Las logias españolas solicitan una reducción de la capitación al GODF

En el último Congreso se elevó una propuesta formal ante el Consejo de la Orden

La quincena de logias españolas y triángulos del Gran Oriente de Francia (GODF) han movido ficha para solicitar una reducción de las capitaciones, que actualmente alcanza una cifra cercana a los 15 € mensuales. La crisis económica provocada por el COVID-19 ha reducido sensiblemente el poder adquisitivo de la ciudadanía; sin embargo, en estas circunstancias las diferencias económicas se agudizan.

            Las logias españolas están sufriendo con especial virulencia está situación. Por ello, en el último congreso desmaterializado celebrado el 19 de diciembre, se elevó una propuesta formal ante el Consejo de la Orden a la que se deberá dar una respuesta próximamente.

            El GODF tiene algo más de 1.500 logias repartidas en todo el mundo; aunque su núcleo se encuentra en Francia, país que dispone de un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 1.539,4 € mensuales frente a los 950 € establecidos para España.

            Es esta brecha salarial tan acusada la que está poniendo en apuros la supervivencia de las logias españoles, cuya membresía ha disminuido sensiblemente, entre otros factores, por el esfuerzo económico que supone para los hermanos hacer frente a esta capitación. No se puede olvidar que a la cantidad de 15 euros hay añadir la parte destinada al sostenimiento de los gastos propios de cada logia (alquiler del local, agua, luz, contribución, ágapes…), por lo que en los mejores casos, la cantidad que efectivamente se ha de pagar, como poco se duplica.

            Si bien es cierto que en el citado Congreso se desestimó una propuesta para abordar una reducción general de la capitación para todos los miembros del GODF, desde las logias españoles se confía en que se atiendan a las particularidades económicas del país ibérico y que en el próximo Congreso Regional del Área 17 (sur de Francia y España), se dé una respuesta satisfactoria a esta fraternal reivindicación.

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Georges Sérignac, nuevo Gran Maestre del Gran Oriente de Francia

Tras el Convento Desmaterializado del sábado 19 de diciembre, fue este sábado 16 de enero, cuando los representantes elegidos de los tres órganos nacionales del Gran Oriente de Francia, la Cámara Suprema de Justicia Masónica (17 miembros), la Comisión Nacional de Solidaridad Masónica (17 miembros) y el Consejo de la Orden (37 miembros) hicieron el juramento ante el Presidente del Convento. Al finalizar la ceremonia, las autoridades se reunieron para elegir sus oficiales.

Para el Consejo de la Orden, se declararon dos candidatos presidenciales: Georges Sérignac y Stéphane Kotovchikhin. Stéphane Kotovchikh se retiró. Por tanto, resultó elegido como Gran Maestre el único candidato, Georges Sérignac, por 31 votos a favor y 5 papeletas en blanco.

En cuanto al resto del cuadro, queda conformado del siguiente modo:

Maestros Asistentes: Jean Javanni, Stéphane Brunel, Thierry Nerzic

Gran Orador: Olivier Le Roux

Gran Secretario de Asuntos de Interior: Dominique Baloup

Asistente de la GSAI: Patrice Férézin

Gran Secretario de Asuntos Exteriores: Robert Gaillard

Asistente de GSAE: Claude Mathis

Gran Tesorero: Alain Dreyfus

Gran Tesorero Asistente: René Turiaf

Gran Hospitalero: Richard Vangheluwe

Guardia de los Sellos: Thierry Lagrange

EL GRAN CAPÍTULO

En cuanto al Gran Capítulo General del Rito Francés, la instalación se celebró el fin de semana del 8 y 9 de enero, en la sede de rue de Cadet en París. Philippe Guglielmi, el Gran Venerable saliente, fue reelegido unánimemente Muy Sabio y Perfecto Gran Venerable por un año más, después de que su informe moral fuera aceptado por el 95% de los delegados. Se renovarían dos cargos en la Cámara de Directores: fueron elegidos los hermanos Ruis López y la hermana Cécile Révauger, que es la primera hermana en unirse a la dirección del Gran Capítulo.

El Gran Capítulo tenía actualmente más de 5.000 hermanos repartidos en 220 capítulos. Philippe Guglielmi comenzó su informe moral declarando que “Nuestro Gran Capítulo General se ha establecido dentro de nuestra obediencia, el Gran Oriente de Francia. Ahora es un polo esencial de estabilidad”.

    A continuación, recordó que las diversas órdenes del rito francés contenían todos los grados de progresión de iniciación reconocidos por la Cámara de Grados en el siglo XVIII, en particular los elementos del Kadosh, al menos los que corresponden a la filosofía adogmática de iniciación al rito francés, y que el rito de los franceses fue el primero del GODF en 1728 antes de que Roettiers de Montaleau lo impusiera históricamente. También acogió con beneplácito el hecho de que, como muestra de la vitalidad del GCG, su revista Joaben fue la primera en el Gran Oriente de Francia en términos de suscriptores, por delante de la revista Humanisme.    En el plano financiero, después de informar de que las finanzas del Gran Capítulo eran “sólidas”, con un flujo de caja para asegurar casi dos años de funcionamiento y que las instalaciones de la calle Cadet habían sido reurbanizadas con oficinas y computadoras, así como instalaciones para dar cabida a los miembros de los capítulos de las provincias que pasaban por París, anunció que , “en un momento en que muchos de nuestros miembros están experimentando dificultades”, la capitación de 2021 se reduciría excepcionalmente en 10 euros.

La masonería condena el asalto al Capitolio

Gran Logia de Libres y Aceptados Masones de Wisconsin

Enero 10, 2021

Vida, Libertad, y la Búsqueda de la Felicidad

Hermanos míos,

El 6 de enero de 2021 fue el momento para que las ruedas de nuestro gobierno comenzaran a girar preparando el ritual que cada cuatro años reconoce la voluntad del pueblo y valida la elección de un líder para nuestro amado país. Este ritual ha sido un legado y parte de nuestra herencia durante más de 200 años. Desafortunadamente, en este día, un grupo de matones decidió forzar por sí mismo este proceso sagrado y evitar que estas ruedas giraran. Atacaron el santuario que alberga un lugar para que nuestros líderes electos lleven adelante los asuntos del País. Independientemente de nuestras convicciones políticas o creencias, como ciudadanos de los Estados Unidos y como masones justos y rectos, deberíamos sentirnos asqueados por las acciones despiadadas de estos criminales.

Nuestro país se basa en el humilde principio de que “nosotros, el pueblo” tenemos derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Como masones, estamos encargados de promover estos principios para todas las personas y, como enseña el ritual, “… da a cada hombre lo que es justo sin distinción”. Hay mucho trabajo por hacer para asegurarnos de que todas las personas de este país tengan una participación igual en ese sueño, pero el trabajo de igualdad ante la ley y, en este caso, la transferencia pacífica del poder nunca debe detenerse ni ser interrumpida por la fuerza.

Estos criminales han expuesto a todos, en el pasado y el 6 de enero, a la retórica y acciones que promueven la desconfianza, la sospecha, la discriminación, la división y el odio, lo que en definitiva resultó en un asalto a la cuna de nuestro gobierno.

Los masones que creen en los principios del Amor Fraternal, Ayuda y Verdad no pueden pertenecer, con tranquilidad de conciencia, a ninguna organización que enseñe el odio y la supremacía de una persona sobre otra debido a su color, nacionalidad y creencias religiosas. Estas organizaciones están en conflicto directo con lo que nosotros, como masones, apreciamos. No puede ser posible ser miembro de una de estas organizaciones subversivas y seguir siendo masón.

Ustedes fueron preparados, primero, para ser masones en vuestros corazones. Yo no puedo perdonar que uno de nuestros Hermanos Masones mantenga una membresía en una de estas organizaciones. Si usted es miembro de una de ellas, le insto a que se aferre a sus enseñanzas masónicas y renuncie a ese grupo. De lo contrario, aceptaré con mucho gusto su renuncia a la Fraternidad Masónica.

