La Masonería en Estados Unidos.
La historia de las logias hispanohablantes en Estados Unidos hay que remontarla a los mismos tiempos del Virreinato de Nueva España, en época imperial, y posteriormente a los territorios estadounidenses que permanecieron bajo soberanía mejicana hasta el conflicto que enfrentó a ambos países.
También durante la Guerra de Independencia, las tropas españolas que ayudaron a los colonos a liberarse del yugo británico, incorporaban en sus filas a hermanos españoles impregnados de los nuevos valores ilustrados. El propio monarca español, Carlos III, contaba entre sus ministros y funcionarios a masones. Al menos, así lo acreditan los primeros estudios vinculadas a esos tiempos primigenios de la masonería especulativa.
Así las cosas, puede considerarse que siempre ha sido una constante la presencia de masones de habla española en los territorios de Estados Unidos, especialmente en los estados del sur, vinculados históricamente al imperio español. Sin embargo, el fenómeno que se experimenta de unos lustros a esta parte, nada tiene que ver con movimientos políticos, sino que se derivan del fuerte empuje que ha tomado la lengua de Cervantes en el país.
Bajo los auspicios de las obediencias norteamericanas, constantemente se están formando logias que son un conglomerado de hermanos procedentes de distintos países latinoamericanos y que desean celebrar tenidas en su lengua madre.
Especialmente notorio es el caso de los exiliados cubanos exiliados en Miami, de los miles de trabajadores latinos que se han desplazado a estados como California y el norte del país para trabajar, o el colectivo portorriqueño, estado libre asociado.
No se puede dejar de lado que el español es el segundo idioma con mayor número de hablantes en los Estados Unidos, después del inglés; y que este país es el segundo del mundo en número de hispanohablantes, solo precedido por México. Todo ello hacer augurar un futuro tremendamente prometedor a las logias de lengua española.