y de fotografías decimonónicas. Ajena, también, al hecho irrefutable de su abandono. Un par de ramilletes de flores secas encima del mármol, ajadas y consumidas por la intemperie, daban fe de ello. No pudo hacerse una idea de cuánto tiempo llevaban allí.

Alzó la vista. El tono plomizo de las nubes que cubrían el cielo de Madrid amenazaba con romper en tormenta. Torció el gesto y se encogió de repente, tras sentir un leve escalofrío. El viento provocaba un siseo inquietante que removía las hojas en intervalos cada vez más cortos, formando remolinos que resonaban como instrumentos de viento en una suave orquesta improvisada. Metió las manos en el abrigo y, después, echó un par de ojeadas a su alrededor. Estaba solo allí, sin duda, únicamente rodeado de tumbas, de esculturas funerarias y de los susurros provocados por el aire que se filtraba a través de los sepulcros. Apenas quedaba una hora para que cerraran el cementerio y la escasa luz que atravesaba el manto de nubes, ya consumida por el ocaso de la tarde, era cada vez más débil.

II Premio Espacio Ulises: Relato ‘L.I.F. Libertad, Igualdad, Fraternidad’ de Juanma Andrés

Las hojas caían, una a una, sobre el sendero que conducía a la parte antigua del cementerio. Hojas de tonalidad marrón, que se oscurecían con la humedad provocada por la suave llovizna que completaba, de una forma cuasi artística, aquella estampa otoñal.

Acostumbraba a visitarlo con frecuencia. No por ningún tipo de patología asociada a la necrofilia, ni mucho menos, sino por esa pasión que le poseía cada vez que transitaba por esos recovecos cargados de historias personales. Y de Historia, con mayúsculas.

Aquella tumba siempre le había fascinado. Se encontraba allí, impertérrita al paso del tiempo, como un manuscrito de piedra en medio de un océano de nombres, de fechas y de fotografías decimonónicas. Ajena, también, al hecho irrefutable de su abandono. Un par de ramilletes de flores secas encima del mármol, ajadas y consumidas por la intemperie, daban fe de ello. No pudo hacerse una idea de cuánto tiempo llevaban allí.

Alzó la vista. El tono plomizo de las nubes que cubrían el cielo de Madrid amenazaba con romper en tormenta. Torció el gesto y se encogió de repente, tras sentir un leve escalofrío. El viento provocaba un siseo inquietante que removía las hojas en intervalos cada vez más cortos, formando remolinos que resonaban como instrumentos de viento en una suave orquesta improvisada. Metió las manos en el abrigo y, después, echó un par de ojeadas a su alrededor. Estaba solo allí, sin duda, únicamente rodeado de tumbas, de esculturas funerarias y de los susurros provocados por el aire que se filtraba a través de los sepulcros. Apenas quedaba una hora para que cerraran el cementerio y la escasa luz que atravesaba el manto de nubes, ya consumida por el ocaso de la tarde, era cada vez más débil.

Por fin, se repuso del escalofrío y del desasosiego del atardecer y regresó con la mirada al epitafio escrito sobre el mármol. “Ygnacio Díaz Zuazua. 11 abril 1873-7 marzo 1930. Como un recuerdo que simbolice la unión de los masones graban este mármol sobre la tumba de hermano víctima de la dictadura. Por ella fue perseguido y la injusticia le llevó al Oriente Eterno”. Las siglas L.I.F. —Libertad, Igualdad y Fraternidad— y el símbolo masónico compuesto por el compás y la escuadra completaban aquel epitafio, ya casi ilegible por el paso del tiempo, la lluvia, el crecimiento del musgo y el olvido de la eternidad. Leyó el epitafio un par de veces más, susurrando cada palabra, saboreando cada sílaba. Esas letras estaban ya grabadas a fuego en su mente. No podía explicar aquella fascinación hacia esa tumba en concreto. Quizá era debido a su pasión por la intrahistoria, por esas particulares vidas de personas anónimas que vivieron momentos históricos peculiares. Sin embargo, era plenamente consciente de que algo más profundo e inexplicable estaba provocando en él aquella obsesión. Un deseo irrefrenable de saber más, alentado por una voz interna que le pedía regresar una y otra vez allí, a los pies de aquella sepultura. Esa obsesión había llegado hasta tal punto que se había pasado los últimos dos meses investigando el porqué, el cuándo y el cómo.

Cerró los ojos y no tardó en aislarse del viento y la soledad del cementerio para recordar, punto por punto, todo lo que había averiguado sobre aquel hombre llamado Ignacio Díaz Zuazua.

Tras las primeras búsquedas en la Red los resultados habían sido insatisfactorios. Apenas un par de entradas con alguna información importante, aunque escasa. Ignacio Díaz Zuazua llegó a ser profesor de la Institución de Libre Enseñanza en los campamentos de verano que esta revolucionaria y novedosa institución organizaba a principios de siglo. No obstante, en la web de la Institución donde se aportaba este detalle, no existía ninguna referencia más allá del nombre y de las fechas de la colaboración de Díaz Zuazua en los citados campamentos. En cierto modo, esa información no era una sorpresa. En aquel cementerio, el Civil, yacían muchas de las figuras de renombre del librepensamiento español de finales del XIX y principios del XX, con Giner de los Ríos como representante principal.

