El arquitecto de Nueva York se convierte en profeta en su tierra
Es cierto. Han hecho falta 180 años desde su nacimiento, pero al final todo llega. Con todo, el hermano Rafael Guastavino Moreno cuenta desde hace unas semanas con su estatua en la plaza de la Reina de Valencia.
[av_dropcap1]D[/av_dropcap1]esde su inauguración por parte del Ayuntamiento el pasado 18 de julio, ha surgido toda una veneración por conocer la vida de este carismático arquitecto que revolucionó su gremio y fue el artífice de la transformación de Nueva York.

Aunque no hay pruebas totalmente concluyentes, se considera que era masón
PROFETA EN SU TIERRA
Gracias a esta labor de reconocimiento, Guastavino dejó de ser un «olvidado» en su propia ciudad natal, tal y como indicaron las autoridades municipales en el acto de descubrimiento de la efigie, coincidente con el 180 aniversario de su natalicio.
La estatua luce, además, cerca de donde antes estaba el edificio en el que nació.
BÓVEDA TABICADA
El éxito de este masón valenciano se debió a la utilización de un sistema de construcción de bóvedas propio de la arquitectura tradicional en la zona mediterránea valenciana, conocida como bóveda tabicada.

Estaciones ferroviarias, puentes, catedrales, ayuntamientos y museos disponen de este elemento, tan característico en la Gran Manzana, que le valió el peculiar apelativo de arquitecto de Nueva York.
LEGADO NEOYORKINO
Sin ir más lejos, la estación central de Nueva York, tan característica y que tantas veces se ha mostrado en el cine, es obra de este valenciano masón, entre otros muchos edificios importantes de los Estados Unidos.
La estatua de Valencia recoge el simbolismo de la bóveda que patentó
La estatua recoge el simbolismo del sistema arquitectónico que Guastavino ideó.
Ataviado con su gran abrigo, su sombrero y el bigote, el arquitecto traza un arco sobre la cabeza, evocando el elemento arquitectónico axial tan propio de su carrera.
El autor de la obra es Alfredo Llorens García, artista, profesor e investigador en la Universitat Politècnica de València con años de experiencia y una carrera dilatada como artista y escultor.
AMISTADES MASÓNICAS
Guastavino, además, no sólo era un masón operativo que se inspiró en la luz del Mediterráneo para forjar su carrera, sino que también se cree que era un masón especulativo que trabó amistad con otros hermanos valencianos ilustres de la época, como Vicente Blasco Ibáñez o Sorolla.

El arquitecto se formó en la escuela de maestros de obras de Barcelona. En esa ciudad inició su trabajo y construyó la fábrica Batlló.
RETAZOS BIOGRÁFICOS
La mala gestión de sus negocios y su irregular vida familiar, provocó que su primera esposa, Pilar Expósito, emigrara a Argentina con los tres hijos que tuvieron.
Tras esto, entabló una relación con Paulina Roig, con la que tuvo otro hijo, Rafael.
Envió algunos planos de sus edificios y el proyecto «Mejora de las condiciones sanitarias en las ciudades industriales» a la Exposición Universal de Filadelfia de 1876.
El proyecto le valió la medalla de bronce del jurado.
ALZAMIENTO DE BIENES
En 1881 un juez del distrito de San Pedro, Barcelona, dicta orden de busca y captura contra él por alzamiento de bienes.
Ese año se trasladó a Nueva York con Paulina Roig, su hijo, y las dos hijas de ésta. Sin embargo, Paulina y sus dos hijas regresaron a España ese mismo año.
Entre 1882 y 1883 realizó ilustraciones de interiores y muebles de estilo renacimiento español para la publicación «The Decorator and Furnisher».
GUASTAVINO SYSTEM
Tras unos accidentados inicios, que le llevaron a la ruina, alcanzó el éxito gracias a la utilización de su patente, registrada en 1885.
Registró la patente del sistema constructivo en 1885
Consistía en una estructura de bóvedas derivado de la construcción tradicional valenciana, conocido como bóveda tabicada, de ladrillo de plano.

La estructura se denominó en inglés Tile Arch System, Guastavino system o Guastavino tile.
Centrado en esta actividad, constituyó la compañía Guastavino Fireproof Construction Company; es decir, «a prueba de incendios» de sus materiales, que en aquellos años provocaban cuantiosos estragos.
LEGADO ARQUITECTÓNICO
Su legado se puede apreciar en numerosos edificios emblemáticos de la ciudad de Nueva York, entre otros muchos, los siguientes:
- Grand Central Terminal.
- Great Hall de Ellis Island.
- Zonas del Metro.
- Zonas del puente de Queensboro.
- Catedral de San Juan el Divino.
- Carnegie Hall.
- Museo Americano de Historia Natural —en Central Park Oeste—.
- Templo Emanu.
- Iglesia de San Bartholomé —en la Quinta Avenida—.
- City Hall.
- Hospital Monte Sinaí.
Igualmente, en otras ciudades, como Boston, cabría citar la Biblioteca Pública; mientras que en Washington, está el Museo Nacional de Historia Natural y la Corte Suprema de Estados Unidos.
360 EDIFICIOS
Al final de su vida construyó con el sistema que él mismo ideó 360 edificios en Nueva York, un centenar en Boston, además de edificios en Baltimore, Washington DC o Filadelfia.
Se retiró a su propiedad en Black Mountain (Carolina del Norte), llamada Rhododendron, actualmente considerada distrito histórico.
EL ARQUITECTO DE NUEVA YORK
Guastavino falleció en febrero de 1908 en Ashville (Carolina del Norte), a donde se trasladó a mediados de la década de 1890.
El diario The New York Time le bautizó ‘el arquitecto de Nueva York’.
Tras su muerte, en su necrológica, The New York Times le puso el sobrenombre de «arquitecto de Nueva York» por haber construido los edificios más importantes de la historia de la arquitectura de los EE. UU.

Sus restos reposan en una cripta de la basílica de San Lorenzo de Asheville, que el mismo diseñó en 1905.
Su hijo menor, Rafael Guastavino Roig (Barcelona 1873-Nueva York 1950), también arquitecto, continuó la empresa familiar.
RECONOCIMIENTO TARDÍO
En la Exposición Mundial Colombina de Chicago de 1893 construyó el Pabellón Español, que era una réplica de sala Sala de Contratación y la torre de la Lonja de la Seda de Valencia.
El reconocimiento de su importancia para la arquitectura estadounidense le llegó muy tardíamente, pero gracias al movimiento por la conservación de los edificios emblemáticos de Nueva York, desde la década de 1970 se está recuperando su memoria.