Jorge Caillabet, Soberano Gran Comendador de Uruguay, pasa al oriente eterno

Fue creador del Día de la Libertad de Expresión del Pensamiento, que se celebra el 20 de septiembre

El Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º de Uruguay, Jorge Walter Caillabet, ha pasado el Oriente Eterno a los 83 años. Desde la Gran Logia de Uruguay han informado del deceso que se produjo en la madrugado del 4 de marzo, en Montevideo, a través de un comunicado en el que transmiten a su familia y amigos, las condolencias en nombre de toda la masonería.

Nacido el 13 de julio de 1937, de profesión Escribano público, se desempeñó como actuario en los juzgados letrados de Fray Bentos y Canelones. También fue director de Registros Notariales de la Suprema Corte de justicia. Así, tuvo una destacada actuación en el Poder Judicial y en la docencia universitaria, que supo conciliar a lo largo de los años con su intensa actividad en la masonería uruguaya.

Caillabet se inició en la logia Filadelfia Nº 117 en 1979. A partir de 1997 ocupó diversos cargos de responsabilidad institucional. Fue Gran Secretario de Acción Masónica entre 1997 y 2001. En 2005 resultó electo Gran Maestro de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, cargo que desempeñó hasta 2009. También fue presidente de la Confederación Masónica Interamericana (CMI) entre los años 1987 y 1988.

Su gestión apuntó al fortalecimiento institucional y a la revitalización de la masonería nacional, reivindicando su esencia y método y proyectándola a la sociedad.

La celebración del 150 aniversario de existencia institucional en 2006 fue el puntapié inicial de un proceso que se proyecta hasta el presente. Entre sus hitos se cuenta la convocatoria anual a los certámenes abiertos de ensayos y la celebración pública, cada 20 de setiembre, del Día de la Libertad de Expresión del Pensamiento, creados durante su mandato.

Siempre respetuoso, de carácter firme y por momentos reservado, Jorge Caillabet supo convocar con la fuerza de la convicción y la belleza en la expresión a muchísimos masones que asumieron el compromiso de construir esa visión institucional a partir de la misión que la caracteriza.

Desde 2012 desempeñaba el cargo de Soberano Gran Comendador del Grado 33º para la República Oriental del Uruguay, desde donde continuó su trabajo y prédica en pos de afirmar y consagrar los principios y valores humanistas de la Masonería. Se fue, pero no nos deja. Queda su ejemplo.

El Gran Maestro, Sebastián Jans Pérez, ha manifestado que “un Maestro de Maestros se ha marchado. Nos unimos a la Masonería del Uruguay en el dolor por tan infausta pérdida. La historia recordará siempre a tan ilustre Masón cuyo legado nos viste a todos los masones americanos de honor y orgullo”.