La Masonería en Andorra
El Principado de Andorra es un reducto masónico insospechado que trabaja bajo los auspicios de la Gran Logia de Andorra. Cuenta con más de 700 hermanos y 17 logias, una cifra nada desdeñable si se tienen en cuenta sus dimensiones.
Relata la obediencia en su web, que un 23 de abril de 1994, 277 años después de la creación de la Gran Logia de Inglaterra y habiendo obtenido todas las autorizaciones, se consagró la primera logia masónica en la historia de este país, que dependía de la Gran Logia Nacional Francesa. Seis meses después, el ocho de octubre del mismo año, la Gran Logia de España creó en Andorra una segunda Logia.
Ésta es la base sobre la que se apoya la masonería regular andorrana. La Gran Logia del Distrito de Andorra se formó el 24 de mayo de 1998 con la unión de las cuatro logias andorranas que habían sido creadas de acuerdo con la más estricta regularidad.
Finalmente, el 9 de septiembre de 2000, se consagró con toda solemnidad en la Sala de Congresos de Andorra la Vella, la Gran Logia de Andorra, que a su vez está formada por ocho logias: La Triada no. 1, Sant Joan de les Valls no. 2, Carlemany no. 3, Vescomte Arnau de Castellbó no. 4, Montsalvat no. 5, Maçoneria Universal no. 6, Minerva no. 7 y Els Cavallers d’Envalira no. 8. Los miembros escogieron como a primer Gran Maestro a Antoni d’Ortadó.
La masonería en Andorra empezaba desde cero sin ningún tipo de antecedente, tradición o conocimiento, por lo que todo estaba por hacer. ¿Cómo era posible que a finales del siglo XX en Andorra no se supiera nada de una institución como la Francmasonería, que había hecho avanzar a la humanidad con la aportación, de entre otras cosas, de los Derechos del hombre?
Pues bien, el pueblo andorrano aprobó por referéndum, el 14 de marzo de 1993, la Constitución.
Esto significó un cambio radical en la filosofía de la organización política del Principado, que tras la aprobación de sus Carta Magna obtienen el derecho a asociarse, hecho que hace posible la creación y desarrollo de la francmasonería en Andorra.
La Gran Logia de Andorra, desde su creación trabaja bajo los Usos y costumbres que provienen de tradiciones inmemoriales, como los Antiguos Deberes y los «Landmarks», transmitidos de maestro a aprendiz y descritos en las Constituciones de Anderson, los cuales indican los principios inmutables de la francmasonería universal e intemporal.