La Masonería en Colombia
Existe la creencia de que quien impulsó la masonería en Colombia fue Antonio Nariño, al crear en 1789 las ‘Tertulias literarias’, también conocidas como ‘Veladas del buen gusto’, que se transformarían años después en la logia El Arcano Sublime de la Filantropía. No obstante, quien introdujo en forma a la Orden fue el general Francisco de Paula Santander, quien fundó en la clandestinidad un taller denominado ‘Los Corazones Sensibles’. Luego, en 1820, el general utilizó este grupo como base para conformar Luz de Colombia Nº 1, considerada por muchos investigadores como la primera logia masónica del país.
La importancia que tuvo la masonería en la independencia y en los comienzos de la vida republicana del país es indiscutible. En el siglo XIX fue un espacio de sociabilidad política, de difusión de conocimiento y prácticas democráticas, en el que se divulgaron los ideales del liberalismo y luego se convirtió en el núcleo ideológico de todos sus prohombres.
A comienzos del siglo XX, la masonería colombiana buscó tener en sus filas a personas destacadas que pudieran influir, desde el periodismo o la política, en el manejo del Estado, hecho que le llevó a vivir su época de mayor esplendor.
En procura de estos objetivos logró vincular a los periodistas Luis Cano y Enrique Santos Montejo (Calibán), al ex presidente Eduardo Santos, al escritor Luis Eduardo Nieto Caballero, al general Benjamín Herrera y al empresario Leo Kopp. Años después se unieron a este selecto grupo jóvenes figuras como Darío Echandía y Alberto Lleras Camargo y varios empresarios y profesionales de la floreciente comunidad judía.
Actualmente, la Orden está plenamente instalada y robustecida. Cuenta con obediencias como la Gran Logia de Colombia, que es una de las siete grandes potencias francmasónicas vinculada a la Confederación Masónica Interamerciana (CMI), junto a la Gran Logia Nacional de Colombia con sede en Barranquilla, la Serenisima Gran Log Nacional de Colombia con sede en Cartagena, la Gran Log Benjamín Herrera con sede en Santa Marta, la Gran Log de los Andes con sede en Bucaramanga, la Gran Logia Oriental de Colombia con sede en Cúcuta y la Gran Logia Occidental de Colombia con sede en Cali.
La masonería liberal también está muy presente en el país, con obediencias como el Gran Oriente de Colombia.