Sincera y Fraternalmente,

M.·. R.·. Kenneth Gorgen
Gran Maestro de los Masones en Wisconsin

Masonería y Transhumanismo

La Masonería frente a la nueva realidad planetaria transhumanista

                                              Autora: Yolanda Alba

La Francmasonería es un movimiento iniciático que algunas personas confunden con una religión y otras con un movimiento político, una ocasión para reunirse entre amigos y filosofar, o bien una organización de beneficencia. En cambio, se trata principalmente, y tal vez únicamente, de un sistema de moral, velado y explicitado al mismo tiempo por alegorías, e ilustrado por símbolos. Si la Francmasonería se identifica a una asamblea de creyentes, deja de ser única e irreemplazable. Cuando trata de cumplir el papel de un partido político o de un sindicato, tampoco cumple su tarea específica -por otra parte, no dispone de las herramientas necesarias para ser realmente eficaz en estos ámbitos-. Sus reglas de funcionamiento tampoco contribuyen a que sea “el mejor club de debate”. Si nos limitamos a la filantropía (beneficencia y/o solidaridad), algunas ONGs y otras sociedades de caridad la superan. Puesto que el “alto valor moral” es condición de admisión a la Francmasonería, puede concebirse que el trabajo realizado en la logia contribuya a desarrollarla, pero las Constituciones de Anderson fundadoras, le asignan otras tareas, además.

Siglo XXI: la responsabilidad personal ante la globalización y sus crisis

En cuanto a ciertas Logias, convertidas en instrumentos de promoción de intereses personales, hoy es preciso destacar que traicionan al espíritu fundacional de la Francmasonería. La Masonería moderna invita a sus miembros a hacer un trabajo sobre ell@s mism@s y a asumir hacia la Humanidad deberes que ninguna otra organización toma en cuenta. Les ofrece un método iniciático específico. La Orden del Arte Real sigue teniendo sentido en esta etapa del siglo XXI, en un momento de cambio de la civilización europea y del nacimiento de una civilización planetaria deshumanizada y tendente al transhumanismo. Los fundadores de la Francmasonería moderna formaban parte de las mentes más visionarias de su tiempo, y como tales parecen haber estado convencidos de que el agrupamiento del potencial de la Humanidad en su diversidad podría ser condición indispensable para el éxito de la “mundialización” que se anunciaba. Nuestros rituales y símbolos contienen instrucciones que orientan el uso de todos estos saberes hacia la creación de una “Humanidad nueva”, hoy puesta en entredicho por la creciente crisis planetaria y la tendencia a la robotización de la sociedad global. Debemos reflexionar profundamente sobre este cambio de era…

A mi entender, la Francmasonería moderna es una especie de “enciclopedia universal condensada”. Para “descomprimir” este saber, su membresía debe hacer un esfuerzo intenso. La inmersión en la atmósfera de las Logias fomenta el estudio de las ideas más diversas, con frecuencia alejadas de lo que los Francmasones encuentran en su vida cotidiana. Es así que aprenden a escuchar las opiniones más contradictorias y a tolerar incluso aquellas que se oponen a sus convicciones. Esta ampliación del horizonte desarrolla la imaginación. Por extensión, la iniciación masónica nos hace entender que todo sobre la tierra está vinculado, al punto de ser interdependiente. En este sentido, los fundadores de la Francmasonería moderna fueron ecologistas de vanguardia. Para que los vínculos que unen a los seres humanos sean “palpables” y para “reunir lo que está disperso”, forjaron la noción de “fraternidad universal “. Querían que los Francmasones fueran el punto de partida y el centro de la unión de esta nueva Humanidad. Eran hombres realmente admirables. Considerar, después de tantas guerras interminables, que todos los seres humanos son hermanos, y querer dialogar con ellos sin prejuicios, era una idea conmovedora.

La Fraternidad masónica es “horizontal “. Es resultado de una decisión individual de percibir a l@s demás como herman@s y de ser reconocid@, a su vez, como su herman@. Y esa Fraternidad resultante se basa en la Libertad. Más que amor, expresa un vínculo. Se trata de comprender y sentir hasta qué punto los seres humanos son interdependientes, tanto entre ellos como de todo lo que los rodea. El carácter visceral de este vínculo podía suponerse desde hace tiempo, gracias a la observación de la naturaleza en general y de los distintos estadios de su evolución. En el siglo XIX, la teoría de la evolución de las especies de Darwin probó este vínculo, que un siglo más tarde fue confirmado con mayor firmeza por la ecología.  Quiero decir que el concepto de la “Fraternidad universal” enseña la comprensión de todas las visiones del mundo, y, teniendo en cuenta lo que precede sobre la evolución, el respeto hacia todas las formas de vida.

El hombre debe ser capaz a la vez de ser independiente y de saber someterse. Su independencia de espíritu le ayuda a aprender, a comprender y a desarrollar una perspectiva crítica.  En cambio, su interdependencia con los demás, y por ende la necesidad de vivir en sociedad, lo obligan a veces a ‘obedecer’. La sociedad le permite sobrevivir y, al mismo tiempo, a confrontar su saber con el saber de los demás, verificar su pertinencia, enriquecerlo y lograr que sea útil. Por último, su doble naturaleza de individuo y de parcela de diversos conjuntos le ayuda a elegir entre opiniones e intereses (suyos y de la colectividad) a veces opuestos, para luego obrar en función de esta elección. Estas cualidades contradictorias y complementarias, aparentemente irreconciliables, pueden coexistir en rotación.

Exigencia moral y diversidad

La Francmasonería es una visión del mundo, un método iniciático de aprendizaje, y una exigencia moral. Quienes la concibieron tenían plena consciencia de que, para llegar a buen puerto, su proyecto debía fundarse en “valores” que la enmarcaran. En la actualidad, los Estados dudan entre la conquista, la asociación y los nacionalismos. Tratan de colaborar pacíficamente, pero se arman al punto de poder destruir toda la humanidad. Hay quienes piensan estar en condiciones de imponer su dominación por intimidación, sin llegar al extremo de una guerra mundial, pero caminan por la cuerda floja y corren el riesgo de precipitar a toda la humanidad en el abismo, junto con ellos mismos. Todo ello sin atreverme a nombrar alguna guerra biológica en la que la civilización del planeta pudiera estar inmersa…

Esta forma de armarse a ultranza evidentemente, es indicio de locura. Aunque una superpotencia llegara a acaparar el mundo, los problemas planteados por la construcción de una civilización planetaria son tan complejos que un Estado, o un pequeño grupo de Estados, por potentes que fueran, sería incapaz de superarlos. El ejemplo de muchos grandes imperios demuestra que, impulsados por una sola visión, se lanzaron hacia la destrucción. La dificultad no se limita solamente a la cantidad de datos “objetivos” que hay que tomar en cuenta, sino que incluye también el problema específico de la increíble diversidad de los seres humanos, que les permite adaptarse y sobrevivir sean cuales fueren las condiciones imperantes. Tal dificultad es amplificada por el instinto vital de nuestra especie y es también por esta misma razón que cada grupo defiende su particularidad con energía.  La diversidad parece ligada al instinto vital de nuestra especie y, también por esta razón, es que cada grupo defiende su particularidad con energía.

La iniciación masónica, precisamente, abre el espíritu a la diversidad, a la tolerancia, al respeto y al amor por los demás. Nos permite deshacernos de nuestros prejuicios e imaginar una profunda reorganización de los modos de vida de los que somos prisioneros. Hoy son absolutamente nuevos históricamente hablando. El cuestionar la realidad es urgente para la Masonería como escuela de pensamiento, ya
que el espíritu crítico ha pasado de ser el síntoma inequívoco de una curiosidad que interpela a su tiempo, la base del método científico y la condición sine qua non de posibilidad para la transformación social, a constituir una agresión y una amenaza para el orden.

Personalmente soy una escéptica que exige evidencias y no titulares de una prensa coludida con el poder corporativo farmacéutico, ni declaraciones de políticos profesionales que solo son los administradores del statu quo de la nueva gran tecnocracia, y dentro de ella -hoy en día- de esa inmensa industria que hoy es la tercera en volumen de negocios a nivel planetario.

Me permito opinar que la Francmasonería moderna debería ser un agente importante en el principio de una nueva civilización transhumanista (que acelera su llegada desgraciadamente a mi entender). Si para la supervivencia de la Humanidad, la diversidad de las culturas es tan importante como la biodiversidad, entonces la Francmasonería tiene que “actuar” ante la actualidad. ¿Somos nosotros suficientemente conscientes de ello? ¿Somos nosotros dignos de tal herencia? Pensemos: ¿no ha sido dilapidada o traicionada? Reflexionemos en un profundo silencio creativo…  Por ejemplo, sobre La nueva moral covídica, censora y señaladora, tal como Boaventura de Sousa denomina “fascismo societal”, que no es otra cosa sino la internalización en el cuerpo social del control y del castigo a las conductas calificadas como “desviadas”, “libertinas”, “irresponsables”. En realidad, nada que no hayamos visto ya en los totalitarismos pasados, pero esta vez de manera mucho más intensa y extensa.

