El parlamento portugués sigue adelante con su propuesta de obligar a los cargos públicos y altos funcionarios a declarar su pertenencia a la masonería. A menos que lo evite el Tribunal Constitucional, la decisión está tomada.


FUENTE: GLE

La alerta ha llegado a través de la Gran Logia de España, quien en su newsletter daba estas pésimas noticias. Así las cosas, la Comisión de Transparencia y Estatuto de los Diputados de la Asamblea de la República, ha aprobado una iniciativa que obligará a los titulares de cargos políticos y altos cargos públicos a declarar «la pertenencia, participación o desempeño de cualquier función en cualesquiera entidades de carácter asociativo, ejercida en los últimos tres años o que se ejerza de forma acumulada con el mandato» siempre que «esta mención no sea susceptible de revelar datos constitucionalmente protegidos».

«El principio masónico de la libertad de las personas y del respeto a la intimidad de las opciones espirituales y de las creencias está en peligro»

MASOFOBIA

La masofobia está detrás del largo debate que ha desembocado en esta iniciativa, que se inició con un proyecto de ley centrado en que los cargos electos y altos funcionarios revelasen su pertenencia a la masonería para quedar estigmatizados.

Según el principal semanario portugués, Expresso, «la propuesta final deja dudas sobre la constitucionalidad de la medida» por lo que «aún podría ser detenida por el Tribunal Constitucional». https://jornaleconomico.sapo.pt/noticias/grao-mestre-da-maconaria-regular-contesta-aprovacao-de-declaracao-obrigatoria-de-filiacao-pelos-deputados-762967?ct=t(Y_COPY_01)

El Gran Maestro de la Masonería Portuguesa, el Muy Respetable Hermano Armindo Azevedo, considera que la aprobación de esta iniciativa representa «una pérdida de confianza de la institución parlamentaria en sus propios representantes».

SIN COMPRENSIÓN

La decisión «fue tomada sin la debida comprensión de la profundidad de las consecuencias éticas y morales de aprobar una ley que obliga a un hombre libre, para ejercer una función para la que fue elegido, a tener que confesar obligatoriamente las convicciones filosóficas y espirituales que rigen los principios de su vida», explicó a Jornal Económico.

«El principio masónico de la libertad de las personas y del respeto a la intimidad de las opciones espirituales y de las creencias está en peligro en el lugar que sería el más insospechado de todos. La persecución que históricamente se ha hecho a los masones, a lo largo de los siglos, hace que esta cuestión sea especialmente sensible», añadió.