La Masonería en Ecuador
Se reconoce históricamente al Dr. Eugenio Espejo como el iniciador de la masonería en el Ecuador. Durante el proceso de liberación de América del Sur, tuvo una incidencia importante en la historia política del país a través del proceso revolucionario.
Durante el inicio del período republicano, el territorio ecuatoriano fue declarado “Territorio Libre”, y la francmasonería ecuatoriana operó dependiendo de la Francmasonería del Perú. Durante la Revolución Liberal, se produjo un nuevo proceso de renacer de la masonería, principalmente guiado por el general Eloy Alfaro.
El trabajo de la francmasonería en el Ecuador ha sido intermitente, determinado en gran parte por las situaciones políticas, económicas y religiosas del momento.
No fue sino hasta cuando José María Velasco Ibarra gobernara la nación durante tres períodos seguidos, que la masonería trabajó con relativa continuidad en todo el país, especialmente en las ciudades de Quito y Guayaquil.
Tras la muerte del Dr. Espejo, sería Juan Pío Montúfar quien quedaría a cargo, para conformar la primera logia masónica fundada en el territorio del Ecuador, como una logia Lautarina, de nombre ‘Ley Natural’, que funcionó bajo los auspicios de la Potencia Masónica de Nueva Granada.
Al vincularse operativamente con el proceso de emancipación política, el crecimiento de las logias fue impetuoso, y la orden se desarrolló de manera inigualable. Los miembros pudieron desarrollar las formas extremas de fraternidad que se produjeron durante las guerras comandadas por Simón Bolívar.
En el año de 1820 en Guayaquil se forma la Logia Estrella, cuyos miembros -entre los que se encontraban José Joaquín de Olmedo, José de Villamil, Miguel de Letamendi, Luis Urdaneta, León de Febres Cordero, etc…- en la gesta denominada ‘la Fragua de Vulcano’, consiguieron el 9 de octubre la libertad de Guayaquil de manera incruenta, conforme al plan trazado en logia.
Gracias al trabajo de dichos masones, por primera vez en lo que hoy es suelo ecuatoriano se logró una verdadera y efectiva libertad, organizándose la División Protectora de Quito que, luego de casi dos años de dura lucha, logró hacer ondear triunfante la bandera albiceleste en el Pichincha.
Ya en tiempos presentes, en 1979 se constituye la Gran Logia Equinoccial del Ecuador (GLEDE) con sede en Quito a partir de miembros pertenecientes a varias logias de la Gran Logia del Ecuador y otros miembros de la Orden, siguiendo su propio camino y estableciendo contacto con Obediencias Masónicas afines al Gran Oriente de Francia y otros Grandes Orientes. En el año 1990 y con el auspicio de la Gran Logia Equinoccial del Ecuador, se forma en la ciudad de Cuenca la Muy Respetable Gran Logia del Austro Ecuatoriano. De la Gran Logia del Austro Ecuatoriano nacen otras logias existentes en la región.
Desde entonces, la masonería ecuatoriana ha sido un hervidero de logias y obediencias de toda tendencia, conviviendo con multitud de ritos y admitiendo la mixticidad.