El autor considera que el documento fundacional de la masonería moderna son las Constituciones de Robert
Por Rubén Baidez
El 17 de enero de este año se cumplen 300 años de la que se ha denominado la primera Constitución de los Francmasones, pero, ¿sabías que un año antes ya existían unas Constituciones? Las Constituciones de Robert.
Este documento, hasta ahora desconocido por muchos masones, aporta un nuevo paradigma en la historia de la Orden
Fue el primer libro masónico y tuvo una fuerte influencia en las Constituciones de Anderson.
El documento que aquí presentamos, es, sin duda, vital para la historiografía masónica. ¿Por qué son tan importantes las Constituciones de Roberts?
LA TABERNA DEL GANSO
La leyenda masónica cuenta que el 24 de junio de 1717 cuatro logias de Londres se reunieron en la taberna Goose and Gridiron y formaron la que denominaron Gran Logia de Londres y Westminster, eligiendo al hermano Anthony Sayer como primer Gran Maestre, puesto que ocupó desde 1717 hasta su muerte en 1721.
ARGUMENTOS DE PESO
Ahora bien, tal y como vimos en el libro James Anderson y la Creación de la Primera Gran Logia, este hecho no es fiable como dato histórico en base a varios argumentos:
- Dichas referencias no aparecen en las canónicas Constituciones redactadas por Anderson en 1723, sino en la segunda edición de 1738, o sea, veintiún años después de acontecido el levantamiento de la Gran Logia, cuando los supuestos personajes presentes en dicha reunión de 1717 estaban en 1738 fallecidos o desprestigiados.
- En 1717 no había ninguna taberna llamada Apple Tree en Charles Street en el barrio Covent Garden, donde se supone que habría tenido lugar la reunión fundacional. En esa zona hubo una taberna con ese nombre que estuvo registrada como tal en 1729, cuando James Douglas la alquiló y la registró con el nombre Apple Tree, pero dicho establecimiento desapareció tras su muerte en 1753.
- La primera referencia histórica sobre la fundación de la Gran Logia y su actividad se halla en Londres en 1721, entre los apuntes personales del médico y anticuario William Stukeley, fundador de la Sociedad de Anticuarios, donde se afirma que en la refundación de la Gran Logia de Londres estuvieron presentes diversos miembros de tal sociedad, la cual había sido fundada en tiempos de Enrique VIII, y de cuya puesta en pie se encargó el poeta Jonh Leylan, con la intención de confirmar los orígenes divinos de la realeza inglesa. En su diario personal, Stukeley señala que su «iniciación fue en Londres en 1721, en la taberna llamada The Salutation, y añade que había sido la primera iniciación en la ciudad en muchos años, la cual se había complicado por la dificultad de encontrar suficientes masones para realizar dicha ceremonia».
EN TELA DE JUICIO
Estas pruebas llevaron a los profesores Andrew Prescott y Susan Sommers a publicar un ensayo titulado Searching for the Apple Tree Tavern: Revisiting the Earliest Years of English Organized Freemasonry , en el cual ponían en duda que el año 1717 fuera la fecha de la fundación de la primera Gran Logia del mundo.
En base a los datos históricos, los investigadores establecieron 1721 como la fecha más certera de la fundación de la Gran Logia de Londres y Westminster.
De hecho, se sabe que la redacción de las Constituciones fue encargada a Anderson el 29 de septiembre de 1721 por el Gran Maestro de la Gran Logia de Londres y Westminster, el Duque de Montagu.
DOCUMENTOS INÉDITOS
Desde 1721, el que fuera Gran Maestro, George Payne, quien era un activo emprendedor y anticuario, se dedicó a compilar documentos y manuscritos referentes a la historia, usos y reglamentos de la antigua masonería operativa.
Payne logró reunir escritos, cartas y documentos de Antiguos Deberes u Old Charges (a los que se referían como «Constituciones Góticas»), así como «Reglamentos Generales» de la masonería.
Entre esta masa documental se encontraban los más antiguos documentos: los Estatutos Shaw, las Ordenanzas de Ine y de Alfredo el Grande , el manuscrito Cooke (1410), el manuscrito Inigo Jones (1607), el manuscrito Wood (1610) y la Carta de Athelstan, promulgada durante la Asamblea General de 936 en York.
Con todo este material redactó los 39 Reglamentos Generales.
Payne llegó a presentar un manuscrito encontrado por él «en el oeste de Inglaterra y de 500 años de antigüedad»
MANUSCRITO COOKE
Hoy sabemos que este documento es el citado manuscrito Cooke.