Recordó de inmediato el siguiente paso. Gracias a su profesión —era licenciado en Historia y archivero— no le había costado bucear en los diferentes archivos estatales. Tras una consulta electrónica en PARES —Portal de Archivos Españoles— consiguió las referencias de tres expedientes en los que aparecía el nombre de Ignacio Díaz Zuazua. Los dos primeros pertenecían al Archivo Histórico Nacional y un tercero al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Una escasa semana después se había presentado en el Archivo Histórico para consultar los expedientes existentes allí, que trataban de la causa abierta por el Gobierno de Primo de Rivera contra Díaz Zuazua y otros por rebelión contra el Estado. Aún recordaba nítidamente como le temblaban las manos al tocar por primera vez aquellos documentos que le acababa de entregar el auxiliar encargado de servir las consultas. Los ojeó con la curiosidad de un niño al abrir los regalos de Navidad, anotando compulsivamente en su libreta de investigación los datos más importantes que aquellos papeles guardaban en su interior. Repasó la declaración de Díaz Zuazua tras ser detenido en 1928, las investigaciones de la policía de la dictadura primorriverista, las anotaciones de los abogados defensores y las negociaciones para conseguir la libertad con fianza. Recibir toda aquella información fue como una descarga continua de adrenalina que duró más de dos horas. Tanto fue así que, al recordar aquella mañana en la sala de investigadores del Archivo Histórico, allí, al pie de la tumba
de Ignacio Díaz Zuazua, en la soledad de un cementerio a punto de cerrar y con el ocaso de la tarde ensombreciendo Madrid, volvió a sentir un escalofrío que erizó hasta el último pelo de su cuerpo.

II Premio Espacio Ulises: Relato ‘L.I.F. Libertad, Igualdad, Fraternidad’ de Juanma Andrés

Las hojas caían, una a una, sobre el sendero que conducía a la parte antigua del cementerio. Hojas de tonalidad marrón, que se oscurecían con la humedad provocada por la suave llovizna que completaba, de una forma cuasi artística, aquella estampa otoñal.

Acostumbraba a visitarlo con frecuencia. No por ningún tipo de patología asociada a la necrofilia, ni mucho menos, sino por esa pasión que le poseía cada vez que transitaba por esos recovecos cargados de historias personales. Y de Historia, con mayúsculas.

Aquella tumba siempre le había fascinado. Se encontraba allí, impertérrita al paso del tiempo, como un manuscrito de piedra en medio de un océano de nombres, de fechas y de fotografías decimonónicas. Ajena, también, al hecho irrefutable de su abandono. Un par de ramilletes de flores secas encima del mármol, ajadas y consumidas por la intemperie, daban fe de ello. No pudo hacerse una idea de cuánto tiempo llevaban allí.

Alzó la vista. El tono plomizo de las nubes que cubrían el cielo de Madrid amenazaba con romper en tormenta. Torció el gesto y se encogió de repente, tras sentir un leve escalofrío. El viento provocaba un siseo inquietante que removía las hojas en intervalos cada vez más cortos, formando remolinos que resonaban como instrumentos de viento en una suave orquesta improvisada. Metió las manos en el abrigo y, después, echó un par de ojeadas a su alrededor. Estaba solo allí, sin duda, únicamente rodeado de tumbas, de esculturas funerarias y de los susurros provocados por el aire que se filtraba a través de los sepulcros. Apenas quedaba una hora para que cerraran el cementerio y la escasa luz que atravesaba el manto de nubes, ya consumida por el ocaso de la tarde, era cada vez más débil.

Por fin, se repuso del escalofrío y del desasosiego del atardecer y regresó con la mirada al epitafio escrito sobre el mármol. “Ygnacio Díaz Zuazua. 11 abril 1873-7 marzo 1930. Como un recuerdo que simbolice la unión de los masones graban este mármol sobre la tumba de hermano víctima de la dictadura. Por ella fue perseguido y la injusticia le llevó al Oriente Eterno”. Las siglas L.I.F. —Libertad, Igualdad y Fraternidad— y el símbolo masónico compuesto por el compás y la escuadra completaban aquel epitafio, ya casi ilegible por el paso del tiempo, la lluvia, el crecimiento del musgo y el olvido de la eternidad. Leyó el epitafio un par de veces más, susurrando cada palabra, saboreando cada sílaba. Esas letras estaban ya grabadas a fuego en su mente. No podía explicar aquella fascinación hacia esa tumba en concreto. Quizá era debido a su pasión por la intrahistoria, por esas particulares vidas de personas anónimas que vivieron momentos históricos peculiares. Sin embargo, era plenamente consciente de que algo más profundo e inexplicable estaba provocando en él aquella obsesión. Un deseo irrefrenable de saber más, alentado por una voz interna que le pedía regresar una y otra vez allí, a los pies de aquella sepultura. Esa obsesión había llegado hasta tal punto que se había pasado los últimos dos meses investigando el porqué, el cuándo y el cómo.

Cerró los ojos y no tardó en aislarse del viento y la soledad del cementerio para recordar, punto por punto, todo lo que había averiguado sobre aquel hombre llamado Ignacio Díaz Zuazua.

Tras las primeras búsquedas en la Red los resultados habían sido insatisfactorios. Apenas un par de entradas con alguna información importante, aunque escasa. Ignacio Díaz Zuazua llegó a ser profesor de la Institución de Libre Enseñanza en los campamentos de verano que esta revolucionaria y novedosa institución organizaba a principios de siglo. No obstante, en la web de la Institución donde se aportaba este detalle, no existía ninguna referencia más allá del nombre y de las fechas de la colaboración de Díaz Zuazua en los citados campamentos. En cierto modo, esa información no era una sorpresa. En aquel cementerio, el Civil, yacían muchas de las figuras de renombre del librepensamiento español de finales del XIX y principios del XX, con Giner de los Ríos como representante principal.

Recordó de inmediato el siguiente paso. Gracias a su profesión —era licenciado en Historia y archivero— no le había costado bucear en los diferentes archivos estatales. Tras una consulta electrónica en PARES —Portal de Archivos Españoles— consiguió las referencias de tres expedientes en los que aparecía el nombre de Ignacio Díaz Zuazua. Los dos primeros pertenecían al Archivo Histórico Nacional y un tercero al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Una escasa semana después se había presentado en el Archivo Histórico para consultar los expedientes existentes allí, que trataban de la causa abierta por el Gobierno de Primo de Rivera contra Díaz Zuazua y otros por rebelión contra el Estado. Aún recordaba nítidamente como le temblaban las manos al tocar por primera vez aquellos documentos que le acababa de entregar el auxiliar encargado de servir las consultas. Los ojeó con la curiosidad de un niño al abrir los regalos de Navidad, anotando compulsivamente en su libreta de investigación los datos más importantes que aquellos papeles guardaban en su interior. Repasó la declaración de Díaz Zuazua tras ser detenido en 1928, las investigaciones de la policía de la dictadura primorriverista, las anotaciones de los abogados defensores y las negociaciones para conseguir la libertad con fianza. Recibir toda aquella información fue como una descarga continua de adrenalina que duró más de dos horas. Tanto fue así que, al recordar aquella mañana en la sala de investigadores del Archivo Histórico, allí, al pie de la tumba de Ignacio Díaz Zuazua, en la soledad de un cementerio a punto de cerrar y con el ocaso de la tarde ensombreciendo Madrid, volvió a sentir un escalofrío que erizó hasta el último pelo de su cuerpo.

