La Masonería en Costa Rica
La masonería en Costa Rica comienza de manos del sacerdote católico Francisco Calvo, ex capellán general del Ejército, quien introduce la masonería regular en América Central en 1865. A la masonería han pertenecido destacadas figuras costarricenses de la política, la literatura, el arte y la ciencia, incluyendo varios presidentes de la República. De acuerdo con el historiador Rafael Obregón Loría (quien fuese además Gran Maestro de la Gran Logia de Costa Rica) se fundaron en el país varias logias antes de 1865.
La primera Logia masónica de la que se tiene registro fue la Respetable Logia Caridad, instaurada el 28 de junio de 1865 al ser reconocida por el Gran Consejo Administrativo del Gran Oriente Neo-Gradino, que emite la respectiva carta patente.
En 1867 se forma la Logia Unión Fraternal dependiente de la Gran Logia de Colón en Cuba. El 9 de enero de 1871 se funda el Supremo Consejo Grado 33º y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de Centroamérica con sede en San José.
Así las cosas, desde Costa Rica se impulsaría la masonería al resto de centro américa, vinculándose a las revoluciones liberales de los 1870 (Costa Rica, Guatemala, El Salvador), e impulsando la creación de logias especialmente Nicaragua y Guatemala.
Varias se unirán el 7 de diciembre de 1899 formando la Gran Logia de Costa Rica. La mayoría utilizan el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, solo dos utilizan el Rito de York, y por lo tanto, todas son logias exclusivamente masculinas.
La masonería en Costa Rica difundía ideas propias del humanismo, el racionalismo y la Ilustración, que se hicieron rápidamente populares entre la intelectualidad de la época y las clases dominantes. De hecho la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, fundada por el masón José María Castro Madriz y cuyos dos primeros rectores, Manuel Argüello Mora y Lorenzo Montúfar, también eran destacados maestros masones.
Durante la presidencia de Castro Madriz se llevaría a cabo una importante reforma educativa general que incluyó la educación pública sufragada por el Estado desde la primaria para ambos sexos y con libertad de cátedra. Esta promoción de las ideas liberales que incluían la libertad de expresión, de conciencia y el libre debate de ideas, comenzó a alarmar a la Iglesia católica, razón por la cual el primer obispo de Costa Rica Anselmo Llorente y La Fuente se ve compelido a emitir varias condenas a la masonería.
A mediados del siglo XX, la inmigración libanesa y siria tendría un papel relevante en la masonería costarricense. Muchos de estos inmigrantes se unirían a logias masónicas y dos llegarían ser grandes maestros.
Actualmente la Gran Logia de Costa Rica es la principal organización de la masonería. Se creó 7 de diciembre de 1899 y fue la primera de América Central. Se formó con la unión de todas las logias existentes en aquel momento en el país. Éstas eran: Caridad, Esperanza, Fe, Unión Fraternal, Progreso, Maravilla, Sincera Amistad, Desengaño, Concordia y la Porvenir, Regeneración, Unión Fraternal, La Luz, La libertad y Phoenix.
La sede de la Gran Logia se localiza en Cuesta de Moras, San José, contiguo a la Asamblea Legislativa donde también se localiza el Museo Masónico Rafael Obregón Loría. La Gran Logia dirige también la Fundación Masónica Pro Beneficencia.