CONFERENCIA EL 21 DE MARZO 18.30H EN LA BIBLIOTECA ARÚS
Que la masonería está enredada en múltiples facetas de la sociedad y permanece invisible a ojos de los profanos, es uno de los secretos masónicos menos secretos. Una de estas parcelas repleta de guiños es el mundo del cómic.
Los interesados en conocer esta relación, tienen una ocasión de lujo el próximo martes 21 de marzo a las 18:30 h en la biblioteca Arús de Barcelona.
El periodista y escritor barcelonés Xavi Casinos será el encargado de impartir la conferencia ‘Masonería en el cómic’.
Así por ejemplo, se pondrá sobre la mesa la estrecha relación de Mickey Mouse, el Pato Donald, Superman, el Capitán América, Batman, el Corto Maltés, Blake y Mortimer, Gil Pupila y los Picapiedra con los hijos de la viuda.
Hasta Tintín y los Pitufos, u otros protagonistas de las viñetas, mantienen lazos con los seguidores de Hiram Abif.
Todos estos personajes han pertenecido o se han relacionado estrechamente con los masonería a lo largo de las aventuras en las que dibujantes y guionistas les han dado vida.
INVESTIGACIÓN DE 20 AÑOS
Xavi Casinos lleva más de 20 años de investigación sobre esta temática, en los que ha sido capaz de recopilar referencias a la masonería y las logias en el mundo del dibujo.
Además de las aventuras protagonizadas por los personajes ya citados, hay que añadir decenas de aventuras gráficas.
Algunas de éstas han alcanzado gran éxito, como La Liga de los hombres extraordinarios o From Hell (sobre los crímenes de Jack el Destripador), ambas del guionista Alan Moore, uno de los mitos del cómic actual, y que han sido llevadas al cine.
También ha logrado gran popularidad la saga El triángulo secreto, del masón francés Didier Convard, que sigue la senda del fenómeno de El código Da Vinci.
Algunas de estos guiños se deben a la pertenencia de sus autores a la masonería
Es el caso de Convard. Y también de Hugo Pratt, padre del Corto Maltés, cuya aventura Fábula de Venecia comienza precisamente en la logia en la que el dibujante fue iniciado.
EL CASO DE FRANCIA
Muchos de los cómics que Xavi Casinos ha recopilado están editados en Francia. En el país vecino la masonería es una organización muy enraizada en la política y en la sociedad en general.
En Francia se ha llegado a crear un subgénero de literatura policiaca masónica que alimenta la del cómic.
Es el caso de las novelas que desde hace unos años protagoniza el comisario masón Antoine Marcas, obra del periodista Eric Giacometti y el historiador Jacques Ravenne.
Su éxito ha hecho que Marcas haya debutado ya en el cómic con su primera aventura, Le rituel de l’ombre.
Otro título francés, La conjuration des vengeurs, también ha sido llevada a las viñetas. La última novedad es Fraternités.
Xavi Casinos, además de cómics, también recopila películas y series de TV con referencias masónicas
LIBRO RECOPILATORIO
En su libro glosa algunas de las aportaciones más relevantes de los masones.
No se puede dejar de lado el hecho de que en los últimos siglos los masones se han visto envueltos en episodios cruciales de la historia, como la constitución de Estados Unidos o la unificación de Italia.
REVOLUCIONES Y CONSPIRACIONES
Así, han sido sido perseguidos y se les ha relacionado con revoluciones y tramas conspirativas. Sin embargo, nada ha frenado sus incuestionables progresos.
Se puede creer que temas tan aparentemente alejados como la masonería y el cómic, carecen de relación. Sin embargo, lo están.
EL SECRETO MASÓNICO
Ambas están relacionadas con uno de los sentimientos que más excitan los seres humanos: el secreto masónico.
En nuestro país la palabra masonería aún es un tabú para muchas personas
En el franquismo, algunos sabían muy bien lo que era, pero por su propia seguridad personal callaban.
Otros vivían de los tópicos que el régimen les suministraba y la consideraban la antesala al infierno.
¿Qué tiene que ver todo esto con los cómics? Un medio de difusión cultural de la importancia del cómic ha sido calificado como un entretenimiento de niños.
COMICS VS MASONERÍA
Sin embargo, existe un claro paralelismo entre aquel que quería ser masón y la persona que, a pesar de tener dieciséis o dieciocho años, continuaba vibrando con los cómics.
Si no querías ser un marginado social, que la policía te enchironara o tu madre te tirara por la ventana toda tu colección del Cosaco Verde, solo había un remedio: pasar a la clandestinidad.
Por eso es tan difícil que una persona adulta, seria y respetada reconozca tanto públicamente su adscripción a la orden de la escuadra y el compás, como su afición a leer cómics.