1993-2023. XXX Aniversario del Encendido de luces de la Respetable Logia Manuel Iradier nº 26 al Oriente de Vitoria-Gasteiz

Por Javier Otaola V.·.M.·.

En abril 2023 se cumplirán 30 años del Encendido de Luces de nuestra Logia Manuel Iradier (1993) realizado por el querido hermano y entrega de Carta Patente de manos del SGM Roger Leveder; y se da además la feliz coincidencia de que también se cumplirán 300 años de la publicación de las Constituciones de Anderson de 1723.

FECHA SEÑALADA

Es un magnífico momento para compartir nuestra experiencia como Logia y para reflexionar juntos sobre lo realizado y sobre lo pendiente con todos los que podéis acompañarnos, también para ratificar nuestro compromiso con nuestra querida Gran Logia Simbólica Española, y reforzar nuestros fraternales lazos con las Logias de los Valles Vasco-Navarros, y con todas nuestras Logias hermanas de la Gran Logia Simbólica Española.

Queremos renovar el impulso que nos llevó a levantar columnas en el Valle de Ayala hace XXX años y para recordar todos los momentos de reflexión personal, enseñanza mutua, inspiración y egrégora que nos han permitido materializar lo que Manuel Iradier nº 26 al Oriente de Vitoria-Gasteiz es hoy.

TRICENTENARIO DE LAS CONSTITUCIONES

Hace 300 años, en 1723, el hermano Anderson y el hermano Jean Desaguliers, redactaron las Constituciones, con el propósito de fijar una fraternidad filosófica «comprehensiva», (latitudinista se decía entonces) o sea lo más abierta y compartible que fuera posible y así nació la masonería especulativa.

ESLABÓN SIMBÓLICO

Las Constituciones de 1723 son además el eslabón simbólico entre la Masonería operativa de los antiguos albañiles y canteros, y la Masonería especulativa, entre las logias que se ocupaban en el trabajo de tallar piedras materiales para construir grandes edificios civiles y religiosos, según un canon de Sabiduría, Fuerza y Belleza y aquellas otras que se convirtieron, por evolución y elaboración de las primeras, en «talleres» para invitarnos a descubrir y construir de alguna manera el ser de cada uno de nosotros en una sociedad humana donde sea posible el Amor, la Paz y la Alegría.

SIGLO DE LAS LUCES

Las Constituciones se redactaron en el comienzo de un siglo optimista que comenzaba a vislumbrar nuevas formas de organización social, de conocimiento científico y de desarrollo económico que iban a transformar nuestra concepción de lo humano.

Los siglos XIX y XX han temperado ese optimismo inicial pero no lo han destruido, lo han hecho solo más cauteloso.

LIBERTAD DE CONCIENCIA

En el contexto de aquel año de 1723 la propuesta de Anderson y Desaguliers, rubricada por el GM Duque de Wharton, se atrevió a romper las rígidas barreras sociales; en una edad de identidades homegeneizadoras y excluyentes, osó defender la fraternidad entre judíos, anglicanos, calvinistas, católico-romano, deístas, …y sobre todo, se atrevió a defender el derecho a las «opiniones particulares», es decir, lo que en 1948 proclamara para todo el mundo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y vendría a proclamarse como el derecho a la libertad de conciencia.

CONTRA ODIOS TEOLÓGICOS

Esta posición ilustrada y abierta, llevó a la Francmasonería a oponerse a los furibundos «odios teológicos» de la época y a señalar la existencia de una religación natural, posible, entre los seres humanos que nos hace «buenos, sinceros, modestos, honorables » sea cual sea la «denominación o creencia particular por la que podamos ser reconocidos en un momento determinado.

CENTRO DE UNIÓN

La Respetable Logia Manuel Iradier ha trabajado durante estos XXX años esforzándose por ser, en verdad, un verdadero centro de unión, entre personas, hombres y mujeres, que proviniendo de horizontes ideológicos, religiosos o geográficos distintos se reconocen, sin embargo, en un marco ético común y en el deseo de compartir una sincera amistad filosófica que nos «inicia» en una manera nueva de entendernos a nosotros mismos.

Javier Otaola, VM de la logia Manuel Iradier y estudioso de la masonería.

Las Constituciones de Anderson configuran el núcleo esencial de la idea masónica, a través de Rito y la Palabra que se materializa a mi juicio a partir de dos presupuestos tácitos:

Una visión abierta a la pluralidad de lo humano y de sus diferentes cosmovisiones

Las Constituciones de 1723 trascendieron las grandes barreras religiosas y teológicas de su siglo, buscando un común denominador; no se trataba pues de crear un nuevo y secreto dogma si no de abrir un claro en el bosque de los dogmatismos encontrados para que las diferente opciones personales pudieran tratarse y reconocerse en la experiencia radical de la búsqueda del sentido.

Una visión constructiva del ser humano

No es casualidad que de entre las diferentes tradiciones profesionales, fuera la de los Constructores, la elegida para configurar el método y la organización de la Masonería especulativa.

Aunque las Constituciones no lo hacen explícito, la vinculación de la nueva institución con las hermandades operativas se funda en la idea del ser humano como artífice de su propia vida y constructor de su Mundo humano.