Nace ‘El Francmasón’, el diario digital de los masones hispanohablantes

El nacimiento de un nuevo medio de comunicación siempre es una buena noticia, porque significa que una nueva realidad aflora a la opinión pública. Con ello, se enriquecen los puntos de vista. En este caso, estamos ante uno de los clásicos de la prensa: las publicaciones masónicas, tan en boga en el pasado.

A lo largo de la historia han existido decenas de periódicos especializados en dar difusión al pensamiento masónico; sin embargo, en los tiempos que corren, el mundo hispanohablamente está prácticamente ayuno de este tipo de publicaciones.

La crisis mundial de los medios de comunicación no ha hecho más que poner dificultades a la supervivencia de cualquier tipo de medio impreso y ha sacudido con fuerza a toda iniciativa periodística seria. Día a día se suceden las noticias de cabeceras históricas que cierran por falta de viabilidad económica.

 Con este panorama un tanto desalentador, ¿por qué nos atrevemos a poner en órbita ‘El Francmasón’? Nos explicamos: las redes sociales, en muchos casos, no hacen más que verter ruido y confusión ante aquello debe estar en manos de profesionales, como es el periodismo y las ciencias de la información.

Sin duda, cuando se trata de informar de una actividad tan arraigada en el mundo hispano como es como la masonería, debe regirse por los mismos criterios periodísticos que cualquier otro género. Así que bajo nuestra doble condición de ser periodistas y masones, damos un paso al frente y apostamos por ser un diario digital, con las ventajas e inconveniente que ello conlleva.

Entre las ventajas, nacemos con la vocación de ser un canal de comunicación que vertebre toda la masonería hispana, ya sea tanto en los países donde el español es lengua oficial, como entre los que no la tienen pero cuentan con una comunidad hispana relevante.

El español no es una lengua de futuro, lo es de presente. Une a más de 500 millones de personas de distintas culturas bajo una lengua común. En nuestro deseo de dar cabida a todo lo que se engloba bajo la esfera hispánica, enriquecerá nuestro diario las aportaciones de noticias escritas en otras lenguas cooficiales que existan en cualquiera de los 21 países donde el español es lengua oficial. Idiomas como el catalán, el vasco, el gallego y las lenguas indígenas de América, serán recibidas en esta cabecera con fervor masónico, porque son esenciales para comprender el mundo hispánico. Sus identidades y sus gentes han sido indispensables en la creación de nuestra realidad.

La masonería ha sido factor de progreso y desarrollo en los países hispanos, impregnando a la sociedad sus deseos de filantropía y de desplegar su divisa de libertad, igualdad y fraternidad entre todos los seres humanos. Por ello, con enorme ilusión, lanzamos esta cabecera que acogerá con respeto y veracidad tanto la información de aquellas logias que se llaman regulares, como aquellas otras que se denominan liberales. Todos sabemos que independientemente de las obediencias, entre nosotros nos reconocemos como hermanos. Mal ejemplo daríamos al mundo si hiciéramos lo contrario y pusiéramos entredicho nuestros valores más elementales.

Iniciamos 2021 con el lanzamiento de ‘El Francmasón’, el medio digital de los masones hispanohablantes. Nuestro compromiso con el rigor, la veracidad y la independencia nos convierte indefectiblemente en los arquitectos de las palabras.

Cómo ser la versión 1.0 de ti mismo

Niciarse no sólo es comenzar, es también una búsqueda de todos los elementos que deben de constituir un camino nuevo.
Si en el inicio de esa búsqueda individual puedes encontrar personas que te ayuden a hacerlo de una forma colectiva, lo que logras es una acumulación de conocimiento que te permite ir “más allá”.
Son las ocho y cuarto de la tarde. Estoy sentado solo (no tan solo, oigo el silencio de dos personas más) y con los ojos cerrado me inicio. Desnudo de pie y toso. Me ofrezco (me ofrecen) a la oscuridad. Un camino con guía, bajo la confianza de abrir una nueva puerta en mi vida (me pregunto si hay duda del encuentro de “la Luz”).
Ha sido un día largo e intenso de emociones, Sara (mi hija) se ha casado este mediodía, y estoy ciertamente con la cabeza llena de pensamientos/sentimientos que bullen. Pero ahora estoy en otro espacio, otra ciudad, otra hora, otra espera, un nuevo y expectante sendero. Bajo el consejo de un amigo (ahora hermano) no he buscado ningún elemento del rito iniciático, luego todo ha sido sorpresivo y confiado.
Felicite a mí, ahora hermana, pues sabía que era un momento excepcional por la incorporación de una mujer a esta Logia. Me sentí especial, por ser tres nuevos aprendices quienes, al unísono, nos incorporamos al aprendizaje. Nada sabía de rito, del despojo de la vestimenta y de las pruebas a las que iba a ser sometido. Deposite toda la confianza en que nada malo iba a ocurrirme.
Y comencé el camino.
Desequilibrado sin un zapato, cegado los ojos, pero con el alma abierta al conocimiento de un nuevo mundo para mí, ésa era la situación hacia la que me disponía. Sentí una acogedora sensación al comprobar que mi acompañante (mi guía), no me iba a dejar caer.
Primera prueba: Rápida, atropellada, ruidosa y golpeante. Atolondramiento hacia el agua, el inicio de la vida y a continuación, vuelta a un lugar indefinido. En la cabeza las preguntas de recepción y el aval que nos permite superar la prueba.
Segunda prueba: más calma, mi acompañante, mi guía me consuela con pequeños golpes de su mano, nos pasan por el viento y el aire nos da respiro. Baja el latido de mi corazón un poco. Nuevas palabras de recepción y superación de la prueba.
Tercera prueba: recorrido en calma y con mesura, me sigue molestando el pie descalzo que me desequilibra, pero mi guía me tranquiliza con pequeñas palmadas de calma, me da confianza, más si cabe que la que yo he depositado en la ceguera, y viene la marca del fuego.
Hubiera sido posible en otras circunstancias tener miedo a la marca, pero estoy dispuesto a ser marcado (nunca me han gustado los tatuajes ni las marcas, no por pureza, sino por animalidad, en casa solo he visto marcar a las bestias). Parece que tenemos superada la pregunta de recepción y mantenemos el aval de la segunda voz.
La promesa por la sangre. Tengo la suerte de ser el tercero de los trillizos y siempre oigo la voz de mis compañeros antes de oír la mía. Es un camino hacia mi interior, prueba tras prueba, la ceremonia me lleva hacia dentro.
Y se destapa la luz, a nuestro alrededor encontramos una nueva parte del rito. Las espadas que nos apuntan, personas que desconoces, caras tapadas por mascarillas, ojos expectantes, pero yo veo más hacia dentro que hacia fuera.
Me causa sorpresa la buena disposición del templo, pues conozco que estamos en una situación eventual por la pandemia, pero todos los símbolos están presentes, los reconozco.
Las pruebas, tan físicas y a oscuras, han resultado un viaje a mi interior, las palabras pronunciadas tan extrañas y repetitivas, dan orden al camino. En un principio me pudieron parecer pueriles, pero conforme avanza el rito de iniciación me doy cuenta de que son necesarias para guardar el orden, el equilibrio, el trabajo bien realizado y el simbolismo necesario para que todo se cumpla con sentido. El sentido de pertenencia una organización que busca la verdad en la filantropía y la filosofía.
No conozco a nadie, pero no me siento extraño, me siento primario, primera piedra de mi mismo. También nos sentimos los trillizos solidarios con nuestro triple nacimiento, tampoco conozco a mis acompañantes profanos, ahora hermanos aprendices, pero ya noto el hilo conductor de trillizos. Me gustaría andar una misma senda con ello, pero sé que eso no será posible porque esta va a ser una vida interior aunque caminemos juntos.
Nos vestimos, descanso mi pie descalzo, recupero el equilibrio. Cuando visto el mandil es cuando realmente me siento un iniciado, su blancura dota de pureza al nuevo camino.
En ocasiones me molesta la música, quizás porque no es continuada y sobre todo a fuerza de solemne se torna abrupta, quiere ser alegre y excitante y se vuelve estridente. Hubiera preferido algo más “piano” aunque no fuera el compositor masón.
Llega el ágape y las presentaciones, no hay triple abrazo, yo si tengo el de mi compañero y ahora hermano. La acogida, aunque desconocida es afectuosa, pero la situación actual, comer y beber plantados, no propicia el conocimiento personal, es todo demasiado eventual. Se ha hecho muy tarde, he venido cansado, luego ahora estoy más cansado y tengo que volver, hay una hora de coche. Mañana continuaran las emociones, hoy prefiero descansar sin pensar en nada más.
En los próximos dos días he retornado a la iniciación, me he visto en la necesidad de construir un hombre nuevo con un mundo interior diferente al hasta ahora vigente. La pertenencia a una organización filantrópica que me permite, a través de los rituales acercarme a un mundo nuevo de revisiones morales y filosóficas. Me crea desasosiego no responder a mis propias expectativas, pero a la vez me abre al conocimiento de una moral y unos hermanos nuevos que me ayudaran en ese camino hacia una nueva luz interior.
Mente abierta al aprendizaje, todo por explorar, un nuevo cuerpo y mente por desarrollar, una piedra bruta para crear bellas aristas que sirvan a la construcción de un mundo nuevo y ordenado, que aporte felicidad y humanidad.
Comienzo mi nuevo “ser” con expectación, confianza, humildad y ambición por el conocimiento. Hoy soy mi primera versión 1.0 de mi nueva hermandad. Me entrego, recibidme.
Villena, 22 de octubre de 2020.
Francisco Navarro Maestre

