La Eurocámara homenajea a la masona Clara Campoamor y le da su nombre a uno de sus edificios

Pie de foto de imagen destacada: Sede del parlamento Europeo, impulsor de la recuperación de Clara Campoamor.
Recientemente el Consejo de Ministros rotuló la estación de Chamartín con su nombre
Como colofón a los actos del 8-M, el Parlamento Europeo ha decidido nombrar uno de sus edificios Clara Campoamor, en homenaje a la masona española impulsora del sufragio femenino y considerada una pionera del feminismo en España.
La agencia Europa Press ha informado que el pasado lunes 8 de marzo, en una sesión parlamentaria que coincidió con el Día Internacional de la Mujer, la mesa de la Eurocámara dio el visto bueno para que uno de sus edificios en Bruselas, que actualmente acoge un centro de formación, pase a llamarse como la política y masona española.
La iniciativa parte de la delegación socialdemócrata, cuya presidenta es la española Iratxe García, quien ha defendido el papel crucial de Campoamor para que las mujeres españolas vieran consagrado su derecho al sufragio femenino en la Constitución de 1931. “También defendió con valentía la no discriminación por motivos de género, la igualdad jurídica de los hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio, los derechos de divorcio y el voto femenino”, reza la petición de los socialistas.
Aunque de sabios es rectificar, lo llamativo de esto es que dos de las tres diputadas que había en el Congreso en 1931, ambas de tendencia socialista, se mostraron en contra de conceder el sufragio a la mujer. Por un lado, Margarita Nelken, que había ingresado en el PSOE poco antes, y por otro Victoria Kent, diputada del Partido Radical Socialista.
Afortunadamente, desde aquel trascendental y tenso debate que acogieron las Cortes españolas, la familia socialista ha enmendado sus errores del pasado. Hoy en día son los del puño y la rosa, la fuerza política que abandera la recuperación de la figura de la masona que militara en el ala progresista del partido Radical, de ideología centrista socioliberal, dirigida por el también masón Alejandro Lerroux.
Así las cosas, la discusión sobre el artículo 34, que finalmente se aprobó como artículo 36, se llevó a cabo en 2 días: el 30 de septiembre y el 1 de octubre de 1931. Durante esta última jornada se concedió el voto a la mujer aprobando el sufragio activo universal para los mayores de 23 años por 161 votos a favor frente a 121 en contra, según se recoge en el Diario de Sesiones del Congreso de aquel día.
ESTACIÓN DE CHAMARTÍN
A este reconocimiento concedido por la Eurocámara, hay que agregar el otorgado hace tan sólo unos meses por el Consejo de Ministros. Acordó que la estación de tren de Chamartín, en Madrid, pasara a llamarse Estación de  Chamartín-Clara Campoamor, dentro del plan del Gobierno para la divulgación de la memoria democrática, de acuerdo a la iniciativa encabezada por la Vicepresidenta Primera, Carmen Calvo.
LA DIÁSPORA DE CAMPOAMOR
Cuando en 1951 Clara Campoamor quiso volver a España del exilio, se encontró con el problema de que era masona. Fue iniciada en la logia de adopción Reivindicación, dependiente de la Logia Concordet, del Gran Oriente Español, en Madrid, junto a María P. Salmerón, Mercedes Hidalgo, Isabel Martínez de Albacete, Consuelo Berges, Esmeralda Castells, Matilde Muñoz, y Rosalia Goy Busquets.

Campoamor en un mitin en la II República.

La policía franquista propuso, al igual que con otros masones, elegir entre delatar a los hermanos que conociera, o pasar 12 años en la cárcel. Dijo que ser masona era un delito legalísimo cuando ingresó en la masonería. Eligió, otra vez, el ostracismo, el destierro y el olvido.
Tras la Transición se han llevado a cabo homenajes y reconocimientos: institutos, colegios, centros culturales, parques y calles recibieron su nombre. La Secretaría de Igualdad del PSOE instituyó los Premios Clara Campoamor que reconocen anualmente a aquellas personalidades o colectivos que se hayan significado en la defensa de la igualdad de la mujer.
En 2006, con motivo del 75º aniversario de la aprobación del sufragio universal en España, diversos colectivos comienzan una campaña para pedir el reconocimiento por parte del Congreso de los Diputados de sus aportaciones con la colocación de un busto en sus instalaciones.
Ese mismo año, en noviembre, el PSOE en una proposición no de ley solicitó al Gobierno que las políticas de igualdad tuvieran también su reflejo en la acuñación de moneda. La figura femenina elegida para que aparezca en las futuras monedas de euros fue Clara Campoamor, por ser la principal defensora del voto femenino en la Segunda República.
MUJERES Y MASONERÍA
Las mujeres que durante la Segunda República ingresan en la masonería son, en muchos casos, grandes personalidades. Se citan a estos efectos, a Clara Campoamor, Victoria Kent o Margarita Nelken. Sin embargo, aunque en los expedientes personales de Clara Campoamor, Margarita Nelken y Victoria Kent que se encuentran en el Archivo Histórico Nacional se hacen constantes referencias a una posible filiación masónica, lo cierto es que no se ha encontrado en ninguno de los tres casos su expediente de iniciación.
En el caso de Clara Campoamor se asegura por parte de los Servicios Especiales de Información que trabajaron intensamente durante la inmediata postguerra que, en efecto, era masona y que perteneció a la logia Reivindicación de Madrid. Allí se dice que un testigo afirmó que Clara Campoamor asistía a la logia Reivindicación de Madrid (AHNS, Masonería B, legajo 672, exp. 4). En cambio, su pertenencia a la Liga de los Derechos del Hombre, organización muy vinculada a la masonería, sí está acreditada.
La logia de Adopción Amor de Madrid representa la tendencia emancipadora de la masonería durante la Segunda República. Dicho taller fue instalado el día 2 de diciembre de 1931 bajo los auspicios de la logia Mantua de Madrid, pues era imprescindible que toda logia femenina fuese patrocinada por una logia regular, es decir, una logia masculina. Dicha logia perteneció a la Gran Logia Española. En la tenida de instalación fue afiliada Carmen de Burgos que ya pertenecía a la masonería anteriormente.
Victoria Kent también aparece relacionada con algunas logias a causa de los estrechos lazos de amistad con masones. Victoria Kent no reivindicará el derecho al voto de la mujer influida por la disciplina de partido y la idea de que la mujer no estaba preparada para participar responsablemente en la vida política democrática. Carmen de Burgos y Clara Campoamor, en cambio, defendieron el derecho de la mujer al sufragio sin paliativos ni condiciones.
Carmen Burgos fue pionera en el ámbito del periodismo cuando en 1901 entra a formar parte de la redacción del Diario Universal. En 1920 fundó la Cruzada de Mujeres Españolas a favor del sufragio femenino. Durante la República se afilió al Partido Republicano Radical Socialista, al igual que Victoria Kent. Sin embargo en cuestiones como el sufragio femenino adoptaron posturas diferentes.