¿QUIÉN ES EL GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO?

Quizá sea un poco osado por mi parte intentar explicar el origen de la iconografía masónica, ya que soy profano, pero sí simpatizante y gran estudioso de la masonería. En esta ocasión me basaré en algunos escritos y notas extraídas de diversos autores y eruditos que he ido recopilando durante algunos años.

Para muchos desconocedores de la Masonería, el sobrenombre de «El gran arquitecto del Universo» puede parecer extraño. Un nombre que según varios escritores y estudiosos de la masonería, tiene un origen determinado. Veamos a continuación bajo qué criterios y pruebas se basan a la hora de «desvelar» el origen de este término acunado cientos de años atrás.

James Anderson

James Anderson (Aberdeen, Escocia, 1678-Londres, 1739) se sabe que fue un pastor presbiteriano y masón escocés, coautor, junto a John Theophilus Desaguliers, de la primera Carta Constitucional de la francmasonería moderna o especulativa, conocida como las Constituciones de Anderson.
Según algunos historiadores, Anderson se inspiró probablemente en Platón cuando acuñó el término «Gran Arquitecto del Universo». Platón denominaba a Dios como «Geometra», y se dice que en la entrada de su academia hizo escribir: «Que no entre quien no sepa de geometría».
Dicen que en los documentos masónicos medievales se asimila la geometría a la masonería. Anderson, seguramente tuvo en cuenta el neoplatismo medieval, y que sin duda inspiraría una cierta proliferación de imágenes de Cristo como arquitecto, con un compás en la mano cuando creó el mundo nuevo.

Esoterismo en la masonería

El esoterismo en la masonería floreció en la Baja Edad Media, siendo la época en la que se dio a conocer los textos fundamentales de la cábala histórica. Como el el Sepher Yetzirah, el Sepher Ha-Bahir y el Zohar (siglo XIII). Esta fue una época en la que aparecieron diversas obras, como la obra alquímica Pretiosa Margarita novella de Petrus Bonus, así como Aurora consurgens, siendo esta atribuida a santo Tomás de Aquino. Ambas escrituras reflejan un comentario complicado de comprender de las Sagradas Escrituras. El Cristo que aparecía en las biblias de esta época se le representaba como poniendo orden al caos con su compás.

Así pues creó al hombre nuevo, dirían pues los masones adeptos del alquimista egipcio Hermes Trismegisto, porque todo esto debe ser bien entendido, según las reglas tradicionales de la exégesis, que nos ayuda a recuperar el significado primario de las palabras, las imágenes y los símbolos masones. Así pues, descubriremos que el mundo es el hombre, y que el hombre es la piedra o el alma inmortal que palpita en él, por esto mismo es “humano”, porque su cuerpo animal contiene un fundamento divino (que Platón llamaba psique). ), que actúa como la tumba del alma, de ahí la palabra play soma-sema, el cuerpo es una tumba para el alma. En términos masónicos, es la piedra en bruto o palabra perdida, perdida en la carne del mundo, la que debe ser redescubierta y posteriormente restaurada.

Dios con el compás
Dios con el compás

Según las Constituciones de Anderson, El gran Arquitecto es Cristo, a quien también llama «el Mesías de Dios, Gran Arquitecto de la Iglesia” Esto mismo lo podemos observar en la edición de 1738, donde leemos que “el Verbo se encarnó y el Señor Jesús Cristo Emmanuel nació, Gran Arquitecto o Gran Maestro de la Iglesia Cristiana”.

Para terminar esta breve explicación del término «El Gran Arquitecto del Universo», cabe mencionar que en 1877 el GOF (Gran Oriente de Francia), eliminó de sus bases y principios la creencia de un Dios revelado, llamado Gran arquitecto del Universo, en nombre de la libertad y la tolerancia, destruyendo el pilar fundamental en que se apoya el edificio masónico tradicional.
Con este principio interno, lo sagrado se esfumaba de la masonería, o por lo menos de este tipo de masonería. Decían que con estos cambios se procedían a la abstracción del principio divino, de manera que cada masón se hiciera una idea de Dios a su medida y creencia.

Representación de G.A.D.U.

Por otro lado, fueron devaluados todos los conceptos, principios y términos espirituales o religiosos, como ‘iluminación’, ‘Arte Real’, ‘sagrado’, ‘luz’, y muchos otros, dándoles un nuevo significado más laico, moral, psicológico, o como mucho filosófico. Eran pues, los nuevos tiempos en que, por lo menos en los países latinos, la conquista de las libertades pasaba forzosamente por combatir a la Iglesia católica y a la religión.

Hoy día, en las diferentes vertientes masónicas hay logias que mantienen el principio de un Dios Revelado, otras sin embargo se acercan más a lo figurativo y pragmático.

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