La Historia de la masonería en México

La historia de Masonería en México
Estas asociaciones ocultas, ejercieron una gran influencia en la historia política del país.
Bernardina de la Garza Arregui


masoneria
Un recorrido por el culto secreto que cambió el curso del tiempo en nuestro país.

La palabra masonería proviene del francés maçon que quiere decir constructor o albañil. Los masones se caracterizan por reunirse en sociedades secretas, de tipo iniciático y no religioso, que están basadas en la fraternidad. Su origen es incierto, pero la gran mayoría de los investigadores afirma que la masonería surgió en el antiguo Egipto, en el templo de Salomón. Hay quieren aseguran que Salomón y Moisés, fueron los primeros masones de la historia.masoneria

Otro origen de los masones se ubica en la Edad Media, cuando comenzaron a edificarse las grandes catedrales católicas, de hecho, uno de los símbolos más representativos de la masonería es el triángulo formado por un compás y una escuadra. Se dice que, entre los grupos de maestros constructores se pasaban el secreto de cómo construir las majestuosas catedrales, y en ese tiempo ese conocimiento oculto era oro puro. Pero realmente fue hasta el siglo XVII cuando se proclamó la existencia de estas sociedades.masoneria La masonería llegó a nuestro país a través de los franceses, en la segunda mitad del siglo XVIII, y fue cobrando fuerza hasta llegar a su máximo esplendor en el siglo XIX.

Después de consumada la independencia las logias existentes salieron a la luz y se multiplicaron rápidamente; según algunas crónicas se cree que gran parte de los gobernantes pertenecieron a la masonería. De hecho, la mayoría de los historiadores concuerdan que la guerra de Independencia la iniciaron masones; sus más destacados luchadores como: Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y José María Morelos pertenecían a este grupo secreto.

Estos personajes fueron iniciados en una logia llamada Arquitectura moral que se ubicaba en Las Ratas núm.4 (hoy calle Bolívar). Pero la historia de la masonería es muy difícil de comprobar, por lo que estas suposiciones se han quedado en meras leyendas.masoneria

Cuando México se constituyó como un país independiente, comenzó a recibir representantes diplomáticos de muchas partes del mundo. Estados Unidos nombró como su embajador a Joel R. Poinsett, quien decidió difundir en nuestra nación el Rito Yorkino, el cual dio pie a la instalación de logias masónicas que constan de tres grados: aprendiz iniciado, compañero masón y maestro masón (grados similares a las jerarquías utilizadas por los constructores). Pronto, este rito cobró mucha popularidad y ganó cada vez más adeptos, los cuales comulgaban con las ideas del liberalismo estadounidense.

Masoneria

Por otro lado, también se conformó el Rito Escocés Antiguo y Aceptado que fue introducido en el periodo colonial, probablemente por migrantes franceses miembros de la Corte Virreinal y el ejército realista. Este rito fue promovido principalmente por Manuel Codorniu Ferreras, y los hombres que se apegaban al conservadurismo español. Consta de 33 grados que van desde el aprendiz hasta el soberano, gran inspector general de la orden.
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Ambos cultos tenían la meta de imponer su ideología en el manejo de la política del país, por eso al poco tiempo surgió la necesidad de formar un tercer grupo que se denominó Rito Nacional Mexicano, conformado por masones que no coincidían con ninguno de los anteriores y pretendían la unificación de los masones mexicanos y la creación de un modelo político y de gobierno propio de México. Este rito estaba compuesto por nueve grados siendo el más alto el de caballero del águila mexicana.Es importante destacar que dentro de cada rito se desarrollaron numerosas logias.
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Las logias masónicas tuvieron un papel esencial en la política mexicana del siglo XIX. La intervención de la masonería en las jugadas políticas entre conservadores y liberales, sin duda marcaron la historia política del país.

Sin embargo, conseguir información certera acerca de este tema es muy difícil, ya que casi toda la que está disponible al respecto es de carácter general, es decir, no abundan en especificaciones internas y es casi imposible acceder a los archivos de las logias por su carácter secreto.

España

La Gran Logia de España es la Obediencia masónica regular en España, y por tanto el cuerpo masónico que mantiene lazos de amistad y reconocimiento con todas las Grandes Logias regulares de todo el mundo. Con ellas comparte los antiguos principios de la Fraternidad masónica universal, así como una Tradición iniciática que explica la extraordinaria vitalidad que la francmasonería aun conserva en nuestros días. Además, la Gran Logia de España es depositaria del legado histórico del Grande Oriente Español —fundado en 1889— que tras su regreso del exilio quedó fusionado con la obediencia.

La Francmasonería que representa la Gran Logia de España en nuestro mundo moderno, se constituye como una orden iniciática donde sin dogmatismos es posible la búsqueda y la construcción de valores, de un verdadero sentido a la búsqueda racional del hombre en un marco de fraternidad y solidaridad.

Nuestras Logias están abiertas a todos aquellos, que dentro del respeto más absoluto a las creencias particulares, hacen del conocimiento un principio de búsqueda, análisis, debate, y de su moral una base para la construcción de una ética universal y de un humanismo que pueda revalorizar la espiritualidad en nuestros días.

Masonería en Cuba

Masonería en Cuba. La primera referencia sobre la masonería en Cuba la encuentra Eduardo Torres Cuevas entre 1751 y 1754 en el libro “Historia de la Francmasonería” del historiador alemán Joseph Gabriel Findel.

Orígenes

Según Joseph Gabriel Findel , entre estas fechas, la Gran Logia de Inglaterra designó ocho grandes maestros provinciales entre quienes se encontraba uno para Cuba. Si se observan las fechas y los lugares escogidos se comprueba que eran puntos relevantes en la expansión del imperio británico o lugares donde tenían importantes intereses económicos o políticos. En el caso de Cuba no puede desconocerse que ello iba paralelo al proceso de preparación inglés para la toma de La Habana.

La invasión y ocupación de La Habana en 1762 confirman la relación entre las pretensiones de la Gran Logia de Inglaterra y las del imperio británico. No obstante, hay suficientes datos para demostrar que esa masonería no llegó a fundar instituciones en Cuba. De la etapa de la ocupación inglesa de La Habana data lo que se ha llamado el primer documento masónico “cubano” y se publicó por la revista masónica británica Ars Quatour Coronatorun.

Períodos
Primer período (1798-1830)

En la década final del siglo XVIII se origina un profundo cambio en las estructuras económicas cubanas con la generalización del sistema agrario de plantaciones con fuerza de trabajo esclava. La sociedad adquiere un marcado acento esclavista, pero, paralelamente, se incrementa el campesinado y las capas sociales intermedias.

Este contexto se ve fuertemente influido por tres procesos revolucionarios: el norteamericano, el francés y el hatiano. Como consecuencia del levantamiento de esclavos en Saint Domingue, numerosos franceses, hasta entonces residentes en la isla, se trasladan a Cuba, con ellos llegaron las primeras logias masónicas que funcionaron en la mayor de la Antillas.

Esos talleres fueron La Persévérance, La Concorde, L’Amitié y La Bénefique Concorde. El establecimiento de estos puede precisarse en el año 1798. Las dos primeras se establecieron en Santiago de Cuba y las dos últimas en la ciudad de La Habana.

El 17 de diciembre de 1804 se le otorga su carta de constitución a la primera logia masónica creada para Cuba. Llevó el nombre de Le Temple des Vertus Théologales, con el nombre en francés y que venía funcionando desde 1802.