Se considera que los documentos recopilados por Payne ascendían a más de un centenar de pergaminos y manuscritos procedentes de gremios masónicos de distintos países de Europa.
Fruto de tal recopilación, redacción y trabajo, en 1723 se publicaron por primera vez las Constituciones de Anderson.
CONSTITUCIONES DE ROBERTS
Ahora bien, esta publicación no fue la primera obra masónica impresa, sino que un año antes, en 1722, se imprimieron y publicaron las Constituciones de Roberts.
Este ímpetu por publicar unas Constituciones nacía del esfuerzo de la Gran Logia de Londres por hacer publicidad de sí misma y de la masonería. Es más, J. M. Robert afirma que hubo gran interés de la masonería londinense por salir al ámbito público.
Sin embargo, junto a la redacción de las Constituciones de Anderson y la aparición pública de la orden, se sucedieron una serie de críticas. Tales como la publicación de The Free Masons; An Hudibrastick Poem.
Fue tal la aspiración de la naciente masonería londinense, que en junio de 1723, La Gran Logia en la Gran Fiesta Anual hizo una procesión de “eminentes hermanos” a través de la ciudad, vestidos con galas masónicas.
HISTORIA DE LA ORDEN
Por su parte, las Constituciones de Robert publicadas en 1722 recogían el espíritu que había tenido la francmasonería operativa, la cual poseía documentos manuscritos que contenían lo que pretendía ser la historia de la Orden y un conjunto de ordenanzas para ser identificado como parte del gremio.
Han llegado hasta nuestros días versiones realizadas en los siglos XV, XVI y XVII, de las que existen casi un centenar.
ANTIGUOS DEBERES
Se conocen como los Antiguos Deberes, y las versiones están casi todas tan estrechamente relacionadas textualmente que resulta obvio que derivan de un único original.
La importancia de estas Constituciones radica en que es la primera obra en cuanto a prioridad de publicación de toda la bibliografía masónica.
Fue un documento que se alejaba del ambiente de las tabernas de la masonería londinense
Es decir, en ella encontraremos una protomasonería genuina y original de la Antigua y Honorable Sociedad de Masones Libres y Aceptados.
MANUSCRITO DE 500 AÑOS
El Propio Roberts, afirma que su escrito toma como base un manuscrito de hace más de quinientos años (Londres, Impreso y vendido por J. Roberts, en Warwick Lane, MDCCXII).
Aunque no se ha podido comprobar tal aseveración, lo cierto es que los estudiosos del texto han visto una transcripción del «Harleian MS. No. 1942», (M.) que puede haber sido copiada de un documento mucho más antiguo, pero no se ha podido constatar.
INFLUENCIA EN ANDERSON
Lo curioso de todo esto, es que estas Constituciones de Roberts sí tuvieron influencia en las Constituciones del Rev. Dr. Andersons, pues los “Nueve Artículos” recogidos aquí, fueron posteriormente añadidos por el presbítero escocés a su Libro de las Constituciones de 1738.
Algunas personas podrían preguntarse, si fue tan importante tal documento:
¿Por qué solo existe una copia en la Biblioteca de la Gran Logia de Iowa?
Hasta ahora se había considerado la única, pero recientemente han aparecido varias copias más, como la de los Sres. Fletcher, de Bays-water, y que ahora es propiedad privada.
DOS EDICIONES
Cabe decir también, que aunque el original parece escaso, existió una 2ª edición de este curioso libro y fue publicada por el H.·. R. Spencer en Londres, en la época de 1722 a 1730.
A pesar de que Robert es un hermano aún desconocido para muchos, y que no parece haber tenido hasta hoy relevancia en la historia masónica, la importancia de su trabajo fue muy bien descrita por William James Hughan (1841-1911) cuando escribió sobre el Manuscrito de Roberts en su «The old charges of British Freemasons”:
Publicadas un año antes que las Constituciones de Anderson, solo existen dos copias de las Constituciones de J. Roberts: una en la biblioteca de la Gran Logia de Iowa, y Robert J. Blackham nos cuenta en Apron Men: The Romance of Freemasonry (1933), que uno era propiedad de Sir Lacon Threlford y estaba prestado a la biblioteca de la Gran Logia Unida de Inglaterra.
VALIOSA POSESIÓN
Las Constituciones de Roberts son fácilmente la posesión literaria masónica más valiosa de América.
Un facsímil de la obra fue publicada por la National Masonic Research Society, con una introducción del erudito masónico Joseph Fort Newton en 1916. Introducción que hemos deseado recoger en este trabajo.