La masonería venezolana recuerda a Francisco de Miranda en su aniversario
El 28 de marzo los masones de Venezuela celebraron su Día Masónico Nacional, en homenaje a aquel 1750 en el que vio la luz su héroe nacional, el precursor generalísimo Francisco de Miranda, considerado uno de los padres de la masonería hispanoamericana.
A continuación y en su homenaje, les dejamos esta breve biografía en la que se ahonda en su trayectoria masónica. Francisco de Miranda era el primogénito de Sebastián Miranda, oriundo de las islas Canarias y de la dama criolla Francisca Antonia Rodríguez y Espinoza. Sus padres le dieron esmerada educación. Estudió en la academia de Santa Rosa y después en la universidad. En 1771 viajó a España para completar sus estudios. Ingresó al ejército, donde obtuvo el grado de capitán del regimiento de infantería de la Princesa. Prestó servicios en el norte de África, donde sobresalió por su talento y coraje.
Tenía increíble facilidad para aprender idiomas. Logró hablar fluidamente francés, inglés y alemán. En 1780 fue enviado a la guarnición de Cuba, como ayudante del coronel Juan Manuel Cagigal, destacando rápidamente por su capacidad. Pero la envidia y las intrigas de algunos oficiales le hicieron caer en desgracia, quienes le acusaron de conspirar contra la corona.
Fue llevado a la cárcel, de la que salió por los buenos oficios del citado Cagigal. De La Habana emigró a Estados Unidos, donde hizo amistad con los generales George Washington y el marqués de La Fayette, quienes tiempo después le apadrinaron en la masonería. Miranda se enroló en el ejército de Estados Unidos en la guerra contra los ingleses. Sobre su vida masónica, se sabe que fue iniciado en una logia de Filadelfia en 1783.
Recibió el grado de compañero en Londres en 1785 y el de maestro en Paris en 1797. Con ansias de gloria y el deseo de acumular conocimientos y experiencias, Miranda visitó Holanda, Alemania, Italia, Grecia, Francia, Dinamarca y Polonia. En 1787 llego a San Petersburgo, ciudad de la realeza Rusa. Allí fue presentado a su majestad imperial Catalina II. Miranda vistió el uniforme de coronel del ejército zarista.
Para seguir sus planes de independencia de Venezuela, regreso a Londres. En 1792 Miranda aceptó una invitación de Petion, el alcalde de Paris, y viajó a Francia. Ingreso al ejército francés de la revolución, donde obtuvo el grado de mariscal de campo.
En 1798 volvió a Londres, donde fundó la célebre logia ‘La Gran Reunión Americana’. Desde la capital británica, por medio de cartas a sus amigos masones españoles, en 1800 hizo fundar en Cádiz, España, la histórica logia ‘Lautaro’, donde se iniciaron después en la masonería Simón Bolívar, José de San Martín y muchos próceres suramericanos.
En 1805 Miranda viajó a los Estados Unidos en busca de ayuda para su expedición militar de 1806 a Venezuela, que culminó con su desembarco en la playa de la Vela de Coro, donde hizo flamear por primera vez la bandera venezolana.
El 19 de julio de 1810 conoció a Simón Bolívar, con quien tuvo largas tertulias en la logia ‘Gran Reunión Americana’. Invitó el joven caraqueño el 10 de octubre de 1810 a enrumbar hacia la Guaira a borde del velero ‘Avon’.
Después de la firma de la Acta de la Independencia, el 5 de Julio de 1811, Miranda era el jefe del ejército Patriota y tuvo que hacer frente a la feroz embestida de las tropas españoles al mando de Juan Manuel Cagigal y del capital de fragata Domingo Monteverde. El 25 de julio de 1812, para salvar a Caracas de un baño de sangre, Miranda entregó la ciudad a Monteverde.
Fue capturado y encadenado a las mazmorras del arsenal de la Carraca, en Cádiz, España, donde murió el 14 de Julio de 1816. Su nombre pasó a la inmortalidad, como el insigne precursor de la independencia de Venezuela y padre de la masonería hispanoamericana.