A las logias citadas se une, en Santiago de Cuba, el 18 de noviembre de 1805, otra, también emigrada de Haití, que llevaba el nombre de Réunion de Coeurs.

Como ejemplo de la significación que dentro de la sociedad cubana tuvo el funcionamiento de estas logias, valga aquí decir que las céntricas calles habaneras de Amistad, Concordia y Virtudes tomaron esos nombres de las tres logias que funcionaron en este período en la ciudad.
Segundo período (1830-1868)

Entre 1830 y 1857 no hubo en Cuba ningún cuerpo masónico regular o irregular establecido. A pesar del ascenso del movimiento liberal en la Península, no se autorizó la actuación de cuerpos masónicos. En realidad, Fernando VII había creado el delito de francmasonería, por lo cual ésta era perseguida en las colonias españolas. Otra de las características de la etapa es la entrada de cubanos en instituciones masónicas extranjeras, principalmente de Estados Unidos, México y Francia.

En 1862, la masonería cubana quedó dividida al crearse una nueva institución, el Gran Oriente de Cuba y las Antillas (GOCA). Su origen tuvo un carácter esencialmente patriótico, ético y de reforma social; en él se gestó la Revolución Cubana de octubre de 1868.

Su creador fue el médico y distinguido intelectual Vicente Antonio de Castro y Bermúdez. La pléyade patriótica que inició la guerra de independencia del 68 era miembro del GOCA. El día en que estalla el movimiento revolucionario conocido como Grito de Demajagua o Grito de Yara, el 10 de octubre de 1868, se disolvía en La Habana el GOCA.
Tercer período (1868 – 1898)

La disolución del GOCA no resultó suficiente para detener la represión antindependentista, los actos más violentos y depravados se cometiron en Santiago de Cuba.

En la lista negra de los voluntarios españoles de esta ciudad se incluyó a José Andrés Puente Badell, Gran Maestro de la Logia de Colón; Esteban Miniet, Gran Tesorero de ella y otras prominentes personalidades. Todos fueron llevados, sin juicio, al campamento del ingenio San Juan de Wilson, a siete leguas de Santiago de Cuba y asesinados los días 13, 14 y 15 de febrero de 1870.

A pesar de las difíciles circunstancias por las que atravesaba la masonería durante la primera guerra de independencia cubana (1868-1878), se inició un proceso de restauración.

Símbolos Masones

Símbolos_masones Inglaterra, el rey Eduardo I decretó la expulsión de los judíos en 1290 (algo más de doscientos años antes de que los Reyes Católicos lo hicieran en España). Sin embargo, cierto número de judíos se introdujo en aquel país clandestinamente durante los siglos subsiguientes. Eran, en su mayoría, de origen ibérico (sefardíes) y se hacían pasar por conversos, aunque continuaban practicando privadamente la religión de sus mayores. Se trataba de “marranos” (nombre que recibieron en Castilla por “marrar” en la fe cristiana). Sus contactos comerciales con el exterior y su dedicación a la medicina y otras ciencias (ya que no se les permitía ejercer oficios, ni ingresar en el ejército) favorecían los intereses de la corona británica y ello les valió una tolerancia de hecho que solo consiguieron oficializar bajo el reinado de Carlos II Estuardo, en 1664.

Así pues, la inmensa mayoría de los judíos británicos, hasta el siglo XVIII, eran de origen español y portugués. Tras fundarse la londinense Orden Francmasónica, en 1717, cuyo objetivo fundamental era constituirse en “centro de unión de todos los hombres libres y de buenas costumbres”, por encima de las diferencias raciales, religiosas o ideológicas que siempre los han distanciado o enfrentado, algunos ciudadanos judíos comenzaron a interesarse vivamente por aquella oportunidad de integración social no discriminatoria y sin precedentes, postulada por un puñado de idealistas de formación esencialmente cristiana.

Aunque anterior a la existencia de la primera Gran Logia inglesa, el rabino Yejuda Yacob León (1603-1675) merece ser mencionado por haber aportado unos nuevos diseños del Templo de Salomón que merecieron gran atención en Amsterdam y en Londres. Hasta el punto de pasar a ser conocido como “León Templo”. Mucho más tarde, la Gran Logia de los “Antiguos” (creada en 1751) adoptaría uno de aquellos diseños incluyéndolo en su escudo heráldico, perdurando tal símbolo también en el escudo de la posterior Gran Logia Unida de Inglaterra (la de 1813).

Al parecer, el primer masón judío inglés conocido fue el sefardí Francisco Francia (“el Jacobita”). En 1725 figuran ya en la Gran Logia de Inglaterra: Israel Segalas y Nicolás Abrahams y en la segunda edición del Libro de las Constituciones, publicada por James Anderson en 1738, se menciona a Salomón Méndez, Benjamín da Costa, Isaac Barett y Moisés Méndez, todos ellos sefarditas. En la Gran Logia de los “Antiguos”, figuraron David Lyon o León, Moisés Isaac Levi (llamado Ximénez) y John Paiba. Sin olvidar a los dos sefarditas británicos masones juzgados por la Inquisición portuguesa por tener tal filiación y no por judaizantes: John Coustos e Hipólito da Costa Pereira-Hurtado de Mendoza. El primero lo fue en 1740 y el segundo (que luego fue Gran Maestre Provincial de Rutland), en 1810.

Otros Hurtado de Mendoza británicos, originarios de Livorno (el más importante centro sefardita italiano de aquella época), fueron los luego apellidados Disraeli (Isaac y Benjamín, padre e hijo convertidos al cristianismo, aunque no masones, alcanzaron conocida notoriedad literaria y política).

También sefarditas, llegados a Holanda durante los siglos XVI y XVII procedentes de España y de Livorno, pasaron luego a las colonias americanas, donde, al surgir la Francmasonería en el siglo XVIII, algunos fueron iniciados en las logias creadas en Georgia (como fue el caso del primer judío masón norteamericano conocido: Moisés Nunis o Núñez, en 1732). En Massachusets (con la familia de Abraham Campanal), en Rhode Island y en Carolina del Norte y del Sur, quedó registrada la presencia de diversos judíos sefarditas. El sefardita antillano Emmanuel de la Mota participó, junto a otros masones europeos y norteamericanos, en la creación del primer Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, en 1801/1802.

La afiliación masónica de José Martí

La noticia acerca del hallazgo que confirmaba la afiliación masónica de José Martí no extrañó a muchos y a otros les sirvió para confirmar sus sospechas. Desde su propia muerte en combate son disímiles las hipótesis que se han gestado acerca de su pertenencia a los Masones, pero son pocas las pruebas reales que se tenía de ello hasta hace muy poco tiempo. Y dio la casualidad que fuera en la ciudad cubana de Cienfuegos donde un investigador local diera con la prueba más contundente que aseguraba que José Julián Martí Pérez en realidad sí era Masón.

Hallazgo confirma la afiliación masónica de José Martí

Documentos hallados en una logia de la ciudad de Cienfuegos, confirman la afiliación masónica de José Martí, quien tuvo esa influencia de sus más cercanos maestros como José María de Mendive y ya militaba en esa organización a los 18 años.

La incorporación del Héroe Nacional de Cuba a esa cofradía quedó confirmada gracias a los hallazgos realizados por el V.·. H.·. Samuel Sánchez Gálvez, maestro masón de la R.·. L.·. Fernandina de Jagua e investigador cienfueguero, que mostró el expediente de Amelio de Luis Vela de los Reyes, donde aparecen varios pliegos firmados por Martí en una logia en España.

El primero de estos, fechado el cuatro de julio de 1871, es un diploma de maestro Masón emitido a Vela de los Reyes, donde junto a otras firmas -hoy en proceso de investigación, resalta la tan conocida de José Martí.

Además, aparece una carta dirigida a esa persona donde se le anuncia su elección para la entidad, y está acompañada del seudónimo de Anahuac, usado por el patriota cubano para timbrar algunos de sus artículos, y que incluye la rúbrica, ese trazo final tan usado en otros tiempos.

Eduardo Torres Cuevas, Doctor en Ciencias Históricas corroboró categóricamente como conclusivo el hallazgo realizado por Samuel Sánchez Gálvez, su pupilo, y alertó sobre las nuevas interrogantes abiertas ahora sobre este tema y en las cuales deben centrarse futuras indagaciones.