Un masón, exprofesor de la Institución de Libre Enseñanza, relacionado con miembros del Partido Radical de Lerroux, acusado de rebelión contra la dictadura y apartado de su cargo como funcionario de prisiones. Un cese que, seguramente, y junto con su encarcelación, le provocó una amargura tal que acabó con su fallecimiento. Aquello se puso muy interesante, sin duda. Pero había una cosa que no podía saber, incluso estudiando bien aquellos expedientes. Un detalle muy importante, quizá. No resultaba posible saber si Ignacio Diaz Zuazua era inocente o culpable. Era evidente que la dictadura de Primo de Rivera intensificó la persecución de los masones y otros colectivos susceptibles de ser calificados como subversivos, pero a tenor de los expedientes, donde venían reflejadas las declaraciones de policías, fiscales y acusados, resultaba muy aventurado llegar a una conclusión irrefutable de la inocencia o culpabilidad de los reos. ¿Fue Ignacio Díaz Zuazua objeto de un montaje? ¿Víctima de un error, quizás? ¿Era legítimo luchar contra la dictadura, incluso planeando un golpe de estado?

Sin embargo, a pesar de todos aquellos interrogantes, la sensación que tenía es que aquello no era lo que estaba buscando, que necesitaba otro tipo de preguntas y otro tipo de respuestas. ¿Qué estaba buscando realmente? ¿Y por qué? ¿Cuál era el objeto final de su ansia por conocer la vida y muerte de Ignacio Díaz Zuazua?

En ese momento, cuando había comenzado a hacerse aquellas perturbadoras preguntas, aún quedaba un expediente por consultar: el que guardaba el Centro Documental de la Memoria Histórica. Aprovechó un par de días libres que le debían en el trabajo para viajar hasta Salamanca. Mientras conducía por la A-50 y dejaba atrás el agreste paisaje castellanoleonés, recordó la fecha del expediente a
notada el registro de PARES: 1942-1945. Aquella fecha resultaba desconcertante, ya que Ignacio Díaz Zuazua había fallecido en 1930, a tenor del epitafio de su tumba. Después de consultar el portal, lo primero que se le había venido a la cabeza es que se trataba de un error en la transcripción. Lo que no cuadraba era el título del expediente, que no daba lugar a dudas. Era una nueva causa abierta contra Ignacio Díaz Zuazua por un delito de masonería. No obstante, la institución acusante se trataba, esta vez, del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo, creado en 1940, en los primeros tiempos del franquismo. Es decir, diez años después de su muerte. Definitivamente, algo no encajaba. Y esa sensación de estar ante otro misterio aún más fascinante resultaba tan emocionante como embriagadora.

Los trámites para el acceso a la sala de consulta fueron sencillos y rápidos. No pasaron ni veinte minutos desde su llegada hasta que se encontró delante del expediente. De nuevo, lo manipuló como si se tratase de un tesoro oculto que acaba de ser descubierto, tras años y años esperando a que alguien lo profanara. La información que le reportó la lectura de aquel expediente resultó clarificadora. Ignacio Díaz Zuazua fue encausado por los datos que el tribunal tomó de los registros del Ministerio de la Gobernación del periodo primorriverista, en los que Díaz Zuazua aparecía como miembro —con el nombre en clave “Egipto”— de una logia masónica afincada en Madrid. Se había dictado una orden de busca y captura contra él, que resultó infructuosa. Las declaraciones de los policías que lo buscaron indicaban que habían descubierto su tumba en el cementerio Civil de Madrid, pero no su certificado de defunción. Por esa razón, el expediente se encontraba sobreseído temporalmente, ya que nadie pudo certificar la muerte de una manera oficial.

Fue en ese preciso instante, tras terminar de leer aquel expediente, cuando por fin entendió todo. Necesitaba encontrar el certificado de defunción y añadirlo a la causa sobreseída de forma temporal por aquel tribunal franquista. Solo así se cerraría el circulo. Una luz atemporal se encendió en su ser consciente: no sabía explicar cómo, pero esa era la respuesta que estaba buscando.

Durante el mes siguiente estuvo muy ocupado buscando aquella prueba definitiva. Había sido una tarea difícil, incluso dura; tras días enteros de burocracia y discusiones con los más variopintos funcionarios y trabajadores de los registros eclesiásticos. Tan solo una semana atrás, cuando ya empezó a creer que el documento que certificaba la defunción se había perdido o no había existido nunca, fue cuando cayó en la cuenta. Quizás el registro se hizo con el nombre en clave que le pertenecía como integrante de una logia, y no con su nombre oficial.

Regresó de nuevo a los mismos lugares donde había estado investigando, preguntando esta vez por un tal Egipto Díaz.

Y, tras setenta y tres años, después de que en 1945 se diera por perdido, aquel certificado apareció.

—Lo encontré, Ignacio. Y lo añadí a tu expediente —dijo, susurrando, aún delante de aquella tumba—. Tu caso está cerrado.

El viento aumentó su velocidad y, con él, el intenso murmullo de las hojas arremolinándose entre las tumbas.

Simbolismo de la masonería con referencia a mitologías y misterios de la antigüedad

Pie de foto de imagen destacada: Al fondo, el Partenón sobre la Akrópolis, en Grecia, cuna de la civilización occidental.

