El presidente de CLIPSAS, Iván Herrero Michel, abogado y escritor colombiano, pronunció una brillante intervención con motivo de la inauguración de las ‘I Jornadas sobre masonería’ organizadas por la logia Constante Alona de Alicante. Herrero abordó algunos de los principales retos a los que se enfrenta la masonería. Habló alto y claro acerca de la discriminación secular que padecen las mujeres en la masonería. A continuación, los lectores de El Francmasón pueden disfrutar de su intervención completa.

 

 

Mis respetos al Gran Oriente de Francia, bajo cuya jurisdicción trabajo en el día de hoy. Saludo con mis respetos a todos mis Queridos Hermanos y Queridas Hermanas, presentes, en sus Grados Y calidades.

Se enfrenta hoy la Masonería, al igual que toda asociación contemporánea, a un cambio de época en donde se impone la reflexión sobre el rol, los conocimientos y las sensibilidades básicas de las que debe estar dotado un Masón y una Masona para oficiar de interlocutores idóneos con la sociedad actual en conjunto con muchos otros estamentos de las esferas públicas y privadas. Tanto en su dimensión histórica como en sus alcances humanistas.

Y aquí ya tenemos la primera dificultad: Una Querida Hermana, hace poco, me recordaba que la Masonería implica una gran dosis de reflexión personal, y que el ritmo intenso de la vida diaria, nos está dejando poco tiempo disponible para la reflexión. En las Logias pulimos las Piedras para ubicarlas, alineadas vertical y horizontalmente, en un muro, en medio de muchas otras. Eso demanda un método y un tiempo que cada vez es más escaso para la oferta que hace la Orden al ciudadano de mejorar su condición humana, y, a la humanidad, a la que ofrece el Masón mismo.   

Debo agradecer, que me hayan invitado hoy a compartir algunas reflexiones personales sobre “la Masonería ante los Retos de la Fraternidad Universal”, en el marco inaugural de las cuatro Jornadas Masónicas sobre los Retos del Siglo XXI, organizadas por la Resp:. Logia Constante Alone, del Gran Oriente de Francia, con sede en el Or:. de Alicante, España. Una ciudad de la Comunidad Valenciana, a orillas del Mediterráneo, tan rica en orígenes plurales e influencias culturales como lo puede ser la región Caribe en donde vivo.

Actualmente, se puede observar en África, Europa y las Américas una clara tendencia sinérgica de la Orden hacia el fortalecimiento de confederaciones regionales de Grandes Logias, en donde las soluciones a las coyunturas sociopolíticas locales se extrapolan a naciones, tradiciones y etnias muy diferentes.

En este orden de ideas, es fácil prever que el siguiente paso que verá el mundo Masónico será la creación de una liga de confederaciones subregionales, en la que cabrán diferentes formas de entender la Masonería, y el formato que se está adoptando para estas tendencias parece incluir un análisis puntual de un tema de actualidad, en la consideración de que los problemas fundamentales de la humanidad no deben ser tratados como individuales y locales sino bajo la óptica de su interdependencia con los problemas colectivos y universales.

Vemos entonces, como en el estado civilizacional actual, en el que la cultura occidental parece haberse mundializado, el método Masónico sólo se percibe pertinente cuando es capaz de contextualizar su mensaje.

Un punto importante de partida, para abordar el tema de la autoconstrucción autónoma y soberana de un Masón es el reconocimiento del hecho, incontrovertible, de que el método Masónico de aproximación a la experiencia ética, científica, moral y sociológica sigue manteniendo validez.

En los tiempos actuales (tanto para los Masones, como los no Masones), la libertad de pensamiento, la ética incluyente y el respeto por la diversidad de las concepciones y las posturas ajenas es un requisito mínimo de socialización en un mundo globalizado que, contando con un crecimiento poblacional desbordado y procesos migratorios dinámicos, juntan modelos culturales diversos en unas mismas metrópolis.

En desarrollo de lo anterior, más que grandes reformas internas lo que requerimos, a mi manera de ver las cosas, es un enfoque de la actitud frente al trabajo individual y social Masónico, para dar paso a nuevas visiones y modelos inclusorios capaces de generar un pensamiento universalista pertinente y creativo. Así como valores y actitudes fácilmente reconocibles como Masónicos.

