¿Por qué incendian templos masónicos?

Pie de foto de imagen destacada: Benjamin Kohlman se enfrenta a cinco cargos como presunto autor de los incendios.
El discurso del odio gana terreno. La semana pasada diversos medios de comunicación internacionales se hacían eco del incendio de tres templos masónicos en la ciudad canadiense de Vancouver. La pregunta es: ¿por qué se producen estos hechos?, ¿por qué la masofobia gana terreno?, ¿por qué los extremismos se están agudizando en la sociedad?
Los argumentos para entender la coyuntura social que vivimos y a la que se han apuntado no pocos políticos, difieren poco de los esgrimidos por los totalitarismos del pasado, aunque adaptado a los nuevos tiempos. Al final, la sinrazón prende en los lugares menos insospechados, casi en aquellos donde nunca ocurre nada y el tiempo parece detenido.
Así las cosas, la policía de Vancouve detuvo a Benjamin Kohlman, de 42 años, como presunto autor de los fuegos contra los templos de la Gran Logia de la Columbia Británica y Yukón. Los hechos se produjeron el 30 de marzo y el autor se jacta de su discurso masofóbico en redes sociales.
Kohlman se enfrenta a un total de cinco delitos. Además de los incendios con carácter premeditado, también se enfrentará a la justicia por agredir a un oficial de policía y por allanamiento con fuerza y violencia.
Kohlman fue arrestado poco antes de las 10 de la mañana en Burnaby, cerca de North Fraser Way y Marine Way, a unos 20 minutos en automóvil desde la ubicación del último de los templos quemados.
Todos los ataques se produjeron entre las 6,30 y 7,30 h de la mañana. El primero fue contra un edificio de casi un siglo de antigüedad que sufrió graves daños. Al parecer, el autor derribó la puerta y lanzó una bomba incendiaria, según declaró Tom Anstruther, miembro de la Logia Lynn Valley número 122. “Es bastante extraño, ¿no? Da bastante miedo. ¿Por qué atacan a los masones?».
El mismo desconcierto mostraba el maestro de la Logia Capilano número 164, cuya sede fue atacada solo 15 minutos después, destruyendo totalmente uno de los edificios históricos de North Vancouver. “No hemos hecho nada para perjudicar a nadie», explicaba  Peter Hill. El incendio, se lamenta, perjudica especialmente los proyectos sociales con los que colabora esta  Logia: un hospital infantil, un banco de alimentos y una sociedad de conductores voluntarios para enfermos de cáncer.  En sus propias palabras:»No tiene ningún sentido. No sólo está perjudicando a la Logia Masónica, sino que está perjudicando a la gente que depende de ellos para recibir ayuda», afirmó Hill.

Imágenes de los templos masónicos quemados en Vancouver.


En tercer lugar, fue atacado el Park Masonic Hall, sede de cuatro logias. Un oficial de policía fuera de servicio se encaró con un sospechoso, que logró huir inicialmente.
La página de Facebook del detenido, en la que se jacta de que nadie hubiera podido impedir la destrucción de los tres templos masónicos, “está llena de teorías conspirativas sobre el Covid-19, el terraplanismo, los antivacunas y el control del mundo por parte de los masones».
Los masones canadienses, pese a todo, manifiestan que “seguirán intentando cambiar el mundo para convertirlo en un lugar más tolerante y fraternal, a pesar de haberse quedado sin templos. Nuestra comunidad está intacta. Como grupo de amigos y hermanos fraternales, seguiremos haciendo lo que hacemos».