El  fundamento del mundo natural, de los hombres, del universo… a lo largo de la historia de la humanidad está basado en la disposición de los pueblos a fijar normas que aseguren y organicen la convivencia. Posteriormente serán llamadas leyes (leyes naturales, leyes positivas…) Una perspectiva que supieron ver algunos sabios de la antigüedad es que la humanidad en su conjunto, debería buscar y tener, en un plano teórico, un solo e idéntico fin, sólo una Ley idéntica para todos, aunque exteriormente quieran aparecer como diferente y anormal. Por tanto, es comprensible inferir la importancia en la vida que tiene el concepto Unitario, nos referimos al plano filosófico-religioso. Lo duradero frente a lo efímero, la esencia que pervive en lo inmutable frente a los cambios (no estamos solos en el mundo debemos contar con los otros como ellos cuentan con nosotros). Todos juntos debemos trabajar y disponer de un mundo más seguro y habitable, hoy día sostenible, en ello consiste la supervivencia. El desarrollo desigual de los pueblos hace que los derechos humanos no se desarrollen al mismo tiempo en nuestra llamada Tierra debido a circunstancias socio-económicas, político- jurídicas, geográficos, religiosas, étnicas….

De forma análoga en la “albañilería-masónica”, la tarea de formar a la gente como personas y reconocer a todas las personas como hijos del único Dios, Creador, Eterno, Verdad…como queramos referirnos a Él. El respeto y el amor, la vida de las naciones y los estados, la raza humana tiene que tener la misma tarea, y las leyes por las cuales los masones tienen que vivir entre ellos se deben establecer de la misma manera y mismos principios, por cuanto los pueblos y Estados deben convivir mutuamente Estos puntos mencionados que hacen referencia al  cosmopolitismo, sociabilidad y universalidad fueron algunos de los grandes pilares sobre los que Anderson y Desaguliers, basaron lo que es hoy día la “ética masónica”. Desde aquí recomiendo la obligada lectura titulada “la invención de la Masonería” del Dr. Devrig Mollés facílmente accesible por internet.

Abordaremos a modo explicativo algunas cuestiones en diferentes periodos históricos:

1 En la antigüedad.

Tras el suceso simbólico narrado en la Biblia de la “Torre de Babel” en el que la humanidad dejo de entenderse entre sí dando origen a divisiones y separaciones, a lo largo de la antigüedad, el principio que predomina es el de que todos los estados deben de obrar de acuerdo al derecho de las familias que componen  la sociedad,  nunca se alcanza el reconocimiento en vida de las personas, y en este sentido no existía en la antigüedad una ley de las naciones, un tráfico de personas. Los Estados en su conjunto eran hostiles, conquistar y subyugar era su fin, y el desconocido era un enemigo, no tenía derechos, pero también hay rastros del reconocimiento de un primigenio derecho internacional y un embrión de los que más tarde se llamarían derechos humanos. La hospitalidad hacia el forastero era sagrada en la antigüedad, basada por ejemplo, en un apretón de manos, un beso, una copa de bienvenida. En Grecia, los invitados extranjeros y particularmente viajeros, imploraban el estar bajo la protección y los derechos de . En Roma hubo un peregrinus pretor que era el que podía hablar entre los no romanos y la ley (Romanos cives inter et peregrinos ius dicebat).

Ese deber de proteger al indefenso que se encuentra lejos de su tierra ha pasado en igual medida a la Francmasonería unido del mismo modo  que se ha beneficiado de las transmisiones de conocimientos y cultura de la que son portadoras esas gentes venidas del exterior, y en este sentido al igual que, de modo general, la civilización misma se ha beneficiado también.

2 En la Edad Media.

El cristianismo no podía ser aceptado por los pueblos, haciendo caso omiso de una protección nacional de los derechos de los extraños. El cristianismo, religión del amor universal y derecho humano universal, impedía en realidad y hasta la Edad Media, la formación y el reconocimiento de todos los pueblos y Estados, un derecho transnacional igualitario. El cristianismo se enfrentó contra el Islam (las Cruzadas). Para los cristianos  el principio general era el del Papa. Él dictaba las normas en materia espiritual entre las naciones de la Edad Media: el enemigo no creyente debía convertirse al cristianismo so pena de ser subyugado y erradicado. Consideremos las consecuencias sangrientas y difíciles para la vida de las naciones incrédulas y de los creyentes individuales. Por lo tanto, la esclavitud de los infieles en Europa ha recibido hasta el final de la Edad Media y ha pasado a los derechos de la guerra de religiones en el nuevo mundo, por lo que las Cruzadas, que provocaron innumerables sacrificios humanos en ambos lados provocó que Europa se moviera alertada por esa excesiva supremacía del Papa (ya no se hacia la guerra solo por cuestiones de Fe se hacían guerras para someter y convertir a la fuerza). Por ejemplo: el rey Enrique II de Inglaterra, fue apoderado en 1155 por Adriano IV para llevar a cabo la conquista de Irlanda contra Peter Pence, Luis de la Cerda en 1344 a la conquista de las Islas Afortunadas apoderado por el Papa Clemente VI. (a cambio de una tasa de interés anual de 400 florines de oro) y los reyes de España, Fernando e Isabel, para la expulsión de los musulmanes y la conquista del oeste de la India por el Papa Alejandro VI en 1493.  Del mismo modo, la subyugación y la conversión de Prusia en 1228 por el duque Conrado de Mazovia y los obispos, Christian de Prusia y de Plock fue confiada a la Orden alemana bajo la autoridad imperial y papal, los prusianos, fueron subyugados  e incluso esclavizados.

El Islam también enseñó a sus seguidores que debían luchar contra el infiel e incluso luchar entre sí para lograr la conclusión del eterno consejo de Dios para ellos, para que aquellos a quienes él diera clemencia, encendiese el camino de la verdad, mientras que los otros estarían condenados al infierno: “La espada es la llave del cielo y el infierno!” los caídos en esta lucha  por la única fe verdadera y su propagación, vivirían eternamente con Dios y serian felices en arboledas de sombra y prados”. La conversión de los infieles es el fin último, según el mandamiento del Profeta.

