Amalia Domingo Soler, conoce a la escritora, activista por los derechos de la mujer y divulgadora de parapsicología.
Amalia Domingo Soler fue una mujer muy fuerte, nació en Sevilla el 20 de Noviembre de 1835. Luchó por los derechos de la mujer durante el reinado de Isabel II. Pasó muchas dificultades, criada únicamente por su madre, ya que su padre falleció antes de que ella naciera. Los primeros años de su vida fueron muy complicados, a muy corta edad se quedó prácticamente ciega, lo que llevó a la familia a dejarla en manos de un farmacéutico sevillano, el cual, la curó parcialmente de su dolencia visual.
Su madre fue una figura crucial en su vida, ya que desde muy niña le ayudó en todo, incitándole a aprender la lectoescritura, desde los dos a los cinco años, dominándola prácticamente a tan corta edad. A la edad de 10 años empezó a escribir poesía, realizando varios ensayos y libros con diferentes tintes, inspirados en parte en odas a la religión y al misticismo. Al cumplir los 18 años publicó su primer ensayo de poesía. Fueron pasando los años y su madre enfermó, lo cual les llevó a pasar una época complicada, lidiando con su propia enfermedad y la de su madre.
Buscando una nueva vida
Cuando cumplió los 25 años, su madre falleció y poco consuelo encontró por parte de su familia paterna. Su escaso patrimonio lo dedicó al cuidado de su enfermedad. La familia le metió ideas como casarse de conveniencia o entrar en un convenio, cosa que ella rechazó rotundamente. Decidió irse a Madrid, buscando algo mejor en su vida.
Una vez instalada en la capital, Amalia pasa por dificultades económicas, viviendo muy a su pesar de la caridad, ya que se quedó sin recursos económicos. A través de varias personas que conoció entró en contacto con espiritistas, lo cual la llevó a interesarse por el tema y a formarse en ello. Realizando estudios en conjunto a expertos y médiums en ésta nueva materia que florecía por aquellos años.
Colaboró con muchos escritores y periodistas de la época, escribiendo para varias revistas y periódicos. Tras largos años de pequeñas mejoras económicas publicó su primer libro en 1868. Tras conocer la doctrina espiritista, dedicó el resto de su vida a su estudio y escritura, así como a la difusión.
En 1876, acepó la invitación del conocido espiritista catalán Luis Llach, se traslada hasta la ciudad de Barcelona, donde dirige la publicación La luz del porvenir y ejerce de redactora jefe de Luz y Unión. En 1888 participa como vicepresidenta y única presencia femenina en el comité que organizaba el primer Congreso Internacional Espiritista, celebrado en Barcelona.
La activista y divulgadora murió de una bronconeumonía el día 29 de abril de 1909. De su vasta producción, más de dos mil textos sobre espiritismo, destacan Memorias del Padre Germán (1900), ¡Te perdono! Memorias de un espíritu (1904) y varios libros antológicos de otros autores publicados tras su muerte.
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