Presentes en las actividades en Cienfuegos de la XVI Feria Internacional del Libro, Cuba 2007, Torres Cuevas y Sánchez Gálvez confirmaron con especialistas que pertenecen a Martí la firma y el seudónimo.

Incluso el vocablo indígena de Anaguac, con que más tarde se adjudica los artículos en México, era el nombre dado por los primeros habitantes al continente, mucho antes de ser llamado América.

El hallazgo aconteció en la Logia Fernandina de Jagua, cuando el profesor Gálvez, de la Universidad Carlos Rafael Rodríguez, realizaba una búsqueda para su tesis de doctorado, relacionada con la masonería en Cienfuegos.

Cuevas declaró a la prensa que ya se tenía información sobre la relación de Martí y la masonería, ya que sus propios textos lo infieren, además de los escritos de su amigo Fermín Valdés Domínguez, mas, siempre se reclamaron pruebas documentales para confirmarlo, sin que apareciera hasta ahora el mínimo pliego.

Abundó sobre la importancia de este descubrimiento, que aporta más luz sobre el pensamiento martiano y da elementos para comprender al hombre en toda su magnitud, y propuso continuar esa pista en países como EE.UU., México, Venezuela.

Refirió que gran parte de los patriotas cubanos iniciadores de las luchas independentistas eran masones, desde Carlos Manuel de Céspedes, incluso mencionó a los hermanos Federico y Adolfo Fernández Cavada, del propio Cienfuegos, quienes aportaron mucho a la causa revolucionaria.

Argentina

Hay quienes prefieren vivir en un mundo misterioso. Para ellos, los masones son una logia oscura llena de rituales inconfesables y ambiciones tenebrosas. Hay otros que prefieren saber, o al menos intentarlo. Para ellos es que se abrió, en La Noche de los Museos, la casa de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, la sede central de la masonería en nuestro país. Situada allí desde 1872, es una especie de palacio lleno de salones, una biblioteca, un bar con cuadros increíbles en la pared, y muchos símbolos colgados.
¿Pero qué son verdaderamente los masones? ¿Qué sucede en esa casona en pleno congreso en la que se juntan semanalmente decenas de miembros de una logia?
En el principio era tan solo un gremio. Año 1100 en las cercanías del Lago de Como, al norte de Italia. Los canteros, albañiles especialistas en tratar la piedra, se dieron cuenta de que tenían un saber único y decidieron juntarse. La premisa era básica: no compartir su saber para así mejorar sus condiciones. Fueron los grandes constructores de los edificios imponentes de Europa: las iglesias, las abadías, los palacios. Muchos de ellos hechos por masones que hasta entonces eran, simplemente, el gremio de la construcción. La UOCRA de la Edad Media.
La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, en Perón 1242
La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, en Perón 1242
Pero el mundo fue cambiando y los masones se dieron de cuenta de que las posibilidades del hombre eran cada vez más amplias. Poco a poco fueron aceptando dentro de su logia a distintos miembros de la sociedad: intelectuales, científicos, médicos, poetas.
Diderot, Voltaire, Kant, son algunos de los nombres que formaron parte. Así llegó el segundo nacimiento de la masonería. Según Ángel Jorge Clavero, actual Gran Maestre de la Argentina, comienza entonces la “masonería especulativa”, que se ocupa ya no de guardar la flor más bella de los albañiles sino de ayudar al ser humano a tener ideas libres. Sapere aude, comienzan a decir, el lema de Kant y la ilustración: atrévete a pensar por tí mismo.
La masonería en sudamérica
En América Latina la masonería desembarcó con los españoles, pero la trayectoria es extensa. La lista de masones argentinos famosos es larga: San Martín, Sarmiento, Rivadavia, Belgrano, José Hernández, Bartolomé Mitre, Ernesto de la Cárcova. El mito cuenta que San Martín no llegó a ser masón de grado 33 y Simón Bolívar sí. Es un dato menor (o más bien, una especulación) que divierte a los amantes de la polémica.
El ojo masónico, uno de los símbolos: representa la primacía de la observación, el estado de alerta, la necesidad de mirar la realidad sin prejuicios.
El ojo masónico, uno de los símbolos: representa la primacía de la observación, el estado de alerta, la necesidad de mirar la realidad sin prejuicios.
Sarmiento, en cambio, sí sabemos que fue grado 33. Renunció de hecho a la presidencia de la masonería para ser presidente del país. Clavero también es grado 33 y, según él, hoy hay otros 30 o 40 argentinos más que tienen el grado máximo. “Los grados de la masonería simbólica en realidad son solo tres: aprendiz, compañero y maestro. Maestro es el grado a partir del cual se puede acceder a grados políticos, por ejemplo el mío. Pero al margen de eso, uno puede presentarse ante el Supremo Consejo del Grado 33 y allí ir subiendo de número de grado hasta llegar al 33”, explica Clavero.
El interior de la sede a central de la masonería en nuestro país, situada en ese palacio desde 1872.
El interior de la sede a central de la masonería en nuestro país, situada en ese palacio desde 1872 Aunque aboga por la igualdad, hacia dentro los masones tienen una estructura piramidal. Dentro de cada país la masonería se organiza en logias. En la Argentina hay 300. Todas ellas se juntan en distintos lugares (las hay a lo largo y a lo ancho de todo el país), y tienen como órgano central a la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Allí, cada tres años se elige por voto popular al Gran Maestre, la máxima autoridad de la institución. Hoy hay cerca de 12 mil masones, de los cuales 7 mil son afiliados activos. Cada uno de ellos paga una cuota. En comparación con Brasil, es un número pequeño de afiliados: allá hay más de 270 mil; y en Estados Unidos, por poner un ejemplo, más de un millón y medio.
Mitos y verdades de la masonería
Cada semana las distintas logias se reúnen. Las reuniones se llaman “tenidas”. En ellas discuten distintos temas y sacan conclusiones que a menudo plasman en revistas y publicaciones que reparten entre ellos y para afuera. Junto con la apertura de la casa, en La Noche de los Museos también se ofrecieron actividades culturales y se llevaron a cabo breves tenidas para que el público pueda conocer sus rituales. En la fauna de las especulaciones, se ha llegado a decir que hasta sacrifican cuerpos humanos, pero Clavero cuenta que de algún modo el de ellos es un templo de la conversación.
Ángel Jorge Clavero, actual Gran Maestre de la Argentina
Ángel Jorge Clavero, actual Gran Maestre de la Argentina
Los masones más jóvenes (jóvenes en su vida masónica, que no va necesariamente a la par de la edad), se sientan cerca de la puerta. Sobre ellos, el techo está pintado de un azul oscuro, con una luna dibujada que representa la noche. Conforme se avanza por el salón, el azul va clareando hasta llegar a un cielo celeste con un sol que brilla bien cerca de la silla del presidente de la logia, quien más cerca está de la claridad, del día, de alguna forma de la verdad.
El gran salón de la Logia
El gran salón de la Logia
Al centro del salón, tanto del Planta Baja donde se juntan las logias como en el primer piso, donde se reúne el Consejo, se encuentra el Ara de los Juramentos. En cada ceremonia ponen allí la Constitución Nacional como símbolo de respeto y para recordar que la masonería se atiene a las leyes de cada país.
-Gran Maestre Clavero, derribemos mitos alrededor de la masonería. ¿Están en contra de la religión?
-No estamos en contra de las religiones, para nada. Acá hay hombres de todas las religiones. Lo que pasa es que no hay que ser dogmático. El masón es un buscador de la verdad. Acá viene gente de todas las creencias; vienen empleados, grandes empresarios, librepensadores. La masonería es para todo el mundo, solamente hay que tener cierta cultura para entender lo que se habla aquí. Nuestra legislación dice que tenés que ser un hombre libre y de buenas costumbres para entrar a la masonería.