De esta manera, los intelectuales del cristianismo y los del Islam estaban enfrentados como enemigos mortales con el fin de aniquilar uno al otro, nunca pudieron verse como hijos de un único Dios, en la paz y la amistad. Algo mas espiritual fue  la costumbre cristiana y la disposición de la caballería, que se había desarrollado en las disputas nacionales y partidarias, y en las batallas contra los moros en España y llegó con las cruzadas a su máximo florecimiento y gloria. Debido a su introducción en el sagrado oficio antes de que recibiera el título de caballero y la banda junto con las espuelas de oro, el caballero había prometer solemnemente llevar una vida cristiana caballeresca: defender a la Iglesia y la inocencia, las viudas y los huérfanos, los ancianos y proteger a los débiles y observar también en la lucha y la guerra, la noble caballería, la victoria debe ser en justo lance, francamente quedando despreciado, no sólo las malas artes, la mentira y el fraude, sino también la ventaja accidental. 

Después de esto, durante el siglo XVI surgió una nueva ley europea, una mejorada ley verdadera internacional, marcada por una  fe más abierta; se permitían todas las religiones y las personas que la practican, no sólo los cristianos devotos, aquellos que la gente aprecia y reconoce. Es lógico que los caballeros y los Caballeros de la Orden estén relacionados con la masonería por sus principios, espiritualmente conectados entre sí, en cualqui
er caso, se puede decir también que los caballeros compartían los esfuerzos de los masones, sus creencias y sus acciones.

Entre los cristianos y los estados cristianos existía una unión por una fe común, conectados por una idea de grandes imperios espirituales con el Papa a la cabeza. No debían odiarse y no debían hacerse la guerra, debían amarse y ayudarse, estaban sujetos a las mismas leyes de Dios, surge la formación de una ley internacional verdadera, la ciudadanía mundial. Estas ideas de purificación cristiana  llevaron a la victoria sobre el Islam que seguía siendo más rígido. En Alemania surge el deseo y el reconocimiento de la igualdad de derechos de todos los ciudadanos (En la obra siglos después de La Paz Perpetua, Kant (1724-1804) distingue entre los diferentes tipos de derechos según los cuales una persona que vive sujeta a una constitución legal debería de tener. En palabras de Kant: Toda constitución jurídica que tiene que ver con la persona que se sujeta a ella es una de las siguientes: La constitución que conforma la ley civil de los hombres en una nación (ius civitatis). La constitución que conforma la ley de las naciones en su relación entre ellas (ius gentium).La constitución que conforma la ley de la ciudadanía del mundo, en la medida en que los hombres y los estados son considerados como ciudadanos de un estado universal de los hombres, en sus relaciones externas mutuas (ius cosmopoliticum).

En la Edad Media la iglesia papal de Dios dicta las leyes generales, oferta de paz de Dios entre las peleas salvajes y las guerras civiles, al menos desde el miércoles por la tarde hasta el lunes por la mañana para descansar. Esta paz divina, la paz entre los cristianos de todos los países, creada por la palabra del Papa, son aspectos positivos en su  obra. Sus mandamientos de paz (sopena de excomunión) engloban a príncipes y  pueblos, crea obediencia.

La transición de la ley eclesiástica de los pueblos de la Edad Media a los Derechos de los Pueblos más recientes y reales se formó principalmente por la Reforma y, específicamente, en una doble dirección. Inicialmente, la Reforma rompió la supremacía del Papa, en el que el derecho internacional ha perdido su carácter monárquico del club de pueblos y gratuito, aunque, por supuesto, fue la influencia predominante en las grandes potencias. Cesó entonces la antigua idea cristiana, la fe católica, como única y verdadera, otros credos diferentes cristianos debían ser respetados,  por lo que ya sean cristianos o no se debe conceder a las personas y las naciones su gracia, su hueco respetado en el mundo. El progreso infinito, que las naciones han plasmado con la libertad de creencia, los derechos inherentes a las personas desde que lo son, es un germen de reconocimiento internacional.

Pero podemos preguntarnos ahora, cómo se produjo esta influencia en los constructores, albañiles y canteros? Los puntos de vista humanos más puros como la tolerancia y el reconocimiento de otras religiones, incluso las extrañas, ya se encuentran en los primeros tiempos de la Edad Media y mucho más antiguamente en el folklore y vida de los pueblos, por lo que la información estaba ahí desde antiguo. La historia y las leyes de la Masonería, permanecen como un ojo abierto hoy, en cada obra construida antigua,  con una claridad encubierta. El área de trabajo de los artesanos y constructores era grande, se desarrollaba a veces en tierras lejanas.  Artesanos de Alemania, España, Inglaterra, Francia e Italia, se unieron con pocos recursos en la Edad Media. Además de los edificios y ermitas ejecutados desde las chozas de los constructores había jornaleros errantes de diferentes lenguas y linajes, unidos para trabajar en paz. Entre sus reglas y máximas estaban las de que se debe promover el trabajo, y que el trabajo sea un bien, debía existir una estricta supervisión, debía ejercerse con orden las obras de construcción, y los maestros y oficiales con los siervos (aprendices) de manera uniforme tuvieron que adquirir y desarrollar con prudencia sus funciones. La piedra y sus reglamentos, que se extienden incluso a la misma arquitectura desde la antigüedad contenían disposiciones detalladas relativas a la forma y desarrollo del trabajo de la piedra por maestros y oficiales. En su carácter básico, esta lo cristiano, incluso originalmente monástico, pues el albañil gremial trabajaba en nombre de una hermandad y como gremiales camaradas que eran pasaron a llamarse hermanos

En Estrasburgo en 1707 después de la conquista de Alsacia por los franceses fue aplastada la revuelta de los campesinos Alemanes. Con la confirmación por el Emperador Maximiliano I en 1498, se produce la primera articulación de la orden alemana puesta por escrito en 1459. En 1563 por las Asambleas de la Maestría  celebradas en Basilea y Estrasburgo (se crea la primera logia de constructores). Así que aparecerá al final de Siglo XV la Constitución de Masones de Alemania unida por  una alianza íntima formada por las fraternidades de Estrasburgo, Colonia, Viena y Zurich siendo la de Estrasburgo, la que ostentaría la Gran Maestría sobre toda la hermandad. Los masones alemanes pusieron en práctica la amistad, en conjunto con los albañiles y canteros de los demás países de Europa, por lo que la Masonería había envuelto alrededor de toda la mampostería una buena agrupación de hermanos. 

