En un solo fin de semana encienden luces dos templos en Alicante y Murcia y se consolida la actividad del triángulo Antenor

El Levante de España se ha convertido en tierra de promisión para la masonería. Que en un solo fin de semana hayan celebrado la ceremonia de encendido de luces dos logias a apenas 80 kilómetros de distancia, evidencia el fervor con el que los hijos de la viuda están echando raíces en un terreno que les es propicio.
Si el sábado 29 de mayo encendía luces la logia Mitra al oriente de Murcia, al día siguiente (30), hacia lo propio la logia Hypatie al oriente de Alicante. Ambas pertenecen a la Gran Logia Simbólica de España (GLSE), que en estos momentos se encuentran en un momento dulce de crecimiento pese a la pandemia.
No se puede dejar de lado que tanto en Alicante, como en Murcia, existen templos de la Gran Logia de España (GLE), que alojan la Hiram Abif y la Moriá respectivamente. La obediencia regular, igualmente, da cobertura a un amplio espectro de logias con lenguas vehiculares extranjeras, como inglés, alemán u holandés, habida cuenta de la importante población flotante que se cobija en las templadas playas de esta zona privilegiada. El número de logias de estas características resulta de difícil cuantificación, pero realizan una prolija actividad.
Por otra parte, no es que Murcia no disponga de logias liberales, como Luz de Levante, del Gran Oriente de Francia (GODF), de sólida trayectoria e implantación, así como otros grupos activos del Derecho Humano; se trata simplemente que la masonería se encuentra en un ciclo de expansión. Así que Mitra cubrirá un hueco necesario en la capital del Segura sin entrar en competencia con otras logias.
Además, la logia decana y de más tradición de Alicante, la Constante Alona, perteneciente también al GODF, se ha desarrollado tanto en los últimos años que de sus columnas ha emergido un nuevo triángulo, el bautizado Antenor, que desarrolla sus trabajos al oriente de Altea y que pronto se convertirá en logia merced al entusiasmo y la buena calidad de los trabajos que desarrollan sus miembros.

Constante Alona no oculta que está muy satisfecha con el alcance de su triángulo alteano, pues les permite prolongar sus ideales masónicos al norte del Mascarat, donde las condiciones orográficas no siempre habían permitido instalar logias permanentes.
El nombre escogido, Antenor, es un pequeño homenaje que sus fundadores rinden al legendario dirigente socialista, masón y pedagogo Rodolfo Llopis, natural de Callosa d’en Sarrià, de quienes se muestran fervientes seguidores y del que se han propuesta preservar su legado. Antenor era el nombre simbólico de aquel que llevó hasta las últimas consecuencias las doctrinas socialistas más ortodoxas del PSOE en el exilio y que salió derrotado en el Congreso de Suresnes, en 1974, a manos de Felipe González y sus partidarios.
Por tanto, los mazoneros de esta región han de estar de enhorabuena. Existe tal cantidad de logias con distintos matices en los ritos, símbolos, templos, idiomas y condiciones ideológicas con las que trabajan, que podría decirse en estos momentos que aquel que no es masón, es porque no quiere.