Cada vez que un ser humano alcanza los 100 años de vida, cobra fuerza y vigor el mito del milenario patriarca hebreo Matusalén, que, según la Biblia, llegó a las 969 primaveras. Sin alcanzar una cifra tan astronómica, la masonería cubana puede proclamar ufana que tiene entre sus columnas a un hermano con un siglo a sus espaldas en pie y al orden. Es el caso del VH José González Díaz, quien con motivo de su onomástica el día 25 de mayo, recibió un caluroso homenaje de su logia.

[av_dropcap1]E[/av_dropcap1]n el día del cumpleaños de José González Díaz, miembro numerario de la Respetable Logia ‘Joaquín de Agüero y Agüero’ del Oriente de Camagüey, sus hermanos le dedicaron una bóveda de acero, un caluroso y merecido reconocimiento a quien sin ánimo de exagerar, podría representar una de las trayectorias masónicas más largas que en estos momentos existen en el mundo.

Bóveda de acera con motivo del centenario de José González Díaz.
VIDA LABORAL ACTIVA

El VH. González Díaz, hace bueno el lema masónico de Gloria al Trabajo. A pesar del paso de los años, aún sostiene una vida laboral activa, ya que administra tanto un restaurante de su propiedad como un merendero. Demuestra así que sólo queda ante nuestros semejantes los méritos ganados por el deber cumplido con sabiduría, altruismo y fraternidad.

José González encarna el orgullo perenne para los hermanos de su logia y de su jurisdicción

José González encarna el orgullo perenne para los hermanos de su logia y todos los masones esparcidos por la jurisdicción. Contar con un centenario obrero que ha sabido sostener la condición de masón digno, la cual se alcanza cuando tras el paso de los años, hace que se preserve incólume el cariño sincero y amor fraternal de nuestros semejantes.

En compañía de los hermanos de su logia, sopló las velas y todos le brindaron bellas palabras de reconocimiento.

Durante el acto se compartió una tarta.
MASÓN DIGNO

Toda persona, por el sencillo hecho de serlo, tiene un valor inherente y se llama dignidad; lo cual no se trata de una cualidad otorgada por otra persona. Nacemos con ella, pues somos seres humanos.

Sin embargo, cuando nacemos como masón, adquirimos un valor inherente que se conoce como ser un masón digno. Sólo las acciones ante la vida, la sociedad y la familia, serian las que reducirían ese valor surgido en su corazón al ser iniciado en nuestra augusta institución.

Sólo las acciones ante la vida, la sociedad y la familia, serian las que reducirían ese valor surgido en su corazón al ser iniciado en nuestra augusta institución.

Todo miembro de la masonería es un digno merecedor del respeto y consideración de la sociedad en la cual vive, y el querido hermano González Díaz es muestra de ello.

Sigamos su ejemplo y aportemos nuestro granito de arena a la masonería universal.