En pocos días nos reuniremos alrededor del Solsticio de Verano, en el hemisferio Norte, y del Solsticio de Invierno en el Hemisferio Sur, También, en pocos días se cumplirán 4 años desde que celebramos en todos los continentes del mundo el cumpleaños número 300 de la fundación de la primera Gran Logia en Londres.

La Masonería, de por sí, ha sido un gran Solsticio para la humanidad. Y si bien los nombres de la inmensa mayoría de los cientos de millones de hombres y mujeres, que en los últimos tres siglos han sido Masones y Masonas, puede haberse diluido en la memoria colectiva de la Orden, les sobreviven sus contribuciones individuales, a la manera de la materia oscura del universo, indetectable para la vista, pero fácilmente inferible por sus efectos reales.

Pero lo que a menudo olvidamos, y raramente elogiamos, es al núcleo central de nuestra membresía. A la mayoría silenciosa de cientos de millones de obreros y obreras construyendo en tres siglos, anónimamente, como las abejas de un panal. Al Masón y a la Masona de a pie que no ocupó, ni buscó ocupar, cargos importantes ni dentro ni fuera de la Masonería, y cuyos recuerdos se han desvanecido, pero que se dedicaron de manera tranquila a mantener encendida la antorcha, preservando unos principios que desinteresadamente trasmitieron a la próxima generación.

Es una masa invisible que no encontramos en los libros de historia, pero que, al conformar una enorme masa crítica que traspasa los tiempos y los lugares, con una moral Masónica, sencilla y bienhechora, sin ambiciones de dinero ni de poder, hacen de su decencia un sacerdocio, de su familia un templo, y de su palabra comprometida un altar elevado a la gloria del más profundo sentido de la vida humana. Llevando en sí mismo, y a otros, claridades en donde hay oscuridad, e invitaciones, con el ejemplo de su conducta, a ser libres para valorar el bien y el mal, a considerar a todos como iguales en dignidad y en derechos, y a ejercer la fraternidad, la sororidad y la solidaridad general sin distingos de ninguna naturaleza.

Por lo tanto, los principios generales de la Masonería, y nuestra fuerte tradición de construcción comunitaria, siguen teniendo un papel real en el futuro de la sociedad. La Masonería como institución no tiene el poder para cambiar las cosas, pero nosotros, como Masones y Masonas, individualmente podemos mostrar una diferencia en nuestros entornos, tal como lo hicieron nuestros cientos de millones de antepasados y contemporáneos de los siglos XVIII, XIX, XX, y lo que va del XXI.

QQ:. Hermanos y Queridas Hermanas, quiero contarles algo:

Hace tres años publiqué en mi blog PIDO LA PALABRA un artículo en el que utilicé la expresión “Aprendiza Masona”, que dio lugar a verdaderas acrobacias semánticas para negar su corrección gramatical.

En medio de todo esto, me llamó poderosamente la atención un correo que, luego de anotar las razones que ha conocido el autor para justificar el patriarcado Masónico, el masculinísmo activista en la práctica ritual, la discriminación de género y la resistencia a utilizar el femenino de una palabra (aun cuando sea gramaticalmente correcto), pasó a reseñarme el micromachismo que ha observado en Obediencias mixtas y femeninas, mostrándome que allí también se cuecen habas a calderadas.

Al parecer, no solo es cuestión de estar de acuerdo con que se Inicien mujeres en igualdad de condiciones y oportunidades que los varones, sino que además hay que estar revisando empáticamente las formas, el trato y las decisiones. Para, por lo menos, constatar que nuestros textos normativos y ritualísticos en castellano estén en concordancia con lo dispuesto por el “Diccionario de la lengua española”, por la “Nueva gramática de la lengua española”, por la “Ortografía de la lengua española” y por el “Diccionario de autoridades”, que publican la Real Academia de la Lengua Española (RAE) en asocio con otras veintitrés Academias similares, de 23 países de habla castellana, agrupadas en la “Asociación de Academias de la Lengua Española” (ASALE). Además de por la cuarta versión (2016) del “Diccionario de uso del español” de María Moliner.

Por ejemplo, se trata, comenzar a naturalizar.

No es mucho pedir, realmente, que normalicemos entre nosotros el lenguaje correcto de lo femenino con expresiones como: La Venerable Maestra, en vez de la Venerable Maestro. La Primera Vigilante, en vez de la Primer Vigilante. Y dejáramos de maltratar el idioma diciendo la Juez, la Elegido, la Electo, la Arquitecto, la Perfecto, la Príncipe, la Soberano, la Escocés, la Inspector y la Inquisidor: Cuando se aplica a una Masona, lo correcto es denominarla: la Jueza, la Elegida, la Electa, la Arquitecta, la Perfecta, la Princesa, la Soberana, la Escocesa, la Inspectora y la Inquisidora. Como sabemos, debe haber concordancia de género entre el artículo, el adjetivo y el sustantivo.