El nacimiento de la idea de Estado Nación, Estado soberano, se encuentra configurado en la Paz de Westfalia de 1648, más bien un par de Tratados en los que se ponía fin de un lado a la Guerra de los 30 años (entre diversos Estados Europeos) y por otro a la Guerra de los 80 años entre España y Países Bajos.

3. En la Ilustración.

Al comienzo del segundo cuarto de siglo XVIII, un grupo de pensadores europeos elaboró una nueva y revolucionaria doctrina filosófica, la ilustración, que iba a hacer tambalear los cimientos del antiguo régimen. Esta corriente de pensamiento se caracterizaba por la plena confianza depositada en la razón humana para resolver todos los problemas de la existencia. Fue necesaria la conjunción de una serie de circunstancias sociales y políticas para que surgiera la nueva doctrina. A mediados del siglo XVIII se produjo un aumento significativo de la población europea, gracias en gran medida a los avances de la medicina y la mejoría constante de las condiciones higiénicas, que contribuyeron a aumentar la esperanza de vida. A su vez, una próspera coyuntura económica favoreció el enriquecimiento de una burguesía urbana que empezó a reclamar el acceso al poder político que hasta entonces les había estado vedado.

La ilustración no fue territorio exclusivo de una clase social determinada. Se podría decir que se trataba de un estado de opinión pública que afectó diferentes estamentos, desde la nobleza y el clero hasta comerciantes y artesanos, sin olvidar los profesionales liberales, muchos de ellos Masones, que componían una minoría culta y acomodada que empezaba a disfrutar de su tiempo de ocio. Pero quizá el más importante era que su trabajo intelectual empezó a jugar un papel destacado en la creación de los estados modernos y en la nueva economía que se estaba gestando.

Nombres como Leibiniz, Newton, Montesquieu, Voltaire, Bach, Mozart, Hume, Rosseau, Kant, Adam Smith y tantos otros menos conocidos, todos ellos brillantes talentos masónicos, especialistas en diferentes ramas del conocimiento, coincidieron a la hora de levantar el “edificio” de la ilustración, utilizando para ello una estructura fundamentada en el rechazo y la condena del orden establecido, depositando su fe en un mundo renovado por leyes lógicas y naturales que tuvieran como fin la búsqueda de una felicidad tangible y más terrenal.

Las ideas de los pensadores ilustrados atravesaron fronteras, llegaron hasta el último rincón de la vieja Europa, cruzaron océanos y pusieron en contacto a
hombres de distintas razas y culturas, que hasta entonces habían estado separados por un abismo insalvable, abriendo un futuro de esperanza para todos ellos.

Por ir concluyendo, podemos observar en cualquier estudio que llevemos a cabo que las leyes dadas por los pueblos y los estados promueven y hacen que surja con el devenir del tiempo una  Ley de las naciones” (que ya es concebida como una ley positiva por Francisco de Vitoria (1480-1546 que adquirió el título de Padre del Derecho Internacional). Vitoria veía el mundo como un organismo político completo una “república del mundo”, en la que todos los agentes políticos están sujetos a la autoridad de la ley de las naciones, la cual ordena las relaciones entre los estados) y por lo tanto esa idea se plasma en la Universalidad, el Bien Común, el Orden Mundial… ideas que comparte la masonería hoy día. 

EPILOGO

Vemos como ideales humanistas, igualitarios fraternales… que inspiraron el nacimiento y desarrollo del Derecho internacional por una parte y la realidad práctica internacional marcada por las guerras han ido las mas de las veces cada una por su lado (ya habla nuestro Ritual de: “..sociedad profana en la que reina la envidia, el fanatismo, la discordia, la vanidad y otras pasiones que la esclavizan..”). Mucho se ha avanzado y debemos confiar en que no se detenga su marcha (en línea con el filósofo Hernán A. Ortiz Rivas). El masón, desde la educación masónica adquirida debe trasladar en la medida de sus posibilidades a la sociedad en la que convive su ejemplo más o menos discreto, su conducta tolerante y su talante de libertad. El deber del masón es abrirse a la sociedad en la que convive. No debemos olvidar que tenemos el deber de contribuir al bien general de la sociedad (punto 9º de  los Antiguos Deberes y Ritual de Iniciación del REEA: “…debemos aprovechar el tiempo para realizar la misión que tiene el hombre sobre la tierra que habita y en la sociedad que le rodea”).

A lo largo de estos trabajos hemos visto la presencia de HH.: en diferentes instituciones internacionales bien sea desde el punto de vista de su aporte filosófico como  presencial. Presencia que se ha plasmado en la propia redacción de los textos. Es difícil disociar las ideas masónicas de estos textos. Desde el punto de vista de teoría masónica podemos inferir gracias a su presencia física y viva, en estos lugares y momentos históricos que todos ellos han trabajado en beneficio de la humanidad; desarrollaron ideas de progreso y tolerancia, colaboraron en la redacción de documentos, intervinieron en la firma de Cartas, Declaraciones y Tratados, participaron y ocuparon puestos relevantes en los diferentes organismos…(1) apartando la beligerancia, los intereses nacionales, el fanatismo de los debates, siendo proclives a reforzar las garantías judiciales, la paz, la fraternidad.

En resumen: el ideal de la Masonería en acción. Hombres que han aportado su talante al mundo profano en el ideal de un mundo mejor, más justo y menos violento. La masonería estaba presente. Eso es innegable.

