El movimiento ajefista cumple 85 años en Cuba
Patrocinados por las logias, las organizaciones ajefistas prestan una especial atención a la educación de los jóvenes en los valores de la fraternidad universal
FUENTE: Gran Comisión para Jóvenes AJEF de Veracruz
Hacia 1930, la masonería cubana buscaba, con enormes esfuerzos, mantenerse ante una persecución sin precedente. Fernando Suárez Núñez, inspirado en las ideas del V. H. José Martí, encuentra en los jóvenes la única esperanza de continuidad no sólo de la masonería, sino de Cuba como nación libre y soberana.
Cada 9 de febrero, renacen las palabras de Martí: «Hombres haga, quien quiera hacer pueblos». Sus ideas pedagógicas cobran vida en la pluma de Suárez Núñez, quien escoge de entre sus mejores alumnos e hijos de masones, la piedra a moldear con la escuadra y el compás. Se presenta la iniciativa formalmente el 4 de Agosto de 1935, en una sesión extraordinaria en las instalaciones del Hogar Nacional Masónico ‘Llansó’. Se nombra una comisión para presentar el proyecto definitivo, el cual es analizado en sesión del 15 de enero de 1936, en la R. L. S. «Perseverancia».
El 9 de febrero del mismo año se constituye la primera Logia AJEF, con el nombre de ‘Esperanza’, iniciándose a 82 jóvenes en el salón de actos de la Gran Logia de la Isla de Cuba. A 85 años, brilla con gran esplendor.
Aunque inicialmente las organizaciones locales eran conocidos como logias AJEF, el título ha cambiado a taller con el fin de reforzar el hecho de que aunque es muy afín a la masonería, no es estrictamente tal cosa, sino una organización anexa. Cada taller está patrocinado por una logia masónica, en soporte económico y moral.
La idea se expandió por muchos países de Hispanoamérica, con gran acogida y éxitos rotundos. Sus principios y sus fines emanan de la masonería universal, por el mejoramiento de la vida social, moral y cultural de todos los jóvenes de Cuba y del Mundo, con el fin de fomentar los valores de Libertad, Igualdad y Fraternidad.