Jordi Bonet i Armengol, quien recogiera de su padre el testigo de terminar la última de las grandes catedrales europeas, la Sagrada Familia, falleció el 20 de junio en Barcelona a los 97 años por causas naturales.

[av_dropcap1]E[/av_dropcap1]envuelto en un halo de misterio, el templo catalán siempre ha arrastrado el debate acerca de la pertenencia a la masonería de su creador, el arquitecto Antonio Gaudí, un hombre profundamente religioso y que planificó detalladamente las imponentes obras catedralicias que aún hoy continúan.

Al fin y al cabo, los masones en su origen no fueron ni más ni menos que los constructores de todas las grandes catedrales, así que no ha de extrañar la vinculación.

Nada confirmado hay al respecto, pero la enorme simbología que contiene la Sagrada Familia alimenta el debate acerca de la pertenencia a la masonería del creador catalán.

Jordi Bonet explica los planos de la catedral.
BARCELONA MASÓNICA

Sin lugar a dudas, Barcelona es una ciudad para no perderse en cuanto a masonería se refiere. Los hijos de la viuda hallarán infinidad de deleites arquitectónicos y rincones para escudriñar en la ciudad condal, que además es la sede de las dos grandes obediencias españolas: La Gran Logia de España y la Gran Logia Simbólica Española.

Como muestra, les dejamos algunos de los elementos identificados como masónicos por el periodista Joan Palmarola en su ‘Guía de la Cataluña Mágica’.

Panorámica de la Sagrada Familia.
El Alfa y el Omega

El principio y el fin, la primera y última letra del alfabeto griego. El alfa se relaciona al compás de la masonería y el omega con un fuego apocalíptico. Además, el que se ve en la fachada de la Pasión aparece duplicado, uno apuntando hacia arriba y otro apuntando hacia abajo.

Reafirma una de las siete leyes del Kybalión: «lo que es arriba es abajo».

El laberinto iniciático

Se puede ver en la misma fachada mencionada, igual que está presente en la fabulosa catedral de Chartres. El laberinto simboliza perderse para encontrarse en una suerte de ritual de iniciación. Su punto central es la clave, el corazón por el que se accede a estados de conciencia superiores. También refiere a la mitología clásica, al palacio de Creta donde Dédalo construyó un laberinto para encerrar al minotauro.

Vista general de Barcelona.
Cuadrado mágico

Aparece un cuadrado mágico en la fachada de la Pasión. La tradición por estos símbolos matemáticos, consiste en una formación numérica distribuida en celdas. Éstas formar un cuadrado en el que la suma de cualquiera de sus filas y columnas siempre obtiene un mismo resultado. Se puede considerar un símbolo milenario, aunque su uso y manifestación proliferó mucho en la Edad Media. El cuadrado mágico que aparece en esta obra de Gaudí suma 33, un número maestro dentro de la masonería y la cábala hermética, puesto que 33 son los senderos que se deben recorrer para alcanzar la unidad. Según el cristianismo, 33 es la edad con la que murió Cristo.

Signos del Zodíaco

Son también simbología esotérica que se ve en la fachada de la Encarnación o del Nacimiento. En este caso figuran los seis primeros signos, de Aries a Virgo. Simbolizan un proceso de fuerza y renacimiento, el paso de la ignorancia a la sabiduría. Existen en muchas catedrales con tintes esotéricos y en los techos de muchas logias masónicas su presencia es habitual.

Columnas Salomónicas

En el portal de la Caridad también son un motivo de simbología oculta. Son llamadas la columna «de los compañeros» y la columna «de los aprendices». Hacen referencia a Jaquim y Boaz, el nombre hebreo que tenían las dos columnas que se situaban en el portal del Templo de Salomón. También al último gran maestre templario conocido, Jacques de Molay. Son columnas en espiral y se sostienen sobre dos tortugas, una de mar y otra de tierra, simbolizando dualidad y los dos pilares, el del rigor y el de la misericordia, propios del Árbol de la Vida cabalístico que, además, dan lugar en el portal de la basílica a un tercer pilar, el del hombre y el equilibrio.

El Ojo de la Providencia

Los masones lo representan dentro de un triángulo, a veces con rayos luminosos. Este símbolo está en el Portal de la Fe en la fachada del Nacimiento, y en última instancia representa al Gran Arquitecto del Universo. Esta imagen resulta tan incómoda para el clero que en los libros turísticos ni siquiera se incluye.

La cadena de unión

Se practica al final de cada ritual o reunión para significar la unión fraternal y la solidaridad que permite la unidad de la hermandad. Es también una forma de evocar al bien de la humanidad. En la zona del Calvario del Parque Güell podemos encontrar plazoletas aisladas con este cadena de confraternización masónica representada, lugares donde muy posiblemente se reunían los masones de la burguesía catalana.

BIOGRAFÍA DE BONET

Al detalle, Jordi Bonet nació el 12 de mayo de 1925, en Barcelona, misma ciudad donde murió hace unos días. Educado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, era presidente de Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge (1998-2011). Sus obras notables son las iglesias de Viñolas de Oris (Osona, 1955), de San Emeterio (Barcelona, 1960) y de Santa María de la Fortesa (Noya, 1962).

NUMEROSOS PREMIOS

Cuenta con el premio Ciudad de Barcelona 1989, la Cruz de Sant Jordi 1990, el Premio Lluís Domenech i Montaner 1999 o la Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio 2006, entre otros.
Era hijo de la mecenas Maria Mercè Armengol i Tubau y del también arquitecto Lluís Bonet i Garí, uno de los discípulos de Antoni Gaudí y también continuador de la Sagrada Familia. Era hermano del compositor Narcís Bonet y de Lluís Bonet, antiguo párroco de la Sagrada Familia.

Desde 1987 hasta 2012 fue el director de las obras de la Sagrada Familia, la ópera magna inconclusa de Gaudí

En 2012 fue sustituido por Jordi Faulí i Oller, cuando se convirtió en Arquitecto Emérito y Asesor del Patronato.

UN ESCULTISTA CONVENCIDO

Si se debate la pertenencia a la masonería de Gaudí, de lo que no hay duda es que Bonet fue escultista. Tanto es así que fue el primer presidente del Movimiento Scout de España. Colaboró con Antoni Batlle en la Delegación Diocesana de Escultismo de Barcelona y fue secretario general de la Conferencia Católica de Escultismo internacional desde 1977 hasta 1981. Ese mismo año fue nombrado comendador de la Orden de San Gregorio Magno y, en 1985, consultor del Pontificio Consejo para los laicos.

HOMBRE DE CULTURA

Estuvo, igualmente, muy vinculado a las organizaciones culturales y de la sociedad civil. Fue miembro de la junta de Omnium Cultural durante más de 20 años, donde ocupó el cargo de vicepresidente, así como de la junta del Centro Excursionista de Cataluña. Asimismo, fue patrón de la Fundación Gala Salvador Dalí, del Orfeón Catalán, de la Fundación Pau Casals, de la Fundación Lluís Domènech i Montaner, de la Sociedad Catalana de Estudios Históricos, de la Sociedad Catalana de Ordenación del Territorio, entre otros colectivos.