Acabo con las palabras de nuestro R.:H.: Pío Ramos López, Venerable de la Logia Añaza 125 en Santa Cruz de Tenerife: “La Masonería no es ni más ni menos que una institución cuyo fin tiende a la regeneración del hombre por el hombre; a conseguir su progreso, su más alta civilización, su más absoluta perfección, buscando la Verdad en todos los órdenes sociales; para cuyo efecto educa a la humanidad y la ilustra para que pueda llegar al expresado fin, con perfecto conocimiento de causa. Año 1904.

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1.- En total han habido 15 premios Nobel de la Paz masones, siendo el primero dado de manera conjunta a los HH.: Dunant y Passy en 1901, que inauguraron precisamente dicho galardón. El último galardón por la Paz concedido a un masón fue el del año 2009 a Barack Obama, en pleno S. XXI.

Octavio HermosoMaestro Mason. REAA. GLE. Alicante

LA MASONERIA Y EL DERECHO INTERNACIONAL (3ª parte)

Pie de foto de imagen destacada: Símbolos alegóricos de la justicia.
1.- ARBITRAJE INTERNACIONAL
En el intenso y variado campo de interrelaciones e implicaciones entre masonería y Derecho internacional encontramos una materia sugerente y apasionante poco estudiada empero, nos permite vislumbrar múltiples complicidades en el fértil terreno de las ideas configuradoras del Derecho internacional contemporáneo. El arbitraje o resolución de disputas, en terminología genérica, es aquel método en derecho por el que las partes deciden someter la cuestión a un tercero, puede ser persona física o institución pública o privada: tribunal/corte, encargado de resolver el problema. La resolución del árbitro se llama Laudo que es el equivalente a la sentencia judicial, tal como la conocemos hoy.
Utilizando una terminología actual estamos hablando de procedimientos que constituyen una alternativa de buscar justicia fuera de los tribunales ordinarios, como los entendemos hoy. Dispone de varias siglas en la esfera internacional: ADR (Alternative Dispute Resolution) OCR (Online Dispute Resolution) etc.
El arbitraje nace con el Estado-Nación si bien se puede inferir  que antes de la creación de la figura del juez/tribunal se practicaría un mecanismo de resolución de disputas ante la inexistencia de un derecho que le otorgara unos plenos efectos jurídicos. El arbitraje internacional como tal entendido surge a finales del siglo XIX y principios del Siglo XX.
Los orígenes de la resolución de controversias internacionales entre partes beligerantes (la guerra, siempre omnipresente) se remontan a principios de la civilización siendo el arbitraje, la forma a la que se recurría para apaciguar el conflicto. Algo que se ha repetido a lo largo de la historia como veremos más adelante (valga como antecedente la inscripción hallada en la llamada estela de los buitres, en la cual se narra una disputa entre las ciudades de Lagash y Umma. Estamos refiriéndonos a un período de hace aproximadamente 2400 años antes de nuestra era. El conflicto habría sido tratado inicialmente de forma diplomática, con el arbitraje del rey de Kish, Mesilim -Margueron, Jean-Claude (2002). «La época del Dinástico Arcaico». Los mesopotámicos. Fuenlabrada: Cátedra-).
La resolución de disputas de forma pacífica y ordenada aparece como una consecuencia del desarrollo humano, un producto de la evolución de la justicia. Justicia que en la antigüedad tenía un origen mayoritario “por propia mano” (véanse sinónimos en la ley del más fuerte, la venganza privada, la ley del talión…).
Con la aparición de la monarquía primitiva, los reyes empezaron a oficiar como jueces y ya no es un tercero el que interviene (cabe citar como ejemplo al rey Salomón y su fallo salomónico).
Un antecedente conocido del proceso arbitral lo encontramos en el derecho romano. Se hace mención en las Doce tablas donde la numero IX-III hace mención a la pena de muerte para el árbitro que hubiere recibido dinero para dictar sentencia. Los árbitros recibían el nombre de compromisorios y receptus.
Al comenzar la Edad Media -con la caída del imperio romano- el rey es reemplazado por el señor feudal quien da protección a sus siervos a cambio del tributo. En las Partidas de Alfonso X el Sabio se especifican las cuestiones que son factibles de librar por medio del arbitraje y aquellas que indefectiblemente deberán recurrir a los procedimientos ordinarios de la justicia. Y es que: “La nobleza y la monarquía poseían un estilo propio de resolución de disputas, estrategias que se encaminaban fundamentalmente a ejercer un control social para poder mantener la estabilidad, a veces aliándose, a veces enfrentándose, sin necesariamente intentar cambios de fondo en las estructuras que cimentaban la sociedad bajomedieval” (extraído del interesante trabajo: El arbitraje medieval (Castilla, siglos XIV y XV). Temas y problemas de la investigación Laura Carbó Universidad Nacional del Sur lcarbo@criba.edu.ar). En la Francia medieval, el arbitraje doméstico fue reemplazado por los jueces señoriales que son nombrados por los señores feudales.
Durante el S XVI aparecen las asociaciones comerciales creando para sus integrantes como método de resolución de conflictos el arbitraje.
Esta idea de libertad y autonomía de las partes para poder elegir este medio de resolución de conflictos por medios pacíficos encuentra en la masonería apoyo y continuidad. Por ello, encontramos en las Constituciones masónicas de 1723 constante la idea de “paz perpetua“.
En el proceso de independencia de los Estados Unidos, bajo el impulso del masón Benjamín Franklin, esta idea de paz perpetua se concreta en la búsqueda de mecanismos para la solución pacífica de controversias internacionales que eviten el recurso a la utilización de la fuerza armada y de la guerra como medio para dirimir las diferencias entre Estados. Franklin encontrará en el recurso al arbitraje internacional la realización idónea de este principio, plasmándolo en el Tratado entre Prusia y EE.UU. en 1785; Gran Bretaña rechazará establecer estas cláusulas de solución arbitral de controversias en un tratado similar con los EE.UU.  Jefferson, también masón, será el primer estadista en formular el derecho a la neutralidad de todas las naciones del mundo.
La presencia de militares en las logias masónicas y de logias propiamente militares favoreció la incorporación a las ideas pacifistas del principio de «guerra justa» como respuesta legitima a la agresión y a la opresión; idea ésta que, aplicada en el plano interno, llevará a las logias inglesas a matizar el principio de lealtad a legalidad existente en cada Estado preconizado por las Constituciones de Anderson, en el sentido de admitir la rebeldía y desobediencia contra gobiernos tiranos y opresores. Paralelamente, las actividades humanitarias de claro impulso masónico durante los conflictos armados se hicieron especialmente patentes en la guerra franco-alemana de 1870 con tareas de socorro y asistencia a heridos y hospitales.
Con la Revolución Francesa de 1789 aparece nuevamente el recurso al arbitraje y se plasma en la Constitución de de 3 de septiembre de 1791 (Capítulo V artículo 1º apartado 5) en la cual se establece el derecho que tienen los ciudadanos de someterse al arbitraje siempre que las partes lo resuelvan así y de manera voluntaria.
La corriente de pensamiento pacifista hace que los ideales masónicos tengan una especial influencia en la realización de la Primera Conferencia de Paz de La Haya en 1899. La propuesta de la primera conferencia fue enviada por el conde Mouravieff y favorecida la reunión por iniciativa del zar Nicolás II. Supuso en la práctica el comienzo, entre otros temas como el tratamiento del derecho humanitario en conflictos bélicos una decisiva fase en la historia moderna del arbitraje internacional. Fruto de la Conferencia fue la creación del Tribunal Permanente de Arbitraje. En la Conferencia participaron junto a grandes estados de Europa otros estados de menor entidad junto a algunos países de Asia y de América solo participó México. Aún así supuso algo inédito para la época. El principal objetivo era debatir acerca de la paz y el desarme. La Conferencia concluyó con la adopción de un Convenio para el arreglo pacífico de las controversias internacionales; no solo trataba el arbitraje, sino también otros métodos de arreglo pacífico, como los buenos oficios y la mediación (extraído de https://www.un.org/es/icj/hague).