Chile

Los masones han tenido una relevante actuación en la historia de Chile como promotores de la independencia, como constructores de las bases del sistema republicano y promotores del desarrollo político y socioeconómico del país hasta hoy. Varios presidentes de la República han pertenecido a la masonería.
Las obras masónicas han sido incontables, todas de amplia proyección social y con trascendencia en los ámbitos relevantes de la vida nacional: instituciones como la Cruz Roja, el Cuerpo de Bomberos, la formación de los Boy-Scouts (recuperada con la Asociación Nacional de Boy Scouts creada en 1982), Movimiento Juvenil Manque (1983), la Liga de Estudiantes Pobres; la promulgación de leyes como la Ley de Cementerios Laicos, de Jubilación, de Libertad de Cultos, del Seguro Obrero, del Voto Femenino, de Matrimonio Civil, la de Registro Civil y la dictación en el año 1920, de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria.1?
Pero uno de los campos de trabajo predilectos de la masonería ha sido la educación. Masones fueron los fundadores de las principales instituciones educacionales y culturales de Chile. Actualmente agrupaciones de masones mantienen unos veinte colegios de educación básica y media, además de influir en la fundación o fundar directamente instituciones de educación superior, como la Universidad de Chile, la Universidad de Concepción 2?y la Universidad La República. Lo mismo que los Colegios Las Américas, La Fontaine y la red de Colegios Concepción dependiente de la Corporación Educacional Masónica de Concepción (COEMCO, al alero de la Gran Logia de Chile).
En 2007 agrupaba 207 logias y 15 triángulos (futuras logias).3?
A la Gran Logia están asociadas el Instituto Laico de Estudios Contemporáneos (ILEC), la revista Occidente,la Corporación Educacional Masónica de Concepción y el Colegio La Fontaine en Ñuñoa.
Historia
Para constituir una Gran Logia como poder masónico autónomo, la tradición y reglamentos usualmente compartidos en diversas naciones exigen que deban existir, a lo menos, tres logias formalmente constituidas en el territorio.
Para el año 1862 ya existían cuatro logias exclusivamente nacionales funcionando en idioma castellano en el país, a saber: Unión Fraternal, dirigida por Manuel de Lima en Valparaíso; Aurora de Chile, dirigida por Enrique Pastor en Concepción; Orden y Libertad, dirigida por Guillermo Gotschalk en Copiapó; y Progreso, dirigida por Blas Cuevas en Valparaíso. Sobre esta base, ya era posible concretar el plan. Luego de múltiples gestiones y tentativas, tanto a nivel nacional como en el exterior, por fin se pudo concordar el día 29 de abril de 1862, en una asamblea integrada por las logias de Valparaíso, Copiapó y Concepción, la formación de la Gran Logia de Chile.El día 24 de mayo se efectúa la elección de la primera oficialidad de esta Gran Logia de Chile, cuyo detalle es el siguiente: “Venerable Gran Maestro: Juan de Dios Arlegui Gorbea Gran Diputado: Melitón Caso Primer Gran Vigilante: Fco. Javier Villanueva Segundo Gran Vigilante: Manuel De Lima Gran Secretario: A. M. Medina Gran Orador: M. C. de Sarratea Gran Tesorero: Pedro Gudde”. El día 24 de mayo de 1862 se instala solemnemente al primer Gran Maestro.
Distinción que recayó en el ciudadano Juan de Dios Arlegui Gorbea, quien provenía de una familia tradicional y católica que contaba en el clero con un tío obispo, José Santiago Rodríguez Zorrilla, y un tío abuelo canónigo, Juan de Dios Arlegui Rodríguez. La influencia católica también la había recibido por parte de sus preceptores. Pasó algunos años estudiando teología en el Seminario Conciliar, donde recibió lecciones del prelado don José Hipólito Salas y Toro, del teólogo don Justo Donoso Vivanco, además del presbítero argentino Manuel Castro y Barros. No obstante esta poderosa influencia religiosa, Juan de Dios Arlegui, sin enemistarse con sus familiares y maestros, supo descubrir su destino que lo llevaría a liderar un movimiento intelectual de inspiración racionalista, muy progresista para su época.
Luego del seminario Conciliar pasó a estudiar en el Instituto Nacional, bajo el rectorado de don Antonio Varas De la Barra, donde recibió lecciones del sociólogo, político y educador José Victorino Lastarria Santander.
Titulado de abogado el 7 de noviembre de 1848, Juan de Dios Arlegui Gorbea se instaló en Valparaíso para ejercer su profesión, conquistando ahí la honrosa reputación de Jurisconsulto. Fue además diputado y senador, representando siempre la corriente de avanzada y colaborando en varios proyectos de positivo beneficio nacional. Durante una década dirigió los destinos de la Gran Logia, periodo en el cual se fundaron en Santiago las logias Justicia y Libertad Nº 5, Deber y Constancia Nº 7 y Verdad Nº 10.
A estos nuevos talleres fueron ingresando destacadas personalidades de la época tales como: Eduardo De la Barra, Guillermo y Manuel Antonio Matta Goyenechea, Miguel Santamaría, Juan Agustín Palazuelos Ramírez, Pedro León Gallo Goyenechea, Juan Nepomuceno Espejo Bravo, Diego Barros Arana, Ramón Allende Padín, Alejo Palma Guzmán, Francisco Gandarillas Luco, José Francisco Vergara Echevers, Enrique Mac-Iver Rodríguez, Germán Tenderini y Vacca, Aníbal Pinto Garmendia, Andrés y Jacinto Chacón, Juan Williams Rebolledo, Justo y Juan Domingo Arteaga Alenparte, Marcial Gatica, José Tomás Urmeneta, Juan Enrique Lagarrigue,Manuel Carrera Pinto, Emilio Orrego Luco, Francisco Santa Cruz y tantos otros no menos inquietos de las más variadas edades y profesiones.
Fue interesante en aquella época la prolongación de las logias masónicas al campo de la política, a través de la inauguración de agrupaciones denominadas Clubes de la Reforma, que funcionaron en Santiago y otras provincias del país desde el año 1868 hasta 1871.
Casa Masónica Viña del Mar
Estos clubes eran verdaderos cenáculos en los cuales se debatía la mayoría de las transformaciones ideológicas, sociales y educacionales que la sociedad estaba necesitando y muchas de las cuales ingresaron en la reforma constitucional del gobierno de Federico Errázuriz Zañartu.Otros de estos planteamientos fueron consagrados en el texto de la Carta Fundamental de 1925.
Después de la creación de la logia Verdad en 1872 –la décima dependiente de la Gran Logia de Chile–, se fueron fundando por todo el territorio nacional una importante cantidad de talleres masónicos, a los cuales ingresaron influyentes personalidades del ámbito social, empresarial y educacional de cada ciudad.
En 1862 la Gran Logia de Chile fue reconocida por la Gran Logia de Massachusetts, es decir, el mismo año de su fundación, y al año siguiente obtendría el reconocimiento por parte de la Gran Logia del distrito de Columbia.
En 1864, cuando los problemas causados por Napoleón III en la masonería francesa ya se habían superado, se obtuvo el reconocimiento oficial por parte de la Gran Logia Central de Francia. En 1862 se promulga la primera Constitución con el nombre de Estatutos de la Orden Masónica en Chile.
Hacia el año 1912, por acuerdo de la Asamblea de la Gran Logia de Chile, se funden la Constitución y los estatutos generales para dar origen a la Constitución Masónica definitiva,la cual ha experimentado reformas en los años: 1921, 1930, 1938, 1955, 1971, 1978 y 1984.
En un comienzo, la Gran Logia de Chile regía tanto la masonería simbólica como la filosófica. A finales del siglo XIX, Eduardo De la Barra estableció, mediante cartas patentes concedidas en Argentina, un Supremo Consejo del grado 33 para administrar los grados filosóficos, mientras que la Gran Logia ejercía la jurisdicción en los talleres simbólicos.
La sede de la Gran Logia de Chile estuvo en Valparaíso desde su fundación hasta 1906,cuando se produjo el devastador terremoto que averió muy severamente la casa masónica, tras lo cual se trasladó a Santiago. En la capital se instaló en pleno centro, en la desaparecida galería San Carlos, donde trabajaron logias como: Deber y Constancia Nº 7, Aurora de Italia Nº 24, Verdad Nº 10, Franklin Nº 27 y la porteña Unión Fraternal Nº 1, que por esos años se estaba trasladando.

Rembrandt

Rembrandt, el genio que logró hacer de sus pinturas un sello característico de la época, también es aquel que hizo de su arte un complejo código que muy pocos comprenden a la perfección. Muchos pintores vivieron para admirar su obra; Vincent van Gogh fue uno de ellos. Sus pinceladas y, por supuesto, la intensidad de las miradas de sus personajes, lo convirtieron en uno de los pintores más célebres de todos los tiempos.

Cada uno de los elementos que componían sus rostros parecían combinarse para darle al cuadro una riqueza como pocas. En realidad, la vida de Rembrandt estuvo llena de secretos que hoy salen a la luz. Uno de ellos, por ejemplo, es su visión enferma menos que imperfecta: ojos bizcos que le ayudaban a percibir el mundo como si se tratara de una imagen plana, lo que le ayudó a crear algunos de los cuadros más hermosos de todos los tiempos.