Y Traigo a colación este ejemplo de micromachismos para mostrar cómo la Tradición Masónica no puede exigirnos maltratar la gramática, ni conservar un Estatus Quo que desconoce igualdades. El de las mujeres es un clásico ejemplo de un tema que ya no debería ocuparnos internamente. Al igual que el de los Masones negros, cojos, homosexuales o ancianos. Cada dos segundos una persona huye de la violencia en el mundo, según la Agencia de la ONU para los Refugiados. La mitad son niños y niñas. Algunos viajan en brazos de su madre, otros recorren peligrosos caminos sin acompañamiento. Toda fraternidad Iniciática, Masónica o no, tiene siempre algo que decir frente al sufrimiento de los otros..

Para mí, lo Masónico es muy sencillo, es íntimo, es bastante útil y es profundamente moral.

En lo básico, común y simbólico, se trata de una metáfora creativa de la construcción de sí mismo y de nuestras sociedades utilizando progresivamente las herramientas de la albañilería, de acuerdo con los niveles organizacionales de este oficio.

En lo público y visible, la metodología Masónica propone un perfeccionamiento moral, individual y social de la persona, con una implicación humanista que debe proyectarse a la sociedad en general, a nuestros espacios profesionales, laborales, familiares, Etc. En este sentido, somos Maestros y pedagogos del nuevo tipo de ciudadanía y de sociedad que anhelamos construir y ayudar a construir.

En lo íntimo y personal, la pedagogía Masónica nos orienta a un conocimiento profundo de nuestra realidad interior en tanto seres trascendentes, para estimular el nacimiento de una persona nueva. Nos guía desde un antes hacia un después.

Es decir, que el método Masónico implica una labor de doble vía.

Por un lado, una de Introspección o de mirada hacia el interior de nosotros mismos, y por el otro, una mirada prospectiva que es, como lo define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, una “exploración de posibilidades futuras basada en indicios presentes”.

Estas dos clases de pedagogía (exotéricas, con X y esotéricas con S), mezcla de teatro y filosofía, componen la que utilizan las Logias con una clara intención Iniciática. Es decir, como una experiencia decisiva de transito que inicia progresivamente, Grado tras Grado, un nuevo orden de sensibilidades. Para ello, la Orden recurre a unos rituales, a unas ceremonias, a unos símbolos y a unas alegorías. Ya que la práctica de pasar de una oscuridad a una claridad no es monopolizable y la herencia de la tradición Masónica es un patrimonio inmaterial e intangible de la humanidad.

Que una Logia abra o cierre el pórtico de su templo con base en prejuicios, creencias personales o discriminaciones, no ha sido nunca una buena política en el camino de construir una humanidad con más libertad, con más igualdad y con más fraternidad que las que nos tocó en suerte. Ni en el de hacer énfasis en los intereses compartidos de la humanidad para un mundo más pacífico, más saludable y, más respetuoso de la diferencia.

Hoy practicamos la Masonería en la mejor etapa de la humanidad. Y lo digo a pesar de que diariamente veo la cantidad de violencia que muestran los noticieros, las redes, los periódicos y las revistas. Y también lo digo, a pesar de que conozco más violentologos que pazologos, que me podrían inclinar a mermar mi confianza en la humanidad.

Pero lo cierto es que, por primera vez en la historia de la especie humana, muere en el mundo más gente por obesidad que por hambre. Mueren más personas de vieja que por epidemias. Incluida la del Coronavirus. Y los accidentes matan más gentes que todas las clases de violencia sumadas. El pensador Yuval Noah Arari, demostró en su libro, “21 Lecciones para el Siglo XXI” que en las antiguas sociedades agrícolas la humanidad causaba hasta el 15% de las muertes. En el siglo XX, la violencia mató el 5% de las personas. Hoy la violencia de todo tipo es responsable solo del 1% de las muertes.