(Delegación rusa a la Conferencia de Paz de La Haya de 1899. El profesor Martens, quien encabezó esta delegación, es considerado uno de los artífices de la misma

Destaquemos en estas fases iníciales además del propio Profesor Martens a personas comprometidas con este devenir incipiente como el abogado y profesor belga Ernest Nys, autor en 1908 del libro titulado: ”Ideas modernas, Derecho internacional y Francmasonería”  donde explica que la masonería se adherirá plenamente a los conceptos de derecho internacional, arbitraje y pacifismo. Nys fue miembro de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya y en cuanto a su perfil biográfico mencionar que fue nominado a Premio Nobel de la Paz en varias ocasiones por su compromiso con el arbitraje internacional.
Otras importantes personalidades que contribuyeron con su talante a favorecer soluciones pacificas a través del arbitraje (algunos los hemos mencionado en artículos anteriores) como Theodore Roosevelt, 26º Presidente de los EEUU. Intervino en el arbitraje del conflicto entre Francia y Alemania sobre Marruecos y en el que se produjo entre Rusia y Japón. Iniciado masón el 2 de enero de 1901 en Matinecock Lodge No. 806, Oyster Bay, Nueva York. Otra figura importante esHenri La Fontaine, autor de un gran número de manuales legales y de una historia documental del arbitraje internacional. Fue Venerable maestro de la logia “Los Amigos Filántropos” de Bruselas. Se le considera un preconizador del procedimiento arbitral. William Randal Cremer llegó a ser miembro del parlamento inglés y participó en la creación de la  Working men’s peace association (asociación de trabajadores por la paz), asociación que tenía la firme voluntad de promover la creación de un organismo internacional de arbitraje, y en la cual participó Karl Marx y otros socialistas europeos. En 1868 se presentó a las elecciones con el fin de crear una instancia internacional de arbitraje para evitar los conflictos armados.
Acabaremos por el momento con esta interesante cita.  El 18 de mayo de 1904 tuvo lugar la Fiesta de la Paz celebrada en París bajo la presidencia de honor de los Hermanos Frederic Passy, miembro del Instituto de Francia, y León Bourgois, ex presidente de la Cámara de los Diputados y del Consejo de Ministros y presidente de la Conferencia de La Haya (quien alcanzaría en 1920, el Premio Nobel de la Paz). La presidencia efectiva correspondió al Hermano Nicol, Venerable de la logia Cosmos de Paris y autor del folleto La Francmasonería y el Arbitraje Internacional. También estuvieron presentes los venerables de las logias de París y sus alrededores, las sociedades Pacifistas y de Arbitraje, la Liga Franco-Italiana y numerosas Asociaciones democráticas.
Con motivo del Congreso Internacional masónico de Bruselas se presentó por Lucien Le Foyer, abogado del Tribunal Supremo, un proyecto de resolución sobre “La guerra ruso-japonesa y el Arbitraje Internacional” que empieza manifestando que: “Los francmasones del mundo entero deploran unánimemente la dolorosa guerra que pone frente a frente, hace dos meses y por un tiempo indeterminado aún, dos poderosos imperios”. Sin buscar responsabilidades, ni lanzar acusaciones, recuerda que la cuestión en litigio era nada menos que la independencia de Manchuria y de Corea. En consecuencia el Congreso invitaba a las potencias masónicas de los diversos países a que influyeran en sus gobiernos “para que recuerden a Rusia y al Japón, potencias firmantes de las Convenciones de La Haya, que los artículos 3º, 7º y 20º de la Convención para el reglamento pacífico de los conflictos internacionales, prevén las intervenciones, la mediación o el arbitraje (extraído de https://www2.uned.es/dpto-hdi/museovirtualhistoriamasoneria/8fraternidad_masonica/pacifismosigloXX.htm)
Octavio Hermoso. Maestro Masón REAA. Alicante