Ordo Ab Chao, cuya traducción latina significaría diversas enunciaciones tales como “orden que nace del caos”; “orden a partir del caos”; “orden desde el caos” y “caos ordenado”, entre otras derivaciones, subyacen además en los  abanicos de posibilidades al establecer el desglose de constructos que parten de un mismo punto: el nacimiento del orden, lo visible, invisible, la materia y antimateria (materias oscuras, energía oscura, y partículas subatómicas) desde una matriz o amalgama de inexistencias, génesis del Universo que conocemos, o los posibles multiversos paralelos, simultáneos, en espacio y tiempo de probabilidades circunstanciales infinitas.

El Todo (nombrado por Poimandres, como enseñanza a Hermes Trismegistro en el Corpus Hermeticum), Dios (diferentes ideologías religiosas), Ser (Eckhart Tolle) o Padre-Madre (en palabras de Saint Germain), se expresa en todo momento, en azares ordenados, que creativamente, estos azares son elaborados a partir de probabilidades cósmicas sin lógicas entendibles humanas ni seguramente aprendidas por entidades vivientes de otros confines galácticos, convirtiéndose el Ordo ab Chao en un aforismo universal exacto, que expresa la dualidad de las circunstancias, en perfecta armonía.

Es decir, Ordo ab Chao también refleja el concepto del Gran Arquitecto del Universo, de allí entender su nombre, partiría desde nuestra ignorancia eterna, precisamente como eso, un Arquitecto dedicado exclusivamente a crear cálculos infinitamente imposibles e improbablemente explicables, acorde a leyes y lineamientos perfectos, pero, equilibrando el desorden y el orden, en un supremo balance de fuerzas para mantener una compensación de polos. En otras palabras, Ordo ab Chao, desde la filosofía masónica, puede ser el diálogo eterno de polaridades, en una discusión que tiene como fin la expansión y el crecimiento. Tal vez, como masones, sea nuestra misión, buscar nuestro diálogo constante, confrontando nuestras fuerzas internas caóticas para encontrar el estado evolutivo.

Cabe ser incisivos o insistentes, en el juego de posibilidades universales de la materia y antimateria, en Universos no creados aún, y los que están a punto de extinguirse, creándose un ciclo infinito de creación y destrucción. Ordo ab Chao también se interpretaría como el nacimiento – muerte, el Yin y Yang, el Tao abrazando sus dos polaridades, la luz – sombra, la bondad – maldad, la rectitud simétrica de la estrella flamígera (Tetragramatón sin girar) o la inversión de la misma (Tetragramatón girado), las dimensiones etéricas, búdicas, álmicas, y supremas que van desde el ascenso o descenso del árbol sefirótico; en sustentos llanos, esto puede ser representado por el ícono alquímico del Uróboros (el dragón que se devora a sí mismo, enroscado, o el mito de Sísifo, cuya condena sería siempre empujar la piedra hacia la cima, cayéndose la misma antes de llegar a su meta). Siempre existirá este ciclo, por mucho lo intentemos evitar.

El caos ordenado podremos reflexionarlo, desde la astrofísica, como la contracción del Big Bang, explotando en perpetuas formas de vida, que, en fragmentos de tiempo, nació de la eternidad, como una esencia de la sempiterna personalidad del Todo. Aunque haya esfuerzos concretados por la ciencia o el avance de alguna civilización por impedir algunas fases de los ciclos infinitos, el opus magnum, será siempre un proceso repetitivo, aun cuando evolucionemos a otras dimensiones, pese, a que, en estas, la vida o la muerte la conozcamos de otras formas.

Explicado de manera práctica, eternamente existirán los polos o la dualidad en espirales ascendentes o descendientes, por tanto, siendo masones, como fuéramos profanos la elección es nuestra: pulir o no pulir nuestra piedra para volverla cúbica, hacer o no hacer nuestra mejor obra o mejores acciones para con Dios, la sociedad o hacia nosotros, aplicando la inteligencia constructora. Los obreros, por ende, somos nosotros mismos y la inteligencia constructora, la aplicación de los principios aprendidos en cada uno de los grados componentes de algún rito masónico. En este sentido, recordemos a los obreros o albañiles que erigieron los templos en el antiguo Egipto, mismos, cuyo simbolismo significa una analogía con las aguas primigenias, es decir, Ordo ab Chao también se visualiza en la arquitectura megalítica de esta región, donde el interior del templo significaba el orden, y el exterior el caos, de manera, que para encontrar la evolución también, habría primero entonces mirar al interior de nuestro templo (cuerpo físico, mental, etérico), luego, trascender por encima de los estados caóticos.

Si la red cósmica donde interactuamos todas creaciones, cual árbol sefirótico de macro tamaño infinito, trae consigo la dualidad inherente a la naturaleza del Todo, como conclusión, entonces, tenemos opción para ser hombre libre y de buenas costumbres, solo así, empero, deberemos enfocarnos a la polaridad positiva, a fin de construirnos a nosotros mismos e impulsar a nuestros pares, la trascendencia de una inteligencia colectiva. Ordo ab Chao, es también una vía del conocimiento que se soluciona a través del Ordo Supera Chao, es decir, el orden nace del caos, deberá convertirse en el orden supera al caos.

Es cuanto.

C.´.M.´. Salvador Alejandro Ochoa López para ELFRANCMASON.COM