Hemos avanzado penosamente y falta mucho por hacer. Pero creo que el mayor triunfo de la Orden Masónica es que sembró, y ayudó a sembrar, las semillas de las ideas básicas que dejaron huella en los últimos tres siglos, en infinidad de grandes y pequeñas corporaciones, tribunales, tratados, universidades, ONGs, Etc., que hoy las defienden con ardor. Fueron ideas que alcanzaron la mente y el corazón de cientos de millones de Masonas y Masones en tres siglos. Y a través de ellos llegaron a sus entornos.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas, frente a la violencia contra las mujeres, sus menores salarios frente a igual trabajo que el hombre, y la negación de su derecho decidir sobre sus cuerpos.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas, para fortalecer los valores y los derechos de las diferentes formas de familias, propiciando un relacionamiento incluyente e igualitario del que ama diferente.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas, frente a las migraciones de todos nuestros países, sin excepción, que, desde la década de los 60s del siglo pasado, se dirigen principalmente a Europa, Australia y Norte América (o de un país a otro de Europa) huyendo de la violencia, la falta de oportunidades y la pobreza. O buscando mejores horizontes para sus hijos.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas, frente a los migrantes que huyen de las dificultades económicas de sus naciones, a quienes debemos recibir sin discriminaciones, creándoles oportunidades de integración social, con apego a una sólida línea humanista, y un indeclinable respeto a sus derechos fundamentales al asilo, a la vida, a la salud, al trabajo, a la igualdad, al buen nombre, a la honra, a la intimidad, al libre desarrollo de su personalidad. A no ser objeto de esclavitud, servidumbre ni trata de seres humanos. A la libertad de culto y de expresión, a la paz, a presentar peticiones a las autoridades, a circular libremente por nuestros países, a un debido proceso con las garantías necesarias para ejercer su defensa, a la libertad y a reunirse y a asociarse.

Tenemos obligaciones humanistas y constructivas frente a los discursos que promueven odios y miedos. Tenemos obligaciones humanistas y constructivas para no convertir la Masonería en una cuestión exótica, trivial o etérea, que solo exista en nuestra imaginación, soportada por creencias extrañas y pseudociencias. Tenemos, dentro y fuera de las Logias, que respetar las religiones y la fe de quienes las practican. Y no invadir los legítimos espacios que tienen en la sociedad.

Y, sobre todo, tenemos obligaciones humanistas y constructivas para conservar la Masonería como algo que propicia que, quienes accedemos a ella, no nos mitifiquemos a nosotros mismos. Para que no seamos insensibles al dolor que podemos ocasionar. Para concebir las relaciones fraternales en un marco abierto y cooperativo. Y para que la historia no nos recuerde como la generación de los Masones indiferentes.

QQ:.. Hermanos y Hermanas,

A principios del año 2020, salió a la luz pública un extraordinario libro bajo el sugestivo título de “Pensando en la masonería del siglo XXI. ¿Está amenazada la Orden Masónica?”, de Ediciones Champs-Élysées, de París, que contiene una importante y crítica reflexión prospectiva sobre el futuro de la Masonería.

Sus autores constituyen una nómina de lujo: Alain De Keghel, Ex Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del REAA del Gran Oriente de Francia, y Philippe Liénard, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Bélgica. El prólogo fue escrito por Michel Barat, ex Gran Maestro de la Gran Logia de Francia, y Jean-Pierre Legay, ex Consejero de la Orden del Gran Oriente de Francia.

El texto (que recomiendo vivamente) ofrece una mirada conjunta y diferente de dos Masones de Altos Grados y amplia experiencia que no dudan en considerarse Aprendices. Diseccionan y analizan de forma minuciosa y detallada la Orden en su diversidad, en su riqueza histórica y en su actualidad, con una retrospectiva respetuosa, seria y portadora de preguntas valientes del tenor de: “¿Están los valores Masónicos a la deriva? ¿Ha decaído la Orden Masónica? ¿Tiene futuro a la luz de su pasado? ¿Deberíamos repensar la Orden Masónica del siglo XXI? ¿Debemos pensar también que la Orden, tres siglos después de su aparición, lejos de distinguirse por su ambición de sacar el Orden del Caos, ahora estaría amenazada por su opuesto dentro de sí misma? ¿Puede sobrevivir? ¿De qué Orden Masónica podemos hablar hoy en un mundo en rápido cambio cuyas fuentes luchan por responder a trastornos de todo tipo?”

Son preguntas de fondo que nos pueden llevar a debates interminables. Después de mucho pensarlo y discutirlo con algunos Hermanos Masones, creo que deberíamos poner mucha atención a las posibilidades que ofrecen las Confederaciones Masónicas en el mundo de hoy.