Su mano escondida
En 1636 pintó este autorretrato en el que oculta su mano izquierda en el interior de su ropa. Diferentes diagramas masónicos muestran el mismo síntoma en diferentes retratos, tales como el de George Washington en 1776. Washington es uno de los personajes más famosos que, se ha revelado, pertenecían al movimiento masón. Los dedos ocultos representan una disposición interna para la fe.

Rembrandt secretos masónicos

La luz y la oscuridad
Uno de los rasgos más característicos del pintor fue el contraste entre luz y oscuridad que marcó no sólo su obra, sino una época.

 Es verdad que la luz se convirtió en uno de los elementos más relevantes para las pinturas y el arte de ese entonces, pero también es un elemento fundamental de la masonería. La luz es un símbolo masón que representa la verdad divina que ilumina el camino de la vida en constante peregrinaje. Sin la oscuridad, nadie puede ser iluminado. Una cosa debe preceder a la otra, tal como la noche que precede a la mañana. Goethe era un conocido miembro de los masones y Rembrandt era su pintor favorito. De hecho, Goethe adquirió un grabado de Rembrandt conocido como “El alquimista” para ilustrar la primera edición de Fausto en 1790 y una de sus líneas más famosas: “Existe una fuerte sombra donde hay mucha luz”, muestra el espíritu masón en todo su esplendor. Tal vez perfeccionaba su técnica pictórica, pero lo que se cree es que, en realidad, expiraba el simbolismo de la luz y la oscuridad de esta tradición esotérica.

Arte

A falta de otro nombre que designe este altorrelieve de uno de los edificios modernistas granadinos, podemos denominarlo así, Angelote del progreso o de la industria. Sobre uno de los balcones centrales de un edificio modernista granadino, erigido a finales del siglo XIX se divisa un angelote, rollizo como todo angelote que se precie, sentado y un poco reclinado hacia atrás, que sostiene con su mano diestra un compás con el que traza una circunferencia sobre un pliego de papel o pergamino. A la derecha encontramos un conjunto alegórico bastante extenso de lo que podríamos suponer alegoría del progreso técnico, puesto que incluye entre los diferentes útiles una rueda dentada vista de perfil y un yunque, símbolos ambos muy utilizados en el siglo XIX para representar la fuerza del trabajo y de la industria. Pero junto a ella las otras herramientas son sumamente interesantes: una plomada antigua que se apoya sobre el yunque, un mazo, una pala; algo parecido a una regla o escuadra se vislumbra tras el tapiz de hojas de acanto, laurel y quien sabe si de acacia. A la izquierda del ángel, un atado de lo que parecen dos clavos y un cincel y la cabeza de otro mazo visto de frente, tapan un triángulo equilátero, lo que es llamado delta en muchos ritos masónico.

La francmasonería española del siglo XIX y principios del XX estuvo muy ligada a la idea del progreso de la humanidad, tanto o más que a la del progreso individual de los masones. Fruto de esta visión masónica progresista puede ser el angelote del que nos ocupamos ahora. El infante simboliza la inocencia y, por tanto, significa la pureza de las intenciones. El ángel del progreso industrial está desde siempre planeando -en el doble sentido de la expresión- sobre la historia de la humanidad, por eso su diseño o su plan se va materializando a través de los tiempos por medio de las diferentes herramientas con las que el hombre trabaja. Es algo connatural con el ser humano, de ahí la concurrencia de las herramientas y de los símbolos vegetales. Lo curioso es que tanto la escuadra o regla como el triángulo o delta, se ocultan tras la ingente cantidad de útiles y de ramas y hojas. Esa ocultación, ¿se debe a la intención del escultor de mantener en secreto tales símbolos, o significa algo más? Podríamos aventurar una interpretación muy consonante con el espíritu positivista de la época, que latía en la sociedad y en la propia masonería hispana. Podríamos suponer entonces que la masonería era vista como el instrumento espiritual por medio del cual el ángel del progreso planea desde siempre en la historia. Lo oculto parece entonces empujar el prefijado devenir y el destino tecnológico de los hombres.

Teorías conspirativas y mitos

La Iglesia Católica ha condenado en reiteradas ocasiones la pertenencia a la masonería.

La secrecía o discreción de la masonería los ha hecho sujetos de numerosos mitos, críticas y teorías. Algunas tienen que ver con la fundación de la logia, como se ha dicho, que puede atribuírsele al mismísimo Adán de La Biblia, o sobre quiénes han sido miembros de sus filas, como los grandes generales de ejército, los libertadores americanos o los grandes pensadores renacentistas.

La Iglesia Católica ha condenado en reiteradas ocasiones la pertenencia a la masonería o a logias similares, así como el Islam y el bahaísmo. Quizá porque se les atribuyen numerosas prácticas y rituales vinculados al ocultismo, a lo sobrenatural, a la alquimia o incluso al satanismo y lo orgiástico.

¿Cómo se organizan los masones?

Los masones creen en un Dios mucho más amplio que el propuesto por la religión católica.

La masonería se organiza en torno a dos corrientes principales:

La masonería regular anglosajona. Encabezada por la Gran Logia de Inglaterra, tiene su mayor área de influencia en los países del Commonwealth británico, Estados Unidos, España, Iberoamérica y parte de la Europa continental. Sus principales características son: La creencia en un único gran arquitecto universal, un Dios mucho más amplio que el propuesto por la religión católica. Sus juramentos se realizan sobre la biblia u otro texto sagrado, como el Volumen de la Ley Sagrada, su texto organizacional esencial. No se aceptan mujeres entre sus miembros ni se permite la iniciación femenina. Se prohíben las discusiones sobre política y religión, y la institución no asume ninguna postura oficial en dichos asuntos. La masonería reglar continental. Conocida como la corriente liberal o adogmática, sigue los pasos del Gran Oriente de Francia, y es la principal corriente en Francia, África francófona y algunos países de Europa continental. Permite el surgimiento de Obediencias (sedes) mixtas o femeninas, y presenta una mayor diversidad en cuanto a formas de organización. Sus principales características son: Defienden la libertad absoluta de conciencia, por lo que admiten tanto a creyentes como ateos, tanto hombres como mujeres, ya sea de modo mixto o por separado. Hacen sus juramentos sobre el Libro de la Ley o sobre el Volumen de la Ley Sagrada. Se fomenta el debate de las ideas en total y plena libertad, incluidos los temas religiosos y políticos, pudiendo eventualmente posicionarse la logia respecto a dichos temas.

En cualquiera de las dos corrientes existen tres grados de la masonería, que representan tres etapas del desarrollo personal propuesto por la logia. Estos son:

Aprendiz. El grado de los recién iniciados, cuya tarea es confrontarse a sí mismos y controlar sus pasiones.

Compañero. Grado intermedio, en el que los masones aprenden la filosofía de la secta y sus relaciones con el mundo exterior.

Maestro. Quienes llegan al tercer puesto deben participar en todos los ritos de la logia y acceden a los conocimientos espirituales y arcanos de la misma, para enfrentar con ellos a la muerte y a la vida eterna.

Se conoce como masonería o francmasonería a una organización internacional de carácter discreto (por no decir secreto), humanista, jerárquica, filosófica y fundada en torno a un sentimiento de fraternidad entre los hombres.

Existe como una institución iniciática, es decir, que revela sus secretos sólo a los que superan ciertos ritos de iniciación y forman parte de sucesivos y progresivos anillos de confianza, en los que se promueve la “búsqueda de la verdad”: el estudio filosófico del ser humano, de las ciencias y las artes, el progreso social y el desarrollo moral y espiritual del individuo.

 
 

Los masones se identifican mediante una serie de símbolos vinculados con la albañilería o en todo caso el Arte Real de la Construcción, así como las siglas G. A. D. U., que significan “Gran Arquitecto Del Universo”, un concepto masón de suma importancia para su filosofía de vida.

 

 

La masoneríasurgió en Europa a finales del siglo XVII y principios del XVIII, aunque sus diversas mitologías de origen atribuyen su fundación a personajes históricos como Hiram Abif, arquitecto del Templo de Salomón en Jerusalén, o a personajes bíblicos como Tubalcaín, Moisés o Noé, cuando no a los constructores de las pirámides egipcias, a los Collegia Fabrorum romanos, o a las diversas órdenes de caballeros cristianas que hubo en el medioevo.

Hoy en día la masonería se sostiene como un grupo de fomento de los valores de la tolerancia, la tradición, las ciencias y artes liberales, o la búsqueda espiritual. Por ende, se les considera una escuela iniciática al margen de los Estados y de las Iglesias.