Estas sinergias podrían estar formalizadas en alianzas dirigidas a buscar objetivos comunes que son más difíciles de alcanzar juntos que separados. Pueden concebirse como una experiencia más amplia que incluya dinámicas colaborativas que validen mejoras en la labor constructiva, con mejores resultados y una visión más amplia.

Puedo traer a cuento, por ejemplo, para ilustrar lo que digo, y en honor al país de la Logia Constante Aluna, que me ha invitado, el “Espacio Masónico de España (EME), constituido por el Gran Oriente de Francia, la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano, la Gran Logia Simbólica Española, y la Gran Logia Femenina de España, que son Obediencias Masónicas adogmáticas y liberales. En sus propias palabras: “Esta alianza, en defensa de los valores Masónicos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, ofrece desde el año 2009 un marco común de reflexión, actuación y reconocimiento mutuo… y ha supuesto un importante avance en cuanto a la forma de acercarse a la sociedad española”

Otro ejemplo de sinergia Masónica lo constituye la asociación de Obediencias liberales que conocemos como la «Alianza Masónica Europea» (AME), que representa a los 170.000 Masones de 34 Obediencias, en 14 países europeos, que confiesa públicamente que “tiene como fin propio la difusión y la promoción de los valores y principios de los que la Masonería es heredera activa, especialmente por cuanto concierne a la libertad de conciencia y de pensamiento como derecho inalienable y a los ideales de democracia, de fraternidad, de igualdad y dignidad de todos los seres humanos, incluida su capacidad de elección respecto a la procreación, a la concepción y a la finalización de la propia vida.” La Alianza Masónica Europea hace suyos la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, el Convenio europeo sobre derechos y libertades fundamentales, de 1950, y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea del año 2000, rechazando toda forma de discriminación y de atentado contra la libertad de expresión respecto a cualquier tema.

Mucha agua ha corrido bajo los puentes de la Masonería, nada ha sido estático y muchas cosas han cambiado. El pensador Milton Arrieta López sostiene que el más incontrovertible Landmark de la Orden es el del cambio.

Aún conservo en mi biblioteca el libro “La Republica Planetaria” (2007) de Jacques Plumet, en el que podemos leer que “en el momento en que un enfrentamiento generalizado de civilizaciones, la guerra responde al terrorismo en una espiral cada vez menos controlada, en que el laicismo ha sido tan violentamente atacado por las nuevas formas de sectarismos ideológicos o religiosos, corresponde a los Masones mostrar el ejemplo y promover una asamblea representativa de personas de los cinco continentes para el advenimiento de una Res Pública latitudinal. Es decir: La República.”

Y aunque Plumet escribe desde el Rito Francés (o Moderno), su coincidencia con Ramsay, que escribe desde los antecedentes fundacionales del REAA, es total cuando dice que “el mundo entero no es más que una gran República en la cual cada nación es una familia y cada individuo un niño”. 

Son coincidencias atemporales, a la vez que un basamento común, que representa el ADN Iniciático que determina la universalidad pasada y presente de la Masonería, además de su coherencia histórica. Se requieren masones que sean interlocutores idóneos de la sociología del siglo XXI, y posean capacidad propositiva. Es decir, que sean aptos para entender que, a la manera de un patrimonio intangible de la humanidad, la masonería contiene tradiciones y memorias activas adquiridas de nuestros antecesores y es una facilitadora para la comprensión de la pluralidad y la contribución al dialogo integrador entre diferentes.

Muchos Masones y Masonas de hoy están haciendo grandes esfuerzos para trasmitir el verdadero mensaje de la tradición a un mundo cada vez más enterado de su pluralidad, y tenso en su relación con los colectivos a los que esa diversidad mortifica.

Y aunque en la actualidad coexisten varios modelos que describen lo Masónico, e identifican sus líneas de acción, desde su propia visión, soy de la convicción de que Jornadas como estas, ofrecidas desde el Oriente de Alicante a países y continentes diferentes, identifican, las sinergias al momento de enfrentar la tarea de las instituciones que agrupan a los Masones para trabajar en orden y armonía en nuevos proyectos de interés Masónico general.  

Muchas gracias a todos, por su paciencia y fraternidad para escuchar mis palabras.

Es mi Palabra Ven:. Maestr:.

Iván Herrera Michel

Or:. de Alicante, España

11 de junio de 2